Por Yanina Soria
El legislador provincial en uso de licencia hasta mayo, Oscar González, imputado de “homicidio doloso agravado” por el choque en el que murió la docente Alejandra Bengoa y resultaron serias dos adolescentes, está de vuelta en el ruedo político.
Si bien por ahora concentrado en su departamento y, particularmente, en la ciudad de Villa Dolores, se sabe, mantiene diálogo con el Panal y testigos aseguran haberlo visto por los pasillos de la casa de Gobierno.
La muestra más cabal de que el peronismo del gobernador Juan Schiaretti no le soltó la mano al influyente dirigente de Traslasierra que quedó en el ojo de la tormenta pública en octubre pasado, es que su pareja, Cristina Vidal, es la candidata oficial de Hacemos por Córdoba en Villa Dolores.
La titular del Centro Cívico del Oeste provincial anunció hace unos días la decisión del oficialismo cordobés: “Acepté ser la candidata a Intendente por Hacemos por Córdoba de mi querida ciudad. Estoy convencida que esta vez ustedes nos van a dar la oportunidad de gobernar Villa Dolores. Lo haremos trabajando sin descanso por el desarrollo de la ciudad y el progreso de los vecinos. Ustedes conocen el trabajo que venimos haciendo diariamente desde el Centro Cívico. Cuando podamos sumar las acciones del gobierno provincial con las del gobierno municipal será un gran beneficio para Villa Dolores y los dolorenses”.
Por supuesto que apenas se blanqueó la decisión de Hacemos por Córdoba, la polémica quedó servida.
¿Acaso Vidal tiene algún impedimento legal para anotarse en la carrera municipal? la respuesta es “no”. Los reproches que provienen desde el seno de los familiares y amigos de las víctimas que piden prisión para el legislador, pero también desde el propio peronismo, corresponden al orden de la moral y la ética.
Pues, que quien está investigado por causar la muerte de una persona esté de campaña en este momento, no cae bien. Lógico. Mucho menos que la candidata sea quien tuvo frases desafortunadas apenas unas horas después de sucedida la tragedia, como se conoció tras viralizarse un audio enviado por la titular del Centro Cívico del Oeste cordobés.
Entonces, ¿por qué el peronismo resuelve apoyar y jugar tras la candidatura de Vidal? En esa respuesta se conjugan varios factores.
Lo primero que señalan quienes conocen el microclima social y el pulso político en la región, es que el impacto de lo sucedido no es igual en el oeste cordobés que en la Capital. En la ciudad de Córdoba el escándalo tomó un cariz netamente político y se mezcló con lo electoral. En San Alberto, de donde son las víctimas, hay una comunidad muy dolida, enojada con González y solidaria con las familias de las dos adolescentes y reclamando justicia por la maestra fallecida; mientras que, en San Javier, aseguran, la imagen de González cayó muchísimo pero no así la de Vidal. La candidata mide bien y tiene una estructura grande respaldando su postulación. Quizá allí radique la razón más fuerte de porqué el Panal la apoya. El peronismo jugará con quien le garantice votos para el candidato provincial, Martín Llaryora. Y allí parece tallar con fuerza el tándem González- Vidal.
El otro capítulo que se abre en Traslasierra tras el caso González es el surgimiento de las nuevas referencias en el marco del proceso de recambio generacional del PJ cordobés.
Aun en su peor momento político, nadie subestima el poder que todavía conserva el ex presidente Provisional de la Legislatura. González es un histórico y un dirigente fundacional del peronismo cordobés, por lo que muchos creen que, si Vidal gana en Villa Dolores, comenzará el operativo para repatriarlo, al menos, con mayor visibilidad pública.
En el mientras tanto, en San Alberto, los legisladores Julio Bañuelos y Alfredo Altamirano se abroquelan, ganan terreno político dispuestos a hacer valer su capital en la pulseada interna de Hacemos por Córdoba. Bañuelos cuenta con la venia de Llaryora y es quien suena como candidato departamental. Pero todavía nada está dicho.
