Por Bettina Marengo
Hacemos por Córdoba tiene el candidato y la fecha de las elecciones provinciales, el 25 de junio, el postulante de la Capital y el convencimiento del llaryorismo de que la principal ciudad votará un mes después, pero las dos fórmulas electorales están abiertas, y además en intensa discusión. La jugada de Olga Riutort en el Concejo Deliberante puede evitar que el radical Rodrigo de Loredo secunde en forma testimonial a Luis Juez en la fórmula de Juntos por el Cambio para la Gobernación y que luego encabece lista para la Intendencia, pero no le resuelve un tema al PJ que tiene que ver con matemática electoral y con necesidades políticas. El aporte de votos es clave en ambos casos pero más en las elecciones capitalinas. Si algo tiene claro un ya no tan calmado oficialismo es que necesita fortalecer la candidatura de Daniel Passerini con un o una vice que garantice trabajo y votos.
El plazo para inscribir listas provinciales vence el 6 de mayo. “Es lo último que vamos a definir”, exageran los llaryoristas. En el viguismo aseguran que todos los caminos para acompañar a Martin Llaryrora conducen a Alejandra Vigo, la senadora nacional que maneja el peronismo de la Capital y que tiene funcionarios desplegados en la Legislatura y el Poder Ejecutivo, además obviamente del Concejo y el gobierno de la ciudad. En el Palacio 6 de Julio aseguran que nadie que conozcan, a excepción del gobernador Juan Schiaretti, mide más que su jefe. Sólo el intendente de Río Cuarto, Juan Manuel Llamosas, le suma “unos puntos” en la zona ranquel de la provincia, apuntan. Dato no menor porque lo electoralmente más frágil del sanfrancisqueño se ubica en los departamentos del sur provincial, pero se trata de un dato regional y no general.
“Es la fórmula que tranquiliza a todos”, bancan las huestes de Vigo ante quienes se preguntan si la esposa del gobernador dejaría el cotizado sillón en el Senado, donde acaba de armar un bloque peronista federal rebelde al Frente de Todos, que le permite jugar de brazo parlamentario del cordobesismo y de plafón nacional para la candidatura de Schiaretti. La respuesta, dicen muchos en el peronismo, es sí.
Caída la vía de la transversalidad radical para armar la fórmula, los nombres en danza siguen siendo los mismos. Además de Vigo y Llamosas, sigue en carrera la diputada Natalia de la Sota, que viene diciendo sin medias tintas que se siente capacitada para ser vicegobernadora de Córdoba. El fin de semana estuvo en la Fiesta Nacional de la Alfalfa, en la localidad de San Basilio, en el sur cordobés, donde volvió a manifestar su deseo de acompañar al candidato a gobernador. El carlospacense Esteban Avilés también suena, aporta voto punillense y no PJ, y últimamente también el exintendente de Marcos Juárez y derrotador de HpC en septiembre del 2022, Pedro Delarrosa, hombre del PRO pero con pasado de cercanía al Panal. La variante Myrian Prunotto, en cambio, perdió peso y la intendenta radical de Juárez Celman volvió sobre sus pasos, de socia de Llaryora a pedir internas en su partido frente al hecho de que no será un radical, sino Juez, el candidato a gobernador. En cualquier caso, hoy las fuentes niegan que puede apelarse a alguna figura de ruptura del mundo artístico o deportivo.
Para la ciudad de Córdoba hay más dudas aún. Y más temor, claro. Aunque HpC asegura que Passerini ha mejorado su posición relativa a De Loredo, la preocupación por un compañero de dupla que no sea relleno sino que sume y fortalezca está muy presente, sobre todo si el actual viceintendente queda solo, con elecciones separadas, frente a un fuerte, prima facie, diputado de Evolución. El paso errático del oficialismo esta semana en el Concejo (ver página aparte) habla de eso. Y deja visibles tensiones entre llaryoristas, viguistas y schiarettistas que hasta ahora venían contenidas. Lo que sí, todos coinciden en que por segunda vez -la primera fue en 2019- el PJ quiere ganar la Capital, en detrimento a la acusación de Riutort de un acuerdo Schiaretti-Macri para favorecer el triunfo amarillo en ese distrito.
Luego de haber quedado rezagado de la candidatura principal, muchos observan que el secretario de Gobierno del municipio, Miguel Siciliano, no querrá secundar al médico de Cruz Alta. El funcionario, que tiene trabajo territorial en Capital, hoy parece más volcado a provincializarse y a vender la gestión Llaryora en el interior que a jugar de segundo en la campaña local, aunque él mismo se puso a disposición del proyecto. El nombre del schiarettista Héctor “Pichi” Campana suena, como también el del viguista secretario de Políticas Públicas, Raul Lacava, en un juego donde los nombres que se impulsan remiten al reparto de poder y los intentos de límites mutuos en que está sumido el oficialismo en este inédito escenario de cambio de ciclo.