Por Yanina Soria
Por su crecimiento demográfico y envergadura política, el departamento Colón es, desde hace años, el más importante después de Capital. Y por eso, quizá, sea también de los territorios más convulsionados para el peronismo cordobés en la antesala del proceso de recambio dirigencial se abre en este 2023.
Allí se palpita la puja generacional entre la vieja guardia y la nueva camada que pecha por ocupar lugares de poder en el nuevo ciclo de Hacemos por Córdoba que, esperan, se inicie con Martín Llaryora como el próximo gobernador.
El esquema territorial que conserva con plena vigencia el histórico dirigente, Carlos Presas, y su forma de hacer política choca con las pretensiones de un grupo de intendentes y dirigentes con experimentada capacidad de gestión, orgánico, que demanda mayor protagonismo en lo que se viene: definición de las candidaturas.
Si bien con el lanzamiento de Llaryora se ordenaron ciertos tantos adentro de Hacemos por Córdoba, todavía quedan por cerrar muchas cuestiones a nivel departamental en la mayoría de los distritos. Aunque en algunos los acuerdos parezcan más encaminados que en otros, la realidad es que hasta que no se oficialicen las listas legislativas, la rosca está a la orden del día.
Algo de eso pasa en Colón. Mientras los intendentes resuelven el tema de las fechas, hay otras dos discusiones abiertas en torno a quienes serán los candidatos “oficiales” en pueblos y ciudades donde los actuales jefes comunales no pueden ser reelectos y, por otro lado, quienes serán el postulante titular y suplente en la banca departamental.
Una foto muy sintomática de cómo están las cosas dentro del peronismo de Colón es lo que ocurrió la semana pasada: el miércoles, Presas encabezó una reunión política en un reconocido hotel de la ciudad de Río Ceballos junto a intendentes que le responden y al legislador calerense, Rodrigo Rufeil, entre otros.
Un día después, el jueves, los dirigentes que en algún momento se autodenominaron “Colón Merece Más”, se juntaron en Estación General Paz, invitados por el intendente Carlos «Chiva» Borgobello.
Allí asistieron sus pares de La Calera, Facundo Rufeil, de Colonia Caroya, Gustavo Brandán, y de Tinoco, Gustavo Bustos; además de los dirigentes Nicolás Martínez Dalke (Mendiolaza), Pablo Chichí Murúa (Río Ceballos), Mauro Monjes (Villa Allende), entre otros.
Convocados por la consigna “Llaryora, gobernador” y “Schiaretti, presidente”, el sector busca plantar a uno de los suyos como candidato departamental; y si bien Brandán, que es hombre de Llaryora, picaría en punta, temen que ese lugar pueda quedar para otro en el marco de esa puja interna. Si bien Presas está impedido de repetir en la Legislatura, suenan otros nombres desde ese espacio.
Lo cierto es que del lado de Colón Merece Mas hubo un cerrado apoyo para el intendente de Colonia Caroya que se está despidiendo de su segundo mandato consecutivo, y hasta solicitaron pelear también por colocar el nombre de quien podría ser candidato suplente.
Desde ese lado del peronismo le achacan a Presas y (Rodrigo) Rufeil haberse alejado de Hacemos por Córdoba para enrolarse en el Frente de Todos, incluso, siendo funcionario nacional en el caso del calerense.
A su vez, también hubo respaldos para Dalke y Murúa que vienen trabajando para perfilarse como los candidatos del oficialismo provincial en sus respectivas localidades, Mendiolaza y Río Ceballos.
En resumen, hasta que no haya una bajada de línea clara por parte de la conducción de Hacemos por Córdoba que ordene a la dirigencia de Colón, cada sector seguirá jugando su partido y haciendo sus propias apuestas.