Por Javier Boher
@cacoboher
El humor colectivo que emana de las redes sociales es algo único. Aunque algunas veces también sobrevuelan la angustia y el enojo, la mayoría de las veces se trata de catarsis por la vía de las risas, la mejor manera de evitar caer en la histeria colectiva al ver que vamos derecho a una piña monumental.
Ayer me mandaron un meme sobre la hernia de disco lumbar que le diagnosticaron al presidente. Aunque ya se fundió en su popularidad hace rato y perdió el encanto para hacerle memes (todo un parámetro de la opinión de la gente sobre su gestión) era lógico que algo tenía que salir de esa noticia inusual. Siempre la salud de un presidente es motivo de burla, porque afortunadamente acá nadie tiene coronita y nos podemos reír con libertad sobre la desgracia ajena.
El meme en cuestión era muy simple: “dijo que se iba a poner la inflación al hombro y le terminó saliendo una hernia”, referencia lógica al esfuerzo que significa cargar con las tres cifras de inflación anual que arrojó el Indec en febrero. Si levantar una bolsa de cemento (no quiero lidiar con burlas cruzadas por tomar partido por fonética o grafía entre porlan y portland) es difícil porque pesa 50kg, imaginemos lo duro de levantar ese muerto con el que tiene que cargar la gestión económica del ministro Massa.
Mientras andaba haciendo mis tareas habituales me puse a pensar en qué complicado sería si el presidente hubiese usado otra frase o dicho popular para referirse a la titánica tarea que tenía por delante y su voluntad de dejarlo todo para cumplir con la misma. Sepa el lector disculparme si alguna de esas fórmulas tan comunes en el lenguaje cotidiano le resultan chocantes.
El presidente podría haber dicho que iba a poner manos a la obra en su tarea de combatir las subas de precios, aunque cada vez que un peronista habla de manos el remate viene por el lado de la lata o por el lado de la trama mafiosa de las del líder. A alguien se le ocurriría preguntarse por el destino que le tocaría a las del presidente.
Alberto también podría haber dicho que bajar la inflación le iba a costar un huevo, aunque a esta altura del partido la mayoría coincide en que hace rato ha sido emasculado por su compañera de fórmula. No hay que engañarse por los que dicen que está planeando dar pelea en las PASO: incluso si se presentara difícilmente lograría muchos votos.
Ya me lo imagino entrevistado por algún periodista diciendo que no es moco de pavo bajar la inflación, especialmente porque lo han dejado más de una vez como un pavo por echar tanto moco cada vez que hace gala de su verborragia hibridada entre el chamullo del porteño y el del peronista.
Podría haber dicho que iba a pelear con uñas y dientes para combatir el flagelo de la inflación, que a esta altura lo hubiese dejado con una dentadura como para alimentarse a sopa y puré o con unas uñas como para tener que rascarse con un rascador de esos que terminan con una manito en la punta.
Para el final tuve que dejar la primera que se me ocurrió, que obviamente tenía que quedar para el cierre. Si hay una frase que denota el empeño que alguien va a poner para alcanzar un objetivo realmente difícil, para representar ese esfuerzo que nadie más hace para alcanzar el objetivo, esa frase es “me voy a pelar el culo”.
A esta altura creo que no necesito ser mucho más explícito respecto a cuánto de la región posterior del cuerpo le estaría quedando libre de la necesidad de ser intervenida por un médico de la unidad médica presidencial, a la luz de la inflación que se acumuló a lo largo del año. Será tarea del lector imaginar los chistes que se podrían hacer si el presidente hubiese buscado hacerse el popular y el comprometido con la causa usando esa frase.