Atenas y Lábaque, SOS con el descenso y la gloria

El presidente del club “Griego” salió a pedir respaldo para el equipo que marcha último y con riesgo de descenso en la Liga Nacional de Básquetbol. Y procuró apoyo a su gestión. ¿Qué pasó en estos últimos años?

Federico Jelic 

¿Alguien se anima a describir con exactitud y precisión lo que pasa en Atenas? La peor campaña deportiva de su historia, por escándalo. Últimos cómodos en la Liga Nacional de Básquetbol, con apenas una victoria y un escenario complejo en lo institucional, donde el descenso asoma más que nunca como escenario latente. ¿Cómo se llegó a esta delicada situación, que contrasta con los oropeles y los títulos conseguidos a lo largo de su gloriosa trayectoria, ostentando la mayor cantidad de títulos en Argentina, al punto que hoy solo se festeja esquivar el descenso?

Y claro, inevitable es que la mayoría de las miradas críticas caigan sobre su presidente y líder Felipe Lábaque. Sindicado por muchos como el responsable de que los dirigentes se alejen de la institución o que no les den participación, sin embargo “Felo” reitera que las puertas están abiertas a quien quiera participar. Hoy mientras el sueño del estadio propio sigue en marcha y muy dilatado respecto de los plazos anunciados en otras conferencias de prensa, pareciera que el único activo que el club “verde” necesita mantener es la categoría en la máxima división del básquet argentino. Y el diagnóstico no es el más favorable.

Pero lo mismo Lábaque da la cara. Se engurra, denuncia, se enoja, intima, contesta, todo esto con una suave autocrítica por detrás. Por eso convocó a una conferencia de prensa, en busca de dar explicaciones  y a la vez, procurando más apoyo, moral y económico, con la finalidad de evitar el desenlace más infeliz de todos.

De dicha conferencia realizada en la humilde sala de prensa del Polideportivo Carlos Cerutti participaron Lábaque, el DT del equipo Elian Villafañe, el capitán de Atenas Omar Cantón y el flamante dirigente David Urreta, hombre con vinculación fuerte en el gobierno de la Provincia de Córdoba, subdirector de la Secretaría de Integración Regional, y con varios años en la política. Llegó para acompañar al “Felo” en el proceso y la reestructuración en marcha, parada complicada si las hay.

Es que claro, a Atenas todo le cuesta el doble. Como explicó Lábaque (padre), “la vara quedó tan alta con los Campana, Milanesio, Oberto, y Osella, que hoy todo es tragedia y es imposible equiparar”. Resaltó el mandamás del “Griego” que antes a los contratos se los arreglaba de palabra y en el living de su casa  y que ahora hay representantes y agentes que solo buscan el negocio. Y sí, los tiempos cambiaron, sea para bien o mal, fueron mutando con el paso de los años y si Atenas no se acostumbra a actual de acuerdo al contexto actual corre el riesgo de quedarse en el camino y en el fondo.

¿Qué dejó como saldo la conferencia? Banca total y respaldo al grupo y a los jugadores para evitar salvarse del descenso. Con anuncios además de que no llegarán más extranjeros ni nadie más y que “lamenta haber dejado en manos del DT Claudio Arrigoni el armado del plantel”. “Ese apunte se me escapó a mí, asumo la culpa, no sé en qué estaba pensando”, agregó el hombre fuerte de Atenas.

¿Por qué a Atenas le cuesta tanto el recambio dirigencial? A ciencia cierta, hace no menos de 15 años que solo relacionamos al club con los Lábaque, sea Felipe o su hijo Bruno, de manager. A esta pregunta Lábaque la respondió con altura: “Atenas no es para cualquiera. Ya es tiempo que dejara un poco de estar en la conducción pero no encuentro a ninguna persona a quien yo pueda dejarle mi capital, que son contactos, empresas y agenda, para llevar adelante al club. Atenas no es para cualquiera, esto es para estas las 24 horas pensando en qué hacer  y tomar decisiones. Casi todos los patrocinios son mutuales y obras sociales que yo traje de mi clínica.  No es fácil estar acá  y tampoco aparecen muchos voluntarios”, comentó.

A su vez, dejó en claro que Atenas no recibe ninguna ayuda oficial de organismos estatales ni provinciales ni municipales. Y eso que fue viceintendente en el proceso de Cambiemos, con Ramón Mestre a la cabeza como jefe comunal, de 2015 a 2019. Llegó por recomendación del líder del partido y ex presidente de los argentinos, Mauricio Macri, pero nunca estuvo cómodo en ese sillón. Por eso dejó en claro el fin de su carrera política, en un corto mandato, donde cosechó más indiferencias y sinsabores que otros logros, según resume a quienes le preguntan sobre esa experiencia como funcionario. El presupuesto es todo genuino, con entidades privadas, donde no siempre es suficiente para sumar refuerzos de jerarquía.

Ahora restan 18 finales donde la única meta es la salvación. Lleva 19 derrotas consecutivas, una solitaria victoria y una reputación cambiante. Sus peleas con agentes lo distanciaron de la gran rosca deportiva por los apellidos de renombre. Ya cambió dos cuerpos técnicos. El club tiene apenas 70 socios, nadie se involucra del todo y por ende lo bueno y lo malo cae sobre sus espaldas. Así y todo da la cara, buscando sacar a flote el barco de Atenas que hace varias temporadas navega al borde del naufragio, en aguas agitadas.