Por Yanina Passero
En el Ministerio de Trabajo de la Nación, ayer por la tarde, UTA y FATAP estamparon sus firmas al acuerdo que evitó el paro de 72 horas en el transporte de pasajeros previsto para esta semana. La responsable de la cartera, la albertista Kelly Olmos, enviará en las próximas horas la resolución al Comité Federal de Transporte (COFETRA), integrado por los secretarios de Transporte de las provincias, para que giren el mismo monto que destinará la Nación para cubrir el acuerdo salarial de los choferes.
La semana pasada, los ministros Sergio Massa (Economía), Alexis Guerrera (Transporte) y Olmos cerraron un aumento de $2000 millones en el Fondo Compensador que, de esta forma, totalizará $48.000 millones este año. De ese monto, Córdoba recibirá $160 millones del poder central y la misma cantidad de las arcas que custodia el gobernador Juan Schiaretti.
Los trabajadores del transporte lograron una suba del 100% de sus haberes acumulado desde enero, sin embargo, no aleja de la categoría roja de peligro al sistema de transporte en el interior.
El intendente Martín Llaryora logró nuclear a varios de sus pares del interior del país detrás del reclamo por una mayor equidad en la distribución de las partidas no reintegrables para el servicio. La jugada política jerarquiza el tópico cordobesista que busca contrastes con la Nación, pero en un contexto de ajustes el problema de fondo no queda resuelto.
Fuentes municipales confirmaron a Alfil que el responsable del Palacio 6 de Julio no aumentará las partidas que ya resigna para sostener el sistema de transporte. Cabe recordar que, en septiembre, el intendente Llaryora autorizó la ampliación subsidios municipales para Fetap y Tamse. El flujo creció de $60 a $90 millones mensuales. A finales de ese mes, se autorizó una suba del boleto que colocó la tarifa plana en $85.
“La Municipalidad de Córdoba es el municipio de la Argentina que más invirtió en transporte público en el 2022. No podemos seguir poniendo más dinero de los impuestos de todos los cordobeses para subsidiar a la Nación”, remarcó la disconformidad que domina en la gestión, pese al acuerdo alcanzado. E insistió: “La Nación no pone la misma plata que destina para el AMBA y nosotros tenemos que hacer todo el esfuerzo. Los $2000 millones no alcanzan para pagar ni siquiera el adelanto de este mes”.
En la hoja de cálculo del municipio estiman que se necesitan $11.500 más para que la partida suba a $59.500 millones para cerrar el ejercicio sin inconvenientes.
Esta pelea por los subsidios tendrá varias batallas más. El reclamo municipal seguirá tronando en los despachos nacionales, aunque las previsiones del Presupuesto que logró media sanción en Diputados quedaron por debajo de las expectativas oficiales: las provincias exigían $113.000 millones y se fijaron $85.000 millones.
Si efectivamente Llaryora sostiene la decisión de pisar el flujo de fondos municipales al transporte, parece inevitable un nuevo incremento del precio del boleto antes de fin de año.
Pase de facturas
En el reajuste anterior que hicieron en conjunto varias ciudades en simultáneo, Llaryora pudo licuar el costo político de una medida impopular, aunque necesaria en un contexto de alta inflación. En adelante, con la proximidad de la campaña electoral y la convivencia del rol de gestor y candidato provincial, los llaryoristas están dispuestos a señalar responsabilidades.
El precandidato a gobernador-intendente, Rodrigo de Loredo, será el nuevo blanco. “Solo los diputados de Córdoba pelearon en la Comisión de Transporte para aumentar el subsidio. El radical y su bloque nunca estuvieron en la comisión”, dispararon.
La crítica se enmarca en otra que recibieron los integrantes de Evolución que dieron cuórum para la aprobación del Presupuesto 2023 en Diputados. El peronismo está interesado en marcar una jerarquía entre los intereses del dirigente aliancista al conectar las partidas asignadas para las universidades públicas.
En las planillas que acompañan el proyecto de Presupuesto, la UBA lidera el ranking con un gasto estimado por encima de los 120 mil millones de pesos. El global para todas las universidades supera los 700 mil millones. Emiliano Yacobitti, mano derecha de Martín Lousteau, es el vicerrector de esa alta casa de estudios. La lectura de los llaryoristas es lineal y buscan resaltar el predominio de los intereses de sus mentores por los intereses reales del municipio que -si no juega por la gobernación, De Loredo aspira marcar un triunfo.
El juego doble que pretenden instalar busca incomodar a la alianza: ¿hasta que punto De Loredo podrá moverse con independencia de sus mentores? Hay ejemplos recientes que en Hacemos por Córdoba movilizan. Schiaretti pronunció su último discurso en clave nacional en la propia UBA.