Luana, la, la, la, la, la

El escándalo del cotillón mundialista del PAMI hubiese pasado al olvido si su titular no hubiese hecho un video en el que demuestra lo lejos que está de la realidad de los afiliados.

Por Javier Boher
@cacoboher

Cuando lo vi por primera vez sentí una ternura indescriptible. En ese remolino de emociones que fue el mundial, ver que una mujer mayor, probablemente sola, se juntaba a celebrar con desconocidos en una esquina me recordaba a mi abuela. Todos nos preguntamos alguna vez si hicimos (o estamos haciendo) todo lo que nuestros abuelos necesitaban.

Esa abuela -que después supimos ni siquiera tenía hijos- generó una de las cosas más maravillosas de ese diciembre mágico. Cada vez que terminaba algún partido corría a twitter a buscar el video de la abuela, para constatar que partido a partido se sumaba más gente a festejar el triunfo.

Esa mujer pudo olvidarse por algún tiempo de su soledad, los vecinos que le cantaron desde el primer día se habrán acordado de los regalos que con amor recibían de parte de sus abuelas y todos juntos nos dimos cuenta de que -más allá de lo simpático del ritual del canto y el festejo- las abuelas son una institución central en nuestro país, fuente inagotable de amor, paciencia, comprensión.

En esa relación que cada uno va construyendo con sus abuelos y abuelas aparece el momento de acompañarlos cuando lo necesitan. Quizás no en todas las casas funciona de la misma forma, pero una de mis abuelas vivió conmigo hasta mis doce años y la otra vive más o menos desde entonces a una cuadra de la casa en la que me crié. Una vez por semana, ininterrumpidamente hasta la pandemia, iba a merendar, a almorzar o simplemente a tomar una coca de lata viendo el programa de chimentos del momento.

La vida humana se trata de acompañarse. Nos acompañan cuando somos niños, bebés indefensos, y desde ahí es nuestra obligación acompañar hasta que, de grandes, nos tienen que acompañar de nuevo. Quizás allí radica parte de la resiliencia argentina, en no dejar solos a los que queremos.

La que pareció entender todo al revés es Luana Volnovich, titular del PAMI (la obra social más grande del país, con más del 10% del total de la población argentina bajo su órbita), que publicó un video con los logros de gestión que parecía una burla a los ciudadanos en general y a los afiliados en particular.

Casi como si se tratara de una fusión entre un sketch de Cha Cha Cha en el que Gilberto Manhattan Ruiz le cuenta a la patria los logros de su Ministerio de Ahorro Postal, con un tono propio de Coty Nosiglia en el Boluda Total de Todo por Dos Pesos, todo en su video resulta inverosímil. Cuesta pensar que eso puede ser siquiera una tomada de pelo interna para el grupo de whatsapp de los capos del PAMI.

Antes del mundial nos enteramos del escándalo por la compra de cotillón celeste y blanco por parte de la obra social. Se gastaron 14 millones de pesos de noviembre (con la inflación y devaluación siempre hay que estar aclarando) para que se aliente a la selección desde los centros de jubilados que dependen del PAMI.

Hay dos momentos clave en su video. El primero, cuando dice “y, la verdad, nos fue bien, salimos campeones”. Seguramente llenar los centros de jubilados PAMI del país con banderas, vuvuzelas y vinchas tuvo mucho que ver en el planteo táctico de Scaloni para neutralizar a Mbappé. La necesidad de adueñarse de todo lo ajeno, hasta de los logros deportivos, es digno de estudio.

El segundo momento clave es cuando, inmediatamente después, dice “y nos fue tan bien que terminamos todos cantando ‘abuela, la, la, la’”. Me la imagino el año que viene, en la mesa de algún programa de política, opinando sobre la gestión del nuevo gobierno. “Es inconcebible que haya estas demoras en la entrega de medicamentos. En mi gestión terminamos todos cantando ‘abuela, la, la, la’”, a lo que el periodista de turno le va a responder con lo importante que es la felicidad para los jubilados.

Es difícil saber si Volnovich es capaz de darse cuenta de lo ofensivo e insultante que resulta su video. Todos conocemos historias de afiliados de PAMI que tienen problemas con el servicio, con demoras que ponen en riesgo la salud.

Hace apenas tres días salió el comunicado de la Cámara de Empresas de Emergencias del Interior de Córdoba respecto al conflicto que mantienen con el organismo que conduce Volnovich. En el mismo afirman que a partir del 23 de enero se suspende el servicio de ambulancias para los afiliados a la obra social, solo manteniendo el servicio para casos de urgencias o emergencias de afiliados directos a sus empresas. Ah, pero ¡qué lindo era cantar y alentar al Dibu!.

Siempre la noticia es que se accede a los medicamentos de manera gratuita, porque los pasantes que copian y pegan gacetillas para cumplir su cuota diaria de notas no se detienen a chequear los datos. La realidad es que las demoras en la entrega de drogas oncológicas, por ejemplo, habilitó un circuito blue en el que se prestan o venden hasta que llegue lo que manda el PAMI, más preocupado en los gorritos arlequín de Luana para festejar al Messi maradoniano que tanto les gusta.

Los turnos pueden demorar meses. Así, algunos cuadros que podrían detectarse a tiempo se convierten en casos graves que permiten ajustar los costos de la peor manera posible. ¿Qué tan apurados pueden estar por curarse, si queremos que el tiempo no pase para poder seguir disfrutando de la copa?.

Luana y toda la runfla de militantes de La Cámpora son los principales responsables del deterioro de la salud para los adultos mayores. Sin embargo, nos dan una oportunidad. Gracias a su inoperancia podemos seguir acompañando a nuestros abuelos y abuelas, a esos que tanto queremos. No necesitamos cantarles ‘abuela, la la la’ para demostrarles que nos importan, nos alcanza con respetarlos y no tomarles el pelo con payasadas.