Por Bettina Marengo
Con la foto de fondo del masivo reclamo de los médicos residentes de CABA, se agudizó el conflicto de los médicos del sector público provincial y los agentes de salud con el Gobierno de Córdoba. Ayer fracasó la reunión que mantuvieron un grupo de médicos del hospital San Antonio de Padua de Río Cuarto con la ministra de Salud Gabriela Barbás, tras lo cual los profesionales ratificaron su intención de renunciar a sus puestos, lo que dejaría al mencionado hospital con su servicio de terapia intermedia desmantelado. Se trata de una veintena de médicos que reclaman que la Provincia les reconozca la calidad de “recurso humano crítico”, lo que duplicaría el actual básico de 75 mil pesos, y que piden la designación de 13 nuevos cargos para el servicio. A este sector se sumó Enfermería del mismo establecimiento.
Con efecto contagio, los trabajadores nucleados en la UTS (Unión de Trabajadores de la Salud) anunciaron un paro para el 16 o 17 de noviembre. La medida de fuerza estaba prevista en el marco del reclamo de reapertura de las paritarias firmadas con el SEP, y se iba a resolver en un Congreso del sábado, pero todo se precipitó, según admitió el médico Gastón Vecchiani, referente de la agrupación. El paro fue votado en el marco de las asambleas que se realizaron ayer en los hospitales de Niños, Misericordia y la Maternidad, donde los dirigentes gremiales observaron un aumento de la participación de los trabajadores de salud, que adjudicaron al “efecto Río Cuarto”. Para hoy la UTS prevé asambleas en el hospital Eva Perón, en la Maternidad y en el Hospital de Cruz del Eje. Para el jueves, en el Rawson, el Neuro y el Hospital Oncológico provincial.
La respuesta de Barbás al reclamo de los autoconvocados riocuartenses fue calificado de “lamentable” por Cecilia Debandi, la abogada laboralista que acompañó a la reunión de ayer al mediodía. Al cierre de esta nota, no había comentarios del intendente local, Juan Manuel Llamosas, uno de los que se impulsa como candidato a vicegobernador del oficialista Martín Llaryora.
El Ministerio, en la voz del subsecretario de Gestión Hospitalaria, Carlos Negro, ratificó su oferta de un no remunerativo de 70 mil pesos. Según Debandi, las renuncias se iban a producir “por tandas” entre anoche y hoy. El Sindicato de Empleados Públicos consideró «nefasto» el ofrecimiento no remunerativo que hizo la Provincia, y su referente en la ciudad del sur, Julieta Paglialunga, dijo que hay «un agotamiento total» en todo el personal de salud por la situación.
Por su parte, el colectivo de residentes médicos se reunirá este jueves a las 16 horas en el hospital de Clínicas de la UNC, luego de una asamblea concurrida en las puertas del San Roque. Se trata de una infantería de hospitales muy heterogénea que reúne a dependientes de la provincia, la Nación y la Municipalidad de Córdoba que perciben menos de cien mil pesos de básico y que tienen una carga horaria que incluye seis guardias de 24 horas por mes. A eso se suman los “concurrentes”, que no perciben nada. Los voceros del colectivo no descartan que este jueves se decida alguna medida de protesta, de nuevo, con la foto de la movilización de CABA como acicate.
El conflicto con los equipos de salud humana no es nuevo en Córdoba, pero hoy encuentra al gobierno provincial en vísperas de un nuevo viaje del gobernador Juan Schiartti al exterior, con el vice Manuel Calvo a cargo del Ejecutivo, y con un Ministerio de Salud recientemente descabezado por la investigación de la muerte de cinco bebés sanos en el hospital referencial de partos de la Provincia, el Neonatal. De ese escándalo quedó la imputación del exministro de Salud, Diego Cardozo, y la salida de toda una línea de conducción del área. A la muerte de los bebés se suma las denuncias por supuestas irregularidades de compras de insumos de salud. De modo que el área enfrenta el conflicto salarial y por condiciones de trabajo bajo la mira de la opinión pública por estos escándalos, y en un momento donde la demanda a la salud pública se ha incrementado notablemente como consecuencia de la precarización laboral (trabajadores sin obra social) y el encarecimiento de la medicina privada.
El tema tiene un obvio costado electoral, en vísperas de la campaña para los comicios provinciales del 2023, y con el candidato oficialista, Martín Llaryora, ya lanzado. En el propio sistema hospitalario resaltan que la derrota electoral del fallecido gobernador Ramón Mestre en 1998, frente a José Manuel de la Sota, se selló al menos en parte con el extenso conflicto que mantuvo el radical con los médicos del sector público. El traspaso compulsivo de bebés en incubadoras, en plena noche, del hospital Pediátrico (que fue cerrado) al Neonatal, con la fuerza pública, la eliminación de las residencias pagas, la desaparición del “plus salud” de los médicos fueron algunos de los “hitos” de un conflicto que tuvo alto costo en la opinión pública.
En tanto, el Consejo de Médicos de Córdoba apoyó a sus representados en su “lucha por la dignidad profesional”. “Nuestra institución, como entidad deontológica, ha advertido en distintas oportunidades sobre la crisis de recursos humanos que está atravesando el sistema sanitario. Esta crisis incluye no solo el aspecto salarial, sino que también está asociada a las agresiones, el destrato y la alta exigencia que recibimos los médicos en la actualidad», señaló la entidad en un documento difundido ayer.