Por Javier Boher
@cacoboher

Esta semana he estado muy pendiente de las noticias de economía. En realidad no tanto, pero medio que son las únicas que aparecieron y se colaron entre el tema de los rugbiers, el caso Lucio y las nominaciones de Gran Hermano. Sobre todo eso me limitaré a decir una sola cosa: en todos los casos el kirchnerismo pretende ponerse del lado de las supuestas víctimas y termina favoreciendo a los victimarios.
Ahora resulta que “pobres los asesinos en patota, se cagan la vida y tienen 20 años”. Y sí, hermano, medio que si se te ocurre ir a bailarle un malambo entre ocho en la cabeza de un tipo hay una chance bastante alta de que se muera.
Con las asesinas del nenito pasa lo mismo: ahora parece que la culpa es de que la madre no lo pudo abortar cuando quedó embarazada. Quizás sí, pero entonces, ¿para qué pidió la tenencia?. Hay que andar con ganas de justificar la tortura así, estimado. Al final la que diputada que estaba en contra del aborto porque se podía buscarle la casa a las criaturas como se hace con los perritos estaba más cuerda que las sororas que defienden a estas locas.
De Gran Hermano, defienden a la mamá luchona que cobraba casi 700 lucas por ser expareja de un intendente peronista del conurbano. Es una fija, vos les decís que el jeque que le puso la salida de baño a Messi es una víctima de alguna dimensión del sistema y van a salir a defenderlo pese a ser el estereotipo de machirulo.
Volviendo sobre economía (¿vio que mis disgresiones son casi notas?) la semana pasada tuvimos de todo. Arrancamos con la noticia de que Argentina y Brasil tratarían de buscar una moneda en común.
Ajá.
No existe libre comercio, libre circulación de bienes y capital, libre circulación de personas, no hay políticas comunes en casi ningún área, ni siquiera se enseña portugués acá o castellano allá y de golpe vamos a compartir una moneda. Es muy loco, porque lo cubrieron como si se estuviese por lanzar el Euro, y con suerte fueron un par de declaraciones como para que no se note que la inflación está más acelerada que Usain Bolt yendo al baño porque se está haciendo encima.
Le soy sincero, estimado: si me dicen que la moneda va a dejar de devaluarse al ritmo que se devalúa, le pueden poner la cara de Pelé, del gordo Ronaldo, o de Xuxa que me va a dar exactamente lo mismo. Lo único que espero es que sea sin guaraná ni ritmo de batucada, porque ahí si que lo rechazo de plano. Igual, difícilmente el papel que respalde Brasil valga menos que los papeles que se largan acá.
El tema es siempre el mismo: los políticos tienen menos ganas de ajustar que el que ya se le cortaron una vez los cordones porque están viejos. Todo se trata de tirarle el fardo a la gente, porque no se pueden tocar los privilegios de los que viven de arriba.
Entre las cosas que salieron esta semana en las noticias de economía está que empezó a subir el precio del ganado en pie. Más o menos un 30% arriba en los mercados, salvo en el de Quilmes, que todavía la vaca cotiza a lo que provean los cazadores y recolectores que se chorean los animales y los faenan en el medio de la calle.
La carne ya metió una actualizada de entre 5% y 15% en góndola, pero calculan que esta semana se va a ir un poco más arriba. “Ahora se la van a comer a toda”, dijeron los que relevan el precio de la carne, pero no sé si estaban hablando de la carne vacuna o de los que nos vacunan con la carne.
Ojo, estimado, que esto no es cosa de los productores, porque la carne venía más atrasada que la victoria en la lucha contra la inflación. Le pongo un ejemplo: en junio, un salario mínimo compraba 40 kilos de carne; en diciembre, 50. Pero la inflación entre julio y octubre fue entre el 6,2% y el 7,4% mensual. Los salarios corrieron de atrás a la inflación y el precio de la carne corrió a todos de atrás: 56% de aumento de la carne en 2022 contra 98,4% de inflación anual. Ahora se acomoda como sopapo en el oscuro.
La verdad estimado, yo no entiendo muy bien cómo funciona la mente económica del kirchnerismo. Es medio loco eso de decir que entre diciembre y marzo todos los precios van a aumentar al 4% y que eso va a hacer que en abril mágicamente baje al 3%. Si todo aumenta, las cosas nunca dejan de subir. El que se comió algún aumento para que no le caigan las ventas después lo sube de golpe, cuando no le queda otra. ¿Va a subir el 4%? sólo si quiere perder plata.
El plan económico del kirchnerismo es pura fantasía, es creer que todo se resuelve mágicamente con anuncios y acuerdos de precios. Es más, quieren relanzar Precios Justos, ese que está andando tan bien que la inflación no baja del 5%. Aunque a algunos les gustaría que se muera el capitalismo, el mercado siempre va a estar vivo y se va a acomodar a donde corresponda.
Ya me tengo que ir yendo, estimado. Sólo le dejo un último pensamiento: si los planes del Tigrense Taimado no funcionan y se sigue repitiendo la inflación de diciembre, en las PASO vamos a votar con casi 50% de inflación acumulada en el año. Quiero creer que eso alcanzará para que a algunos finalmente les caiga la ficha sobre quiénes le comen el sueldo.
Tenga buena semana.