Por Felipe Osman
Una semana atrás terminó de despejarse la mayor incógnita que sostenía la política de Córdoba: el choque por la Gobernación, terminado el ciclo de Juan Schiaretti al frente del Centro Cívico, será entre Luis Juez y Martín Llaryora.
La defección de Rodrigo De Loredo coronó al ex intendente como el candidato de la alianza UCR-PRO a la Gobernación, y aunque se mantiene aún la duda de si él irá por la vice o apostará a hacerse con el mando del Palacio 6 de Julio, el tablero ya está dispuesto para que arranque la campaña.
Rubén Daniele, que maneja como pocos el timming a emplear para maximizar la potencia de sus reclamos, ha tomado nota de ello, y prepara a su sindicato para golpear al Ejecutivo en plena campaña.
El líder de los municipales empezó, un par de semanas atrás, a desplegar un cronograma de asambleas por repartición, y desde la semana pasada, a celebrar asambleas sectoriales en las que promete a sus representados “ir por todo”.
Lo impreciso de la fórmula elegida no es un error. La promesa de “ir por todo” implica reclamar a la gestión desde horas extra no liquidadas hasta el pase a planta de contratados y, en el medio, el reconocimiento de bonificaciones ordinarias y extraordinarias, diferencial por subrogación en cargos jerárquicos, vacaciones y un interminable etcétera.
En la jerga, se trata de “unificar bases”. Comprometer a cada empleado municipal con la protesta, a pesar de que finalmente la prioridad termine siendo sólo una: conseguir el pase de becarios y monotributistas a contrato, y el de estos últimos a los planteles estables del municipio. En suma, ensanchar la planta municipal.
(Algo sumamente necesario para un Suoem que parece no levantar cabeza de sus problemas económicos, incluso después de poner a la venta su hotel en Mar del Plata. Ahora, entre integrantes de la conducción, se barajaría también la posibilidad de vender el complejo turístico que el gremio tiene en Villa Ani-Mí).
En esa carrera, el cacique de los municipales pide a cada empleado que esté atento a recabar información que pueda resultarle útil en la negociación. Eufemismos aparte, Daniele quiere munirse de expedientes que puedan servirle para presionar al Ejecutivo, como el que alguna vez circuló por el “caso Ulises”.
Ahora bien, esta vez, más allá de presionar durante la campaña por ser el momento de mayor debilidad relativa de cualquier oficialismo, el Suoem tiene un incentivo extra para maximizar los daños que pueda generarle a la gestión PJ: del otro lado están el radicalismo y el juecismo, gestiones que en el pasado reciente le pusieron las cosas mucho más fáciles al sindicato.
Es que, sin llegar al paroxismo de la generosidad con la que Juez sirvió al Suoem, ampliando la planta con más de 4.000 nuevos empleados y llevando la dedicación presupuestaria al pago de salarios a índices por encima del 70 por ciento, la UCR también fue concesiva y destinó un número parecido al pago de sueldos.
Cierto es que lo disimuló detrás de una disputa judicial por la cual Ramón Mestre intentó, sin éxito, jubilar a Daniele. Aún así, al mismo tiempo crecía el poder de la Agrupación Radical, columna vertebral de la lista Verde, oficialismo al frente de la conducción del Suoem.
Por eso, la beligerancia que ahora promete Daniele no está atada sólo a un criterio de oportunidad. También hay en el fondo una realidad: al gremio le fue mejor con el radicalismo y harto mejor con el juecismo, del cual el propio Daniele supo temer “se le quedará con el sindicato”.
El PJ, en cambio, sí se anotó algunos triunfos contra el Suoem. Consiguió, por ejemplo, avanzar en la desconcentración operativa venciendo la resistencia del gremio, un asunto en el cual las gestiones precedentes habían claudicado. Recortó la jornada municipal de siete a seis horas, otro proyecto que durmió durante décadas el sueño de los justos. Volvió, en su última mitad del mandato, a la cláusula gatillo que supo reprochar a Mestre, pero también disminuyó la incidencia de la partida salarial en el presupuesto llevándola, según los datos oficiales, a un punto cercano al 50 por ciento.
Daniele se prepara ahora para facturar todo esto a Llaryora durante la campaña. Hoy, en una nueva aparición estelar, hablará ante las Áreas Administrativas.