Por Felipe Osman
La Calera se ha convertido, en los últimos años, en una localidad con un peso específico especial para el peronismo, incluso a pesar de no ser un enclave electoral determinante por la envergadura de su padrón.
Aún así, la ciudad es la más grande que el peronismo controla dentro del departamento Colón, el segundo en cantidad de habitantes sólo por detrás de la Capital, y es también la ciudad más grande -después de Capital- de las que integran el Ente Intermunicipal de Gestión Metropolitana. En otras palabras, es clave para el desarrollo de este organismo, que representa una de las grandes apuestas de la gestión municipal, y uno de los grandes puntales de la campaña de posicionamiento provincial de Martín Llaryora.
Sin embargo, quizá el mayor interés que reviste detenerse a observar el escenario electoral de La Calera es que su situación bien puede ser un prisma a través del cual interpretar las dificultades y desafíos que para los demás intendentes PJ implica plegar sus elecciones a la elección provincial, no detrás de la locomotora electoral que el consagrado Juan Schiaretti era en 2019, sino traccionando una boleta liderada por un Martín Llaryora que asoma con un futuro político promisorio, pero que tiene aún más futuro que pasado, con lo bueno y lo malo que eso implica.
Veamos. En Calera, y siguiendo los números del peronismo, la oferta electoral se encuentra fraccionada en ocho propuestas. El oficialismo, con Facundo Rufeil a la cabeza, estaría cerca de los 40 puntos. Y, detrás de él, como el “mejor” opositor aparecería Fernando Rambladi, al frente de Encuentro Vecinal, cerca de los 18 puntos. Después se ubicarían Gastón Morán, con aproximadamente 11 puntos, respaldado por el ex intendente y primo del actual jefe comunal Rodrigo Rufeil, quien supo jugar con Carlos Caserio después de que éste abandonara Hacemos por Córdoba para alinearse con el Frente de Todos.
Tras ellos aparecerían Ariel Mealla (PRO), Arturo “Tito” Cortese (Activar), Mauricio Pereyra (La Libertad Avanza), y finalmente el FIT y el MOC.
El asunto es que tanto Mealla, del PRO, como Coretese, cuyo sello cuenta con el respaldo de parte del Frente Cívico en La Calera, podrían confluir en una misma lista si las elecciones municipales se fijan para el mismo día que las provinciales, absorbiendo además buena parte de los votos de Rafael Pontieri (el candidato declinado del juecismo). El motivo: se verían prácticamente obligados a unirse para no quedarse, alguno de ellos, sin candidato a gobernador.
Del mismo modo, Rambaldi, quien ejerce una oposición más dura a Rufeil desde el Concejo Deliberante y mantiene un alto nivel de actividad en la ciudad, quedaría probablemente lastrado por la performance electoral que Aurelio García Elorrio pueda entregar, al frente de Encuentro Vecinal, en los comicios provinciales. Y nada obsta a que esos votos puedan emigrar a la oferta calerense de Juntos por el Cambio, que aparece como su destino más natural.
En el caso de Morán, que trata de despegarse del pasado reciente que su principal sponsor tiene en el Frente de Todos, si la elección municipal se superpone con la provincial corre el riesgo de quedar “atrapado” en la oferta electoral del FdT, dependiendo del puerto a que lleguen las negociaciones entre el Frente Peronista Cordobés y el kirchnerismo duro.
En suma, así como el Gobierno Provincial despega su elección del cronograma nacional para permanecer lo más ajeno posible a sus influjos, en los municipios también existen microclimas y configuraciones muy especiales, que pueden quedar trastocadas por “masa gravitacional” de la elección provincial. Y más aún en un turno tan atípico como el de este año, donde el peronismo va por la sucesión, y la oposición, por quebrar el ciclo del oficialismo justo en su inflexión.
Tales son, en cada localidad, las cavilaciones de los intendentes y jefes comunales, que temen que una oposición local fraccionada pueda amalgamarse para no quedarse sin candidato a gobernador.
Dicho esto, debe aun aclararse que hasta el momento, la enorme mayoría de los intendentes peronistas ha prometido pegar su elección a la provincial. Y el caso específico de Calera no es una excepción. Vayan o no pegadas las elecciones al cronograma provincial, Rufeil ha comprometido su apoyo irrestricto a las consignas “Juan Schiaretti Presidente – Martín Llaryora Gobernador”.