Por Felipe Osman
El sindicato docente formalizó ayer el rechazo que sus bases votaron la semana pasada en 20 de los 26 departamentos de Córdoba. El común denominador en las asambleas escolares fue no reconocer diferencias entre la primera propuesta y la segunda, que a pesar de integrar el 82 por ciento del Fonid a los haberes jubilatorios y disminuir a un mes el diferimiento con el cual las paritarias impactan en los jubilados, sólo adelantaba la última cuota de recomposición un mes, manteniendo la propuesta semestral en el 40 por ciento con cláusula gatillo en garantía.
El Centro Cívico se mantiene firme en su determinación de mantener un mecanismo de revisión salarial que tome como pauta la evolución inflacionaria, sin discutir la suba del piso salarial que los estatales reclaman, con la Canasta Familiar como parámetro.
Junto al rechazo, los docentes resolvieron ir a un paro de 48 horas, el miércoles y jueves de esta semana. Durante la primera jornada, se realizarán acciones para visibilizar el conflicto en cada departamento. Durante la segunda, convocaron a una movilización en Capital.
Se trata de una prueba de fuego para el conflicto. Tras dos días de paro en el marco de la paritaria y un tercero celebrado en conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, si la medida de fuerza decidida ayer por los docentes alcanza, como las anteriores, un amplio margen de acatamiento, el ciclo lectivo habrá comenzado con cinco días de paro en su primer mes.
La segunda prueba de fuego llegará con los recibos de marzo, cuando los docentes sientan el impacto de los descuentos, aunque levemente atenuado por la recomposición del 10 por ciento que el Centro Cívico resolvió reconocer unilateralmente. Tal decisión, vale aclarar, fue rechazada por las conducciones gremiales, por juzgarla compulsiva.
En simultáneo a la asamblea que definió el rechazo y la huelga, un colectivo de docentes se concentraba en la intersección de Avenida Chacabuco y Boulevard Illia para instalar una carpa blanca que ocupara media calzada, con la intención de rememorar la protesta que la docencia lideró en los 90’, reclamando la derogación de la Ley Federal de Educación. La Policía intentó, en un primer momento, desalojar el corte. Finalmente dejó que el reclamo se hiciera, aunque sosteniendo una custodia policial que los manifestantes juzgaron excesiva.
El conflicto docente es hoy la referencia que miran el resto de los sindicatos estatales, que en su gran mayoría tampoco han firmado acuerdos paritarias y esperan una resolución de UEPC para avanzar. Tal es el caso del SEP, que históricamente se repartió con el sindicato docente roles inversos, en los que era él el que fijaba la pauta detrás de la cual se encausaba el resto de las paritarias públicas.
Herido por las esquirlas que dejó el conflicto de Salud, el SEP también se movilizó ayer, compartiendo los reclamos salariales de los docentes. Se trata de un frente menos complejo. El más delicado es el de los empleados de la Salud que, por fuera de la estructura gremial que conduce José Pihen, integraron la Coordinadora de Salud.
Al cierre de esta edición, ese cuerpo se encontraba reunido para definir nuevas medidas de fuerza y resolver si se unificaba su reclamo con el de los docentes. Es una variante que las conducciones rechazan, aunque difícilmente puedan obturar.