J.C. Maraddón
La factoría de canciones que la industria discográfica creó en los años cincuenta con la impetuosa ola generada por el rocanrol y sus derivados, también se vio impulsada por la fluida circulación de los discos singles, cuyos lados A requerían de un impacto que sólo los especialistas podían asegurar. Fue así que aparecieron compositores de hits que trabajaban a destajo, generalmente en dúos, y que eran contratados por las grandes compañías para que proveyeran de un repertorio adecuado a las voces de moda, siempre en la búsqueda de piezas que sedujeran al gran público y escalaran a lo más alto de las listas de ventas.
Entre esos binomios a los que tanto se recurrió en esos años, se debe destacar el que conformaron el músico Burt Bacharach y el letrista Hal David, verdaderos artífices de una vocalista como Dionne Warwick, a cuyo encumbramiento contribuyeron con fruición, al aportarle casi cuarenta temas de gran suceso a lo largo de dos décadas. Sin embargo, la prolífica obra de Bacharach-David no se limitó a la interpretación de Warwick, sino que disparó clásicos en versiones de Barbra Streisand, Tom Jones, Aretha Franklin y Luther Vandross, entre muchos otros intérpretes de fuste.
Figuras como Stan Getz y Wes Montgomery adaptaron algunos de los aportes de Burt Bacharch al sonido del jazz, lo que posibilitó que se reconociera el carácter superlativo de su tarea, más allá de su olfato para transformar una melodía en un suceso. También fue considerado de gran valía su desempeño como autor de bandas sonoras cinematográficas, un rubro en el que se destacó hasta el punto de recibir tres premios Oscar por esas soberbias incursiones. Su fallecimiento a los 94 años a comienzos del pasado mes de febrero, despertó el unánime homenaje que le atribuye un rol fundamental en la música del siglo veinte.
Aunque no estuvo allí acompañado por su socio Hal David, “Baby It’s You” es una de las canciones que fueron claves en el inicio de la trayectoria artística de Bacharach, cuando en diciembre de 1961 fue grabada por The Shirelles, una formación vocal femenina que la depositó en el puesto número ocho del Billboard Hot 100 estadounidense. Con una letra aportada por Luther Dixon y Mack David (el hermano mayor de Hal), el tema profundiza en el uso de las armonías corales, un recurso típico de esa época en grupos afroamericanos que reunían a cantantes de registro privilegiado.
Confesos admiradores de estos conjuntos, de los que extrajeron no sólo las canciones sino también su propio modo de cantar, los Beatles incluyeron en su disco debut un abordaje de “Baby It’s You” que es respetuoso de su formato original, pero en el que se advierte ya ese toque beatle que entonces era incipiente pero que se iba a consolidar con los años. En ese álbum donde asoman ocho piezas de la dupla Lennon & McCartney, aparecen seis composiciones ajenas que sirven para escarbar en las influencias que no se esforzaban en ocultar quienes serían los encargados de cambiar la historia musical contemporánea.
Al cumplirse sesenta años de aquel “Please, Please Me” con el que los Beatles se estrenaron en el formato LP, es preciso desmenuzar a quiénes rendían tributo en esos inicios que los obligaban a incluir canciones de otros autores para completar la duración total de un disco. Y es por demás significativo que uno de los que tuvo el honor de ser versionado en ese álbum haya sido Burt Bacharach, que hasta se dio el lujo de figurar como una referencia para el cuarteto que apenas un año después, con la beatlemanía, alteraría la musicalidad global de una vez y para siempre.