Por Gabriel Marclé

Horas antes de que Juan Manuel Llamosas abriera el año político del Legislativo riocuartense, la dirigencia local esperaba por menciones riocuartenses dentro del discurso que Juan Schiaretti enarboló en la Legislatura cordobesa. Mientras muchos se preguntaban si habría definiciones del cronograma electoral, en la capital alterna había una gran expectativa por posibles anuncios de obras y programas que lleguen a la región, pero también sobre las señales políticas que aparecieran para Río Cuarto y su dirigencia.
El gobernador no mencionó a la capital alterna ni hubo saludo a la población del Imperio, pero el entusiasmo por el protagonismo riocuartense dentro de la minuciosamente planificada jornada política no se generó por lo dicho, sino por lo hecho. Juan Manuel Llamosas -presente en el acto de la Unicameral- fue sentado junto al candidato a gobernador, Martín Llaryora, un gesto ya visto, pero puesto en un contexto diferente al de otros años. Según entienden entre las filas del PJ local, Schiaretti ratificó el lugar que ocupa el mandatario local en sus planes.
Aunque el lugar preferencial junto a Llaryora pueda ser tomado como un detalle o una obviedad, teniendo en cuenta que son los intendentes de las dos ciudades más populosas de Córdoba, fue algo que no pasó desapercibido entre la dirigencia cordobesa y que el llamosismo, desde Río Cuarto, no tardó en señalar como positivo. “Fue un gesto contundente para los que lo daban por vencido en la carrera por la vice”, planteaba un dirigente del entorno más próximo al jefe municipal.
Su lugar en el acto fue mucho menos casual cuando a los dos jefes municipales se sumaba el villamariense Martín Gill, quedando Llamosas en el medio de sus pares. “Primero Córdoba, segundo Río Cuarto y tercero Villa María, como debe ser”, comentaba entre risas un dirigente llamosista. Con esa imagen, la cual se repitió en más de una ocasión durante la transmisión oficial del acto, el líder del movimiento ponía en juego a la triada de intendentes con la que buscarán que HpC retenga el territorio que domina desde hace casi 24 años.
El viaje del intendente Llamosas a Córdoba y su presencia en el acto inaugural de la Legislatura fueron claves para despejar fantasmas que cuestionaban la falta de trascendencia del riocuartense en el rearmado provincial. La aparición de figuras del radicalismo para fomentar la antigrieta -como el caso de Mirian Prunotto- plagaron de dudas a la agenda que impulsaba el ascenso del jefe municipal de la capital alterna.
La efervescencia llamosista después del viaje a Córdoba podría haberse explicado por algún mensaje tras bambalinas que le haya confirmado al riocuartense el lugar que buscaba en la fórmula, pero eso no ocurrió. Aunque Schiaretti siguió mostrando que la carrera hacia la vice todavía está abierta, Llamosas pareció volver a Río Cuarto con la sensación de que sus chances siguen intactas. Lo que no fue puesto en duda fue el interés del gobernador por darle la importancia que merece al intendente que viene cuidándole los votos en la capital alterna.
Una vez terminado el acto, Llamosas se mezcló con el resto de intendentes y dirigentes de HpC en una especie de celebración por lo que fue considerado el mensaje definitivo del gobernador a sus seguidores. El riocuartense, en particular, terminó su incursión en la capital y volvió a su ciudad con más brillo, energizado por el lugar en el que fue puesto por Schiaretti. Con ese ímpetu se preparó para liderar el discurso de apertura de sesiones del Concejo Deliberant. Allí esperaba su gente, de espíritu renovado producto de lo que pudo verse en la mañana del miércoles.
Tal fue el efecto del 1º de febrero que, horas antes de emitir su discurso, Llamosas ya se encontraba con gestos públicos de dirigentes locales que le rendían pleitesía a su proyecto de vicegobernador. “Es tan contundente la transformación realizada que como representante siento que es un deber pedir a los órganos de conducción lo unjan candidato a Vicegobernador junto a Martín Llaryora”, clamaba en sus redes Armando Chiappe, concejal oficialista en Río Cuaroto.
Gestos como este se fueron replicando entre la dirigencia local, aunque unos menos rimbombantes y “lanzados” que otros. Sin embargo, la conclusión a la que llegaron los cuerpos dispuestos a militarlo a Llamosas “hasta el final” es que todavía queda un buen tramo por recorrer y que el riocuartense sigue siendo “la opción lógica” para representar al interior, considerando el balance de la gestión que presentó en el Concejo como la prueba del éxito que el jefe municipal del Imperio superó para ser tenido en cuenta. En pocas palabras, el proyecto detrás de Llamosas recibió el impulso que necesitaba para afrontar el sprint final.