Por Gabriel Silva
En una clara reacción al reclamo que inició hace varios meses a la gestión provincial en torno a la inseguridad y el narcotráfico, el intendente y candidato a gobernador del oficialismo Martín Llaryora decidió estar presente en la convocatoria que hizo la Iglesia católica en la explanada de la Catedral anoche. Movilización que impulsó el arzobispo Ángel Rossi y que contó con la presencia, entre otros, del padre Mariano Oberlín, víctima de un ataque en su centro de rehabilitación en barrio Müller hace algunos días.
Ellos, junto a una multitud que se dio cita anoche en el casco céntrico reclamaron por políticas más duras en contra de la inseguridad y el propio Rossi, quien hace unas semanas después del ataque a Oberlín salió a sostener que “depende de nosotros que esto no sea Rosario”, anoche volvió a cuestionar con dureza la problemática y afirmó que la convocatoria de anoche “no es la consigna de ninguna facción, porque es la de todos”.
“Este grito, este anhelo tampoco es exclusividad de ninguna religión”, agregó Rossi en clara referencia al respaldo del resto de los integrantes del Comipaz. Entidad que, en horas de la tarde se había reunido con el ministro de Gobierno y Seguridad, Julián López. También, al igual que el secretario de Seguridad, Claudio Stampalija, presentes en la manifestación de ayer en la explanada de la Catedral.
Rossi también pidió cambios de fondo, y en el comunicado la Pastoral Social volvió a hablar de la escalada de la problemática en Rosario y sostuvo que “a esta situación de desborde se ha llegado con la complicidad y la corrupción de algunos dirigentes”.
En tanto, la presencia de funcionarios provinciales, al igual que la de Llaryora y del viceintendente y candidato del PJ al Palacio 6 de Julio, Daniel Passerini, en la primera fila fueron algunas de las notas destacadas. Sobre todo, por la manera en la que el oficialismo con sus candidatos decidió ser parte de la manifestación y estar presente en la primera fila con sus dos candidatos.
Con el padre Rossi, con quien mantuvo su segundo encuentro en pocos días, el propio Llaryora sostuvo destacó la importancia de “estar juntos y trabajar en conjunto para hacer frente a una problemática que afecta a toda la sociedad”. En medio de una serie de declaraciones que Llaryora hizo en los últimos días en torno a la inseguridad durante el fin de semana, entre ellas, las frases el domingo por la noche en Río Cuarto junto a su par Juan Manuel Llamosas.
“Hay que dejar de lado lo ideológico en seguridad y los vecinos no deben estar tras las rejas. A mí no me tiembla el pulso para pedir la intervención de las fuerzas militares y federales”, señaló en LV16 el domingo por la noche en el Imperio del Sur.
Lo que adhiere a la teoría que empiezan a marcar varios en el llaryorismo acerca de diferenciarse de los temas complejos que tiene la gestión del gobernador Juan Schiaretti y salir hacia adelante. “Está bien que planteé un eje contundente en inseguridad, en salario docente y en salud. Tiene que capitalizar lo bueno de la gestión del ‘Gringo’, pero diferenciarse de lo que no está bien”, reconoció anoche un llaryorista a este diario.
En plena coincidencia con lo que manifiestan otros dirigentes de la Capital cuando comparan los problemas que atravesó la última parte del radicalismo en tiempos de Ramón Bautista Mestre con los actuales conflictos de salud y educación, a los que ahora se suma también el factor seguridad.
Finalmente, y luego de la presencia en la Catedral, Llaryora y Passerini partieron rumbo a la reinauguración de Plaza España donde el intendente volvió a destacar la finalización de la obra. A esa misma hora, en Twitter, su antecesor Ramón Javier Mestre escribía en su cuenta de Twitter: “es muy bueno que Córdoba tenga un nuevo Museo Metropolitano de Arte Urbano y que se haya pensado para la juventud. No son tiempos de peleas, cuando el hartazgo de la gente es grande. Lo importante es que una gestión finalice lo que otra empezó y entregó con más del 90% de avance”. “Al vecino no le importa quién corta la cinta”.