Llaryora, reactivo al acuerdo Juez-De Loredo (punto para JpC)

Con un estilo inusual al que imparte Juan Schiaretti en Hacemos por Córdoba, el intendente de Capital y candidato a gobernador criticó la estrategia opositora. Intentó ser irónico, pero sonó a provocador. Síntoma de la preocupación oficialista.

Por Yanina Soria

Rodrigo de Loredo lanzó a Luis Juez como candidato a gobernador de Juntos por el Cambio y el peronismo cordobés reaccionó. Sorpresivamente, el primero en salirse del molde de lo que pregona Hacemos por Córdoba fue el intendente y candidato provincial, Martín Llaryora, que se metió en el barro para atacar de lleno a sus retadores. 

Corrido del estilo que imparte Juan Schiaretti quien repite como mantra “nosotros no opinamos de los otros”, “nosotros no somos comentaristas de la realidad”, el titular del Palacio 6 de Julio hizo justamente lo contrario: criticó la estrategia opositora. Intentó ser irónico, pero, en cambio, terminó sonando a provocador y casi burlesco en su modo de expresarse; de nuevo, algo inusual en las formas en que busca mostrarse el oficialismo, sobre todo, cuando corren tiempos electorales. 

“No me meto en decisiones de otros partidos”, arrancó diciendo el intendente en un móvil del Telefé Noticias Córdoba, aunque de inmediato soltó entre risas: “Sí por supuesto, como a todos, el fin de semana la llegada de memes sobre el empate (de la encuesta) fue increíble, yo creí que iban a hacer un desempate”. “Pero bueno, fue un meme porque es la primera vez que veo una encuesta que da empate. A todo el mundo le dio mucha gracia lo del empate y a mí también, imagínense si le dicen eso al propio partido y a la gente, lo que le pueden decir a los vecinos”, siguió. 

Luego calificó la encuesta difundida por ambos dirigentes de Juntos por el Cambio como un “cachivache” y concluyó siempre entre risas: “Argentina se rio de eso”. 

La posición del candidato a gobernador fue apoya desde las redes por militantes y dirigentes de Hacemos por Córdoba que, apenas conocida la declinación de De Loredo, comenzaron a agitar el hecho “histórico” de que la UCR no lleve postulante propio y que los boina blanca deban trabajar electoralmente para un “peronista”; un enfoque que como algo de verdad tiene, puertas adentro del centenario partido, generó ruido. 

La reactividad que mostró Llaryora no tiene que ver solamente con la intensidad con que se jugarán las elecciones en Córdoba: pues el PJ saldrá a defender el título mayor y buscará revalidar su poderío provincial con un séptimo mandato consecutivo mientras que la coalición opositora huele triunfo y se entusiasma con hacer historia y firmar el certificado de defunción de la ex Unión por Córdoba. 

El intendente mostró cierto nerviosismo ayer, dejó que ver qué hay algo de Juntos por el Cambio que está preocupando a Hacemos por Córdoba. 

Y sí, detrás de la jugada de De Loredo y Juez, existen -al menos- dos puntos que inquietan al peronismo hoy: 1- la unidad; 2- la incerteza sobre qué candidatura terminara asumiendo el diputado radical. 

El PJ, experto en meter la cola en espacios ajenos, apostaba a un frente opositor deshilachado, no al punto del 2019, pero con mayores tensiones que las que hoy muestran a nivel de cúpula en Juntos por el Cambio Córdoba. Y aunque todavía todo puede pasar en un frente cuyos aliados también son expertos pero en romper lo que se da, desde el seno opositor aseguran que la unidad “está garantizada”.

El segundo punto, el factor “De Loredo” es otro aspecto a atender por parte de Hacemos por Córdoba. Allí radica, entre otras razones, el por qué el oficialismo todavía no blanqueó la fecha de los comicios municipales. Como nunca, importa lo hagan en frente. 

Desde el llaryorismo aseguran que su candidato a la intendencia, el actual vice Daniel Passerini, está bien posicionado y que todavía puede crecer; pero también admiten que otro puede ser el escenario con el radical jugando en la cancha local. 

En ese caso, la disputa entonces no será mano a mano entre De Loredo-Passerini, sino que se dará entre el radical y Llaryora como protagonista de la campaña en la ciudad. La posibilidad (casi un hecho para todos dentro del PJ) de desdoblar los comicios locales de la fecha provincial facilitaría apuntalar, dicen, al candidato a intendente con la fuerza de dos gobernadores en simultáneo: Schiaretti terminando su mandato y Llaryora como mandatario electo. A su vez, titular del Centro Cívico será también candidato presidencial, en los planes de Hacemos por Córdoba. 

Ayer, el oficialismo en el Concejo Deliberante decidió acompañar en sesión el proyecto que impulsa el espacio de Olga Riutort para modificar el Código Electoral Municipal e impedir, entre otras cuestiones, las candidaturas testimoniales. Una iniciativa que parece a medida, para impedir, precisamente, que De Loredo eventualmente pueda ser candidato a vice gobernador de Juez y, luego, candidato a intendente. 

Una jugada muy sintomática de cómo está percibiendo el escenario electoral el peronismo cordobés.