De Loredo confirmó su juego y Juan Negri se abre paso

El diputado invitó a almorzar a referentes de toda la provincia y prometió que la UCR será gobierno. El concejal hará un lanzamiento de sus primeras promesas, desde el Cabildo.

Por Alejandro Moreno  

Juan Negri pondrá oficialmente toda la carne en el asador el jueves en el Cabildo, desde donde dará a conocer las primeras diez decisiones que tomará si llega a la Intendencia de Córdoba, en 2023. Es el plato que, lógicamente, sigue al osobuco que sirvió Rodrigo de Loredo a los principales referentes partidarios y a la dirigencia del interior, en su casa al mediodía del viernes pasado, cuando ratificó que irá por la Gobernación. 

De Loredo y Juan Negri han ido cultivando un entendimiento político que los llevó a formar en 2020, con aliados de otros núcleos internos, la Liga Sumar, de la que finalmente se restó el concejal para no romper el vínculo de sangre con su padre Mario. En la interna partidaria del 2021, y en la PASO que le siguió, estuvieron en bandos enfrentados. 

Los resultados de ambas elecciones, y naturalmente también la de las generales legislativas, ubicaron a De Loredo como la pieza para la renovación de la UCR, después del largo período hegemonizado por Mario Negri y Oscar Aguad, y en el que surgiera y se debilitara como nueva opción el ex intendente Ramón Mestre. 

De Loredo osciló entre las candidaturas a gobernador y a intendente durante meses, pero ya ha dado tantas señales de que el Panal es su objetivo que un cambio de planes sería un terremoto dentro de la UCR; igual, el diputado es de los que piensa que el planeta en el que viven los políticos (y los periodistas) es otro del que habita “la gente”. El viernes pasado, invitó a almorzar a su casa a los principales referentes de los grupos internos partidarios y a decenas de intendentes de municipios y comunas, a los que prometió que en doce meses todos estarían despidiendo el año con la gobernación de Córdoba en manos radicales. Igual, siempre gambeteando la frase definitiva de su autoproclamación como candidato porque, argumentó, no hay que mostrarle todas las cartas al peronismo. Muy acertado, entonces, el vino La Espera que le regaló el veterano referente radical, Carlos Becerra. 

“No hay vuelta atrás” fue la frase que, sin embargo, se escuchó más veces en la casa de De Loredo, apuntándolo en la carrera provincial contra el peronista Martín Llaryora. “¿Invitar a intendentes del interior para terminar siendo candidato a intendente?”, preguntó uno que le busca lógica a las jugadas políticas. Y Juan Negri, entonces, ahí mismo, en el living de su anfitrión, profundizó su tarea de recolección de aliados para sustentar sus aspiraciones municipales. En esa labor, por cierto, trabaja con los socios de Juntos por el Cambio. La semana pasada participó de una reunión con dirigentes del PRO, del Frente Cívico y de la Coalición Cívica-ARI para explicarles su plan, y afirman los operadores negristas que el resultado solidificó al concejal. 

De todos modos, Negri no es el único radical que quiere pelear por la candidatura a intendente. Diego Mestre tiene las mismas pretensiones, y Miguel Nicolás anotó un candidato anónimo. Pero el hijo del constante diputado nacional es el que corre en punta y para mantener (y ampliar) su iniciativa concretará este jueves el anunciado, hasta ahora misterioro, y definido por sí mismo como “disruptivo”, lanzamiento de su candidatura. 

Desde el histórico Cabildo, Negri contará a los vecinos sus diez primeros compromisos a ejecutar si el año que viene lo votan como intendente. No será un acto con tropa propia ovacionando. Con herramientas modernas de comunicación, transmitirá su mensaje a través de todas las plataformas y redes sociales en las que hoy se comunica la gente. Desde Facebook, para los más grandes, hasta Tik Tok para los jóvenes, pasando por You Tube, Instagram, Twitter… Así, se espera alcanzar un grandísimo número de vecinos. 

El radicalismo va cerrando el año con definiciones. No solo de sus protagonistas, sino también institucionalmente. El sábado, el Congreso Provincial ordenó al Comité Central que forme la alianza Juntos por el Cambio pero, a pedido de De Loredo y a contramano de lo que quería el negrista Marcos Carasso, con la condición de que al mismo tiempo que el acuerdo político, se suscriba el reglamento. 

El ya célebre reglamento registró un avance hace unos días, cuando De Loredo aceptó la obsesión de Luis Juez por definir al candidato con una encuesta vinculante. Claro que el radical estableció como condición que haya una diferencia de más de diez puntos entre ambos, medidos en forma separada contra Martín Llaryora, para no pasar al plan B: las elecciones internas abiertas. El juecismo podría contraatacar con que el perdedor de cualquiera de ambos sistemas sea el vice, y si no hay intención de entorpecer el camino aliancista, el acuerdo debería estar cerca. La ruptura, lo saben todos, es el sueño del peronismo.