Esteban controlará UTA sin los votos, pero con fuero nacional  

El secretario del Interior, Jorge Kiener, aseguró que asumirán hoy en todas las seccionales, incluida Córdoba. La oposición local aguarda la resolución judicial para mover sus piezas, aunque saben que el proceso terminaría en intervención.  

En el primer minuto de la jornada de hoy, los choferes nucleados en UTA asistirán a la asunción de autoridades sindicales. Como era de esperarse, no habrá cambios porque Roberto Fernández, el histórico, ganó la pulseada del 1 y 2 de diciembre; y, por los vericuetos del estatuto interno, impuso a sus afines en los todos los distritos con representación. 

No habrá excepciones: en Córdoba, la oposición se impuso al oficialismo, pero no podrá hacer valer la carta de triunfo. 

“A las 00 horas de este martes asumimos ante el Ministerio de Trabajo de la Nación en todas las seccionales del país, por cuatro años”. Esta fue la contundente frase del secretario para el Interior, Jorge Kiener, al ser consultado por Alfil. 

La actual secretaria general de la seccional Córdoba, Carla Esteban, continuará representando a los conductores del transporte urbano de la ciudad por un período más, pese a no contar con el aval mayoritario de los afiliados. 

La actual secretaria general de los choferes, Carla Esteban, perdió contra la Lista Azul, liderada por Leonardo Quevedo. Sobre un total de 3.027 votos emitidos, unos 1.787 fueron para los opositores, contra los 1.224 obtenidos por la apadrinada por el cacique general Fernández. 

Sin embargo, la conducción nacional ganó las elecciones nacionales del sindicato bajo el formato de lista sábana que, según explican, “arrastra” a las listas adheridas a ella en las seccionales del interior. En términos técnicos, el artículo 107 del Estatuto expresa que “la elección de los órganos de conducción de la Unión Tranviarios Automotor se ejecutará por el sistema de lista completa, en distrito único y mediante el voto secreto y directo de los afiliados. Y define a los efectos eleccionarios el distrito único como el comprendido por Capital Federal, Gran Buenos Aires, conjuntamente con todas aquellas provincias donde existan seccionales o delegaciones de la Unión”.

En la ciudad, los ganadores, pero perdedores, liderados por Leonardo Quevedo aguardaban una resolución judicial y la señal de señal del referente opositor a nivel nacional, Miguel Bustinduy. Pero lo cierto es que nada parece indicar que haya una respuesta favorable para los miembros de la lista Azul. 

Sucede que, en seis distritos del interior, incluido Córdoba, la Junta Electoral habilitó las elecciones con este paraguas estatutario. Pero en esta seccional hay un elemento no menor y que complica la irreverencia. 

En un primer momento deslizaron su voluntad de tomar el control del sindicato el día señalado, pero luego resolvieron desenvainar. Es que la lista Azul de Quevedo estaba compuesta por choferes y trabajadores activos, pero ninguno con fueros sindicales. Es decir, si alguno de los integrantes se desempeñara como delegado tendría la cobertura para convocar a un paro en el servicio. A los fines prácticos, cualquier acción de los afiliados que decidieran hacer valer su elección en las urnas sería en los márgenes de lo legal. 

Cierto es que en UTA ha habido ejemplos sobrados de anarquía sindical y trabajadores que apoyaron a líderes sin fuero. 

Todos los antecedentes de rencillas internas terminaron con episodios de violencia y retenciones de servicio. El más recordado fue el de junio de 2017 cuando el delegado Marcelo Marín tomó la sede sindical para pedir el fin de la intervención y la reapertura de paritarias. Ese episodio fue la exposición más cruel de la anarquía que se venía respirando en UTA que un largo proceso de normalización de la central pudo encausar.

Como sea, Esteban garantiza el anclaje directo de la conducción central en Córdoba. El camino no sería distinto si los opositores intentaran algo. Todos los caminos conducen a la intervención.