Unidad de Juntos jaquea “plan aspiradora” de Llaryora

¿Qué puede rascar el peronismo ante el cierre de filas de Luis Juez y De Loredo?, la pregunta que inaugura el inicio de la campaña.

Por Yanina Passero

El candidato a gobernador Martín Llaryora quiere una Hacemos por Córdoba ampliada, con líderes de la sociedad civil, pero sobre todo del redil de la política cordobesa. Imagina nombres que rozan la impugnación -con conceptos como “juntos” y “cambio”- para provocar. El renunciamiento a la candidatura a la gobernación de Rodrigo de Loredo y la ratificación de su sociedad política con Luis Juez complica esos planes. 

La estrategia peronista se motorizó temprano, con lugares especiales en actos oficiales para diputados de Juntos por el Cambio como Gustavo Santos y Soher El Sukaria. Por esos momentos, la oposición revivía los dolores de la ruptura aliancista de 2019 en cada intento (fallido) de redacción de un reglamento. Llaryora tomaba café en Buenos Aires con el que fue señalado como el mariscal de esa atomización cordobesa, el expresidente Mauricio Macri. 

El sanfrancisqueño utilizaba a su favor la incertidumbre de todos los dirigentes de Juntos. Blandía la seguridad y fortaleza de un peronismo con experiencia en sociedades transversales desde su fundación en 1999 hasta la última escala electoral ejecutiva de 2019, cuando el gobernador Juan Schiaretti sumó una decena de partidos políticos. La ampliación continuó en los comicios de medio término del año pasado.  

Ya oficializado como candidato, Llaryora se apoyó en un tridente de intendentes radicales para demostrar que esta coalición de gobierno podía albergar en sus filas a la histórica oposición. Encontró en tres referentes “boina blanca” la chispa para avanzar con sus planes. La entonces titular de Estación Juárez Celman, Myrian Prunotto, comenzó a mantener reuniones y compartir actos de gestión con los líderes del PJ cordobés. La escoltaban sus pares de Arroyito, Gustavo Benedetti, y Carlos Briner, de Bell Ville. 

Jerarquizaron a la líder de este movimiento de radicales que no estaba dispuesto a trabajar por el senador Juez con la presidencia del Ente Intermunicipal de Gestión Metropolitana. Cuando llegó el momento de mostrar lo construido, y con asistencia de agrupaciones radicales filo peronistas de la ciudad, llenaron el comedor universitario para lanzar la agrupación Radicales Auténticos. Briner daba un paso al costado. Los nombres mostrados en la lista de acompañantes llevaron tranquilidad a la tropa aliancista. El debut inició con una baja importante, pero lograron irrumpir en el escenario político.

Ahora bien, la unidad de JpC se respira no sólo en la teatralización del acuerdo que ofrecen Juez y De Loredo. El diputado nacional Mario Negri, con control directo en los resortes de la UCR, celebró la madurez del irreverente joven radical. Por lo bajo, son mayoritarias las voces de los correligionarios que aprueban la decisión de De Loredo, uso eufemístico del reconocimiento que trabajarán para Juez. Quedan, por cierto, voces disonantes como la que expresa la Línea Córdoba. 

Los juecistas refuerzan el blindaje partidario de su renunciante aliado. “Está todo acordado, incluido el mestrismo”, disparan con picardía. 

Si la interna radical no escala y todo es como describen, cabe hacerse una pregunta: ¿qué puede rascar el peronismo ante la confirmación de la unidad de JpC? El pedido de interna de Prunotto a la UCR, ayer en conferencia de prensa, es llamativo y algunos lo leen como una señal de fracaso. Si bien es cierto que desde lo verbal ella siempre se definió como radical y desde esa reafirmación identitaria confesó que le gustaría ser compañera de fórmula de Llaryora; desde lo gestual y práctico no caben dudas que su trabajo no era para beneficiar a su espacio de procedencia. 

Si bien sigue movilizada la Capital ante la duda sobre la candidatura municipal de De Loredo, la dirigencia de Juntos ha expresado su apoyo a la decisión de la que se presenta como “la mejor fórmula”. Incluso, manifestaciones de apoyo surgieron de dirigentes que se habían anotado para la pelea provincial como los amarillos Pedro Dellarossa y Laura Rodríguez Machado. 

El “plan aspiradora” de Llaryora pierde atractivo ante el acontecimiento. Nada puede darse por terminado en pleno comienzo de la campaña, porque todavía quedan algunos nombres fuertes circulando de aquellos que alguna vez pidieron “continuidad con cambio” en la provincia.