Paritarias: Salud y Educación, dos reclamos que podrían ser uno

Los docentes marcharon el viernes y los equipos de Salud paran el miércoles. Con la campaña en el horizonte, la Provincia negocia con el reloj en contra, y con el riesgo de que los conflictos se unifiquen.

Por Felipe Osman

La paritaria docente permanece estancada, y en los hospitales, el frente que el Gobierno Provincial creyó haber conjurado a fines del año pasado acaba de reactivarse. Al paro de la semana pasada se sumará otro el próximo miércoles, y esta vez la medida será acompañada de una movilización para visibilizar el conflicto.

En el caso de la docencia, el reclamo discurre un camino similar, aunque (por ahora) paralelo. Los docentes llevaron adelante un paro sobre el inicio del ciclo lectivo para rechazar la primera oferta del Centro Cívico, y volvieron a parar el viernes tras declinar la segunda. Esta vez, movilizándose por el micro-centro y evidenciando las divisiones que separan a la conducción de distintas expresiones internas, ya sea de organizaciones opositoras como de grupos de docentes auto convocados.

Los docentes celebrarán, el martes próximo, una asamblea de delegados departamentales para definir los próximos pasos a dar en el marco del conflicto. Aunque es posible que la Provincia se apure a mejorar su oferta para que la UEPC deba poner en marcha, una vez más, un esquema de asambleas para analizar y resolver la aceptación o rechazo de una nueva propuesta.

Ese mecanismo de desgaste es habitual, y busca horadar el reclamo. Pero ahora hay un contexto especial, porque el peronismo se acerca a la elección que definirá su continuidad, o no, al frente del Centro Cívico. Es cierto que las elecciones todavía están lejos, puesto que aún cuando sean anunciadas deberán fecharse con una antelación mínima de 90 días. Pero no menos cierto es que la campaña ya está en marcha, y que se irá intensificando con el pasar de las semanas.

En la base del conflicto, lo que se discute es el mecanismo de reajuste. Mientras la Provincia aspira a seguir reajustando los salarios del sector público en base a la evolución inflacionaria, los estatales ahora quieren poner sobre la mesa la Canasta Familiar como parámetro para calcular los sueldos, complementando esa ecuación con una cláusula gatillo que preserve los ingresos frente a la inflación.

El oficialismo no quiere ceder. Sabe que hacerlo sentaría un precedente complejo, minando el camino de “la renovación”. En el Centro Cívico, muchos lamentan la resolución que se dio al conflicto con Salud el año pasado. Es que hasta allí rastrean la genética del conflicto, con un Gobierno Provincial que accedió a modificar los pisos salariales de los equipos de Salud, aunque dejando afuera de ese trato al resto de los estatales.

Durante la movilización que reunió a miles de docentes el viernes, sectores de la oposición al oficialismo gremial llevaron adelante una asamblea en plena Avenida Chacabuco. Se volvió a oír allí la idea de unificar el conflicto docente con el que ahora renace en los hospitales. La sinergia podría ser brutal. 

La memoria de Córdoba guarda registro del peso que un reclamo conjunto de docentes y médicos puede tener en contextos electorales. De hecho, el cambio de ciclo que llegó con la salida de Ramón Bautista Mestre de la Gobernación y la llegada de José Manuel de la Sota al poder estuvo preludiado por un conflicto de esta naturaleza. Tanto la docencia como la salud son actividades legitimadas ante la opinión pública. “Pelerase” con docentes y médicos no es igual a pelearse con el Suoem o Luz y Fuerza.

La posibilidad de que el reclamo de médicos y docentes pudiera conjugarse aparece, por ahora, obturada por la propia conducción de la UEPC. El cálculo es sencillo: para la lista Celeste buscar sinergia con las asambleas hospitalarias sería validar una representación creada “ad hoc” por el personal de Salud por fuera de la estructura gremial del SEP. 

La enorme dimensión de la UEPC no haría sencillo que algo similar sucediera entre los docentes. Pero mejor es prevenir que curar. Evitar el “efecto contagio” que buena parte de los docentes desea para potenciar su reclamo.