Por Bettina Marengo
Sin agenda “dificil”, No fue un final de año fácil para el bloque oficialista en la Legislatura provincial que hoy tiene su primera reunión luego del discurso de apertura de sesiones ordinarias del gobernador Juan Schiaretti del miércoles pasado. El caso Oscar González, que terminó con el apartamiento del histórico dirigente de Traslasierra y su renuncia a la presidencia provisoria del cuerpo, pero no a la banca, y la tensión por el Código Electoral que finalmente el Ejecutivo no autorizó a modificar, marcaron la convivencia interna los últimos meses del 2022. Pese a las presiones propias y ajenas, no se habilitó la re-reelección de intendentes y legisladores, siendo este último caso el más objetable constitucionalmente en virtud del artículo 83 de la Constitución provincial (que tendría prioridad sobre la ley 10406), lo que en la práctica significa que aproximadamente un tercio de los 49 legisladores oficialistas no podrán intentar repetir banca en los comicios de este año.
En ese escenario inicia la nueva conducción de la bancada a cargo de Leonardo Limia, dirigente de la Capital que responde a la senadora Alejandra Vigo, igual que la docena de capitalinos que integra el espacio Hacemos por Córdoba en la Unicameral. Limia reemplaza a Francisco Fortuna, que pasó a ocupar el lugar de Gonzalez, más jerárquico pero con menos juego politico entre sus pares.
El respaldo de Vigo y el volumen de coterráneos en el bloque son parte de la espalda de Limia para encarar el desafío. Hay que recordar que los capitalinos, a instancias de Vigo y cuando estaba claro que la UCR no iba a votar a favor de la re-re, terminando sellando la suerte de la reforma, al negarse a votar cualquier proyecto de cambio de las leyes electorales, decisión que vino de la mano de la postura de Schiaretti de no modificar reglas de juego en pos de la institucionalidad que pondrá en primer plano en su eventual campaña nacional.
Con todo, Limia asumió con una vicepresidenta del interior, la ischilinense Tania Kyshakevych, en el marco de un equilibrio con el interior. El equilibrio también se impone con Fortuna, el histórico del PJ provincial que jugaba de memoria con el bloque ineditamente numeroso del PJ y aliados y sobre el que muchos legisladores dicen seguirá manteniendo su influencia.
Sin leyes “difíciles” a la vista (“se hizo todo el año pasado”, admiten en el bloque) y en modo electoral (esto es, con menos actividad en la cámara porque la acción pasa a los territorios), aparecen otros temas en el oficialismo.
La convivencia con el grupo de los legisladores, departamentales y por lista sábana que no van a poder presentarse en las elecciones es algo que se menciona en el cuerpo que conduce Manuel Calvo. Para los que quedarán fuera de juego legislativo a fin de año, el oficialismo prevé dos alternativas políticas. Una es que jueguen como candidatos a intendentes de sus localidades, en el caso de algunos departamentales, y la otra es la promesa de un lugar en el futuro gobierno de Martín Llaryora, si es que el candidato oficialista gana las comicios y se queda con el Ejecutivo provincial. A la inversa para algunos intendentes que no tengan chance de presentarse en sus pueblos, la opción es la candidatura a la banca departamental, aunque claramente hay más intendentes y jefes comunales libres que bancas. Ya hubo charlas con varios sobre las estrategia para los “afectados” por la ley 10406, pero el oficialismo aclara siempre que todo dependerá de las encuestas, de quien asegure ganar su territorio. Y encuestas, en el ministerio de Gobierno, se manejan diariamente. “También está la lista sábana”, remarcó una figura importante del bloque, en alusión a que hay lugares para ocupar en la nómina por distrito único. Aunque es improbable que HpC pueda volver a tener el récord de legisladores que obtuvo en 2019, cuando Schiaretti ganó por el 54% de los votos, muy por encima de Mario Negri (17 puntos) y Ramón Mestre (10 puntos). “Si ganamos por diez puntos, podemos obtener 22 legisladores por distrito único”, calculó la fuente, que no tiene el problema de no poder estar en la lista legislativa.