Por Javier Boher
@cacoboher
¡Buen día, amigo lector! A no desesperar con esta ola de calor que en algún momento se va a acabar, porque todo en algún momento termina. Supongo que lo mismo debería ser aplicable a la política, pero por esa cosa de que todo se transforma seguimos haciendo provechitos de un kirchnerismo que ya tiene olor a pasado.
Mientras repasaba los indicadores de pobreza, inflación, veía a la gente enojada por los cortes de luz o por la falta de agua se me vino a la cabeza la duda: ¿ya podemos decir que la gestión fue tan mala como suponíamos que iba a ser ya desde las PASO de 2019, o todavía tenemos que esperar a ver si la dan vuelta?. Digo, porque me resulta increíble que haya tipos abrazados a un rosario con la cara de Cristina pensando que pueden hacer algo mejor que lo que han hecho hasta ahora, que la pueden dar vuelta en los nueve meses más largos que vamos a vivir en nuestras vidas.
Obviamente que algunos no esperábamos nada de este gobierno, pero casi que se esmeraron en darnos la razón. Igual supongo que peor se sentirán los que los votaron pensando en que con esto venían buenos tiempos, asado de achuras todos los días, delivery de fernet en copas de cristal de bohemia, viajes por el mundo y 0km para todos.
Resulta que ahora somos todos veganos a la fuerza (porque nadie me va a decir cómo llamarle a eso de comer arroz, fideos, papa y polenta todos los días), el fernet tiene que ser genérico, con suerte se viaja a las sierras y se putea si sube el boleto de colectivo. Casi nadie puede decir que vive mejor que hace cuatro años, lo que se nota cuando uno rasca los indicadores sociales.
No quiero ponerme a forzar números, porque no hace falta ponerse a engañar a la gente, pero quedó clarísimo cuando la semana pasada salireron el dato de inflación y las canastas básica. Me gustó uno que metió un titulazo con la canasta de alimentos: “la inflación de los pobres, 115,1% en el año”. Menos mal que vino Massa, porque sino no sé cómo iba a hacer el Hernias para llegar al final del mandato.
Seis meses con los alimentos subiendo más del 100% anual es como para empezar a tocar un réquiem para amenizar la despedida de los compañeros.
¡OJO, amigo lector! Que acá es más que claro que no van a abandonar la política, sino que se van a reciclar a las órdenes de algún otro cacique que los mande a palear bosta al corral. Por más que el kirchnerismo tenga olor a cala, el peronismo nunca muere.
Leía un poco la guapeada de flequilleti diciendo que se ven en el ballotage y me volví a acordar de lo que le digo siempre: Tomás Méndez y Daniel Giacomino. Fue el último intento más o menos organizado del kirchnerismo para recuperar la municipalidad de Córdoba después de que el Soldado de los ojos en código morse la dejó como Ucrania después del bombardeo ruso.
La jugada fue más sencilla que una guarnición de fideos moñito con manteca. Le chantaron el escudo del Frente de Tongos al soldado y lo mandaron de kamikaze a sacar un puñado de votos de amigos. Limpiaron de kirchnerismo al candidato que llevaba el mismo naranja furioso que había acompañado al motonauta monomano en su gestión al frente de la Inviable y estuvieron cerquita de ganarle la elección al Chancho Jr.
¿Quién nos garantiza que no manden a tapa vieja de termo Filmus a seguir perdiendo como siempre, con tal de que el voto se vaya a un peronista que pueda ganarle al resto de los candidatos? No hay que descartar ningún escenario en lo que viene por delante, que este país es propio de realismo mágico.
Además, estimado, ya le dije que acá la cosa es quedar entre los dos de arriba, porque va a estar más difícil ganar en primera vuelta que ir al super sin mirar los precios. ¿Se imagina a los compañeros votando a Flequilletti? A mí no me hace falta imaginarlo, porque me acuerdo perfectamente bien cómo lo votaron para gobernador en 2019.
El kirchnerismo es así, todos guapos que gritan consignas antisistema a los que después el verticalismo del peronismo les tira con más fuerza que un pelo de… de Sansón, estimado, que era muy fuerte por su cabellera. Ahí van y le meten el voto al que sea, aunque sea el Sultán de Anillaco que se levantó del jonca y se puso a hacer maldades como un zombi de una peli cualquiera.
La verdad, a esta altura del partido no sé cuánta gente puede haber bancando este proyecto nacional y popular. En 10 días va a salir la pobreza del segundo semestre y va a dar más alta que la tensión de todos cuando el Dibu atajó el gol con el que perdíamos la final. La gente tiene menos plata que anillo de peatonal, lo que se nota. Sin plata en el bolsillo la gente te da la espalda en el acto. La única lealtad es a la biyuya.
Voy a ir cortando acá, estimado, porque no me queda mucho más para agregar. Lo que le puedo decir es que todos elegimos seguir enfocados en lo que viene y metiéndole para adelante, porque de atrás viene corriendo la pobreza con mucha ganas de alcanzarnos a todos.
Dije esto de que nos corre por detrás y me acordé de ese chiste de que hay que ir lado a lado, hombro con hombro, con el gobierno y los políticos, el que después puse en el título. ¿No lo conoce? Siempre se aplica a nuestra clase dirigente. Se lo dejo de tarea.
Tenga buena semana.
ResponderResponder a todosReenviar
|