Por Yanina Soria
Son muchos los intendentes peronistas, radicales, vecinalistas e independientes que por estas semanas se moverán con energía buscando alternativas legales para liberarse de la ley 10.406 que les impide presentarse en el 2023 como candidatos en sus ciudades y pueblos.
Es prácticamente un hecho que el freno de mano a la re reelección no se levantará accionado desde la Legislatura de Córdoba, aunque -otra vez- intentarán allanar por ese camino la situación política en la que se encuentran casi unos 300 jefes de gobiernos locales que no tienen Carta Orgánica. Es decir, prácticamente el 70 por ciento del total de los municipios de Córdoba.
La opción judicial sigue en pie con vistas a materializarse en las próximas semanas, mientras que otro lote de municipios analiza recostarse en la autonomía política municipal, reconocida de modo expreso en la Constitución Provincial. Una alternativa motorizada por el Defensor del Pueblo, Mario Decara, quien convocó para hoy a una segunda reunión con intendentes interesados en explorar esa posibilidad.
La decisión política del gobernador Juan Schiaretti de no impulsar ni avalar ninguna modificación del Código Electoral en ese sentido, preocupa y enoja a sus intendentes. Y el mutismo que mantiene al respecto el hoy puesto candidato provincial, Martín Llaryora, también.
El “capricho político” de Schiaretti, como consideran algunos de sus propios alcaldes, los obliga a repensar en un plan B por si las dudas. Si bien existe una confianza generalizada de que por algún lado la re reelección quedará habilitada, también hay consciencia de que, si eso finalmente no sucede, habrá consecuencias no deseadas.
Y no sólo lo dicen por el propio Llaryora a quien le advierten las dificultades que encontrará en esos territorios cuando vaya a pedir que traccionen para su proyecto provincial, sino los problemas que en sí generaría esa situación en cada localidad.
Por lo pronto, la mayoría de los alcaldes alcanzados por la ley quiere volver presentarse y alega razones que van desde programas de gobiernos inconclusos por interferencia de la pandemia, hasta realidades políticas locales particulares. Y mientras avanzan con todas las herramientas posibles para intentar desactivar el tope legal a un tercer intento de mandato consecutivo, en paralelo, comienzan a trabajar en la búsqueda, selección y posicionamiento de los sucesores.
Nadie quiere rifar al azar años y, en algunos casos, décadas de gobierno municipal por lo que el casting de candidatos propios ya arrancó en algunos municipios. Eso se registra en departamentos como Punilla, Río Segundo, Río Cuarto, Marcos Juárez, Unión, San Martín, Santa María, entre otros.
Si bien cada realidad local presenta sus propias particularidades, en las comunas más chicas hay un argumento que se repite a lo largo y ancho de toda la provincia, sin distinción de signo político: precisamente la falta de candidatos. Según los mismos dirigentes, hay pueblos chicos donde la oposición no tiene postulantes propios y los oficialismos se mantienen en el poder producto de acuerdos con esos sectores.
En otros lugares, por las dudas, los intendentes ya trabajan en levantarle el perfil a algunos de sus funcionarios. Generalmente, los secretarios de gobiernos o titulares de los concejos deliberantes locales, son quienes más chances tienen en la carrera por la sucesión. “Modelo Dellarossa” le dicen, en referencia a la decisión del actual intendente de Marcos Juárez de poner a su titular del Concejo, Sara Majorel, como candidata y finalmente intendenta electa el pasado 11 de septiembre.
A su vez, otra de las consecuencias que podría acarrear el fracaso del plan A (que se habilite la re re) en las ciudades y poblaciones más grandes es un desorden hacia adentro de los propios oficialismos. Pues, la elección “a dedo” del sucesor puede generar cortocircuitos con otros dirigentes del mismo espacio que quieren pelear por el ejecutivo municipal. Allí se anotan muchos concejales e, incluso, algunos legisladores la posibilidad de recambio dirigencial en sus pueblos.
También es cierto que hay otras cuidades y poblaciones donde los actuales jefes comunales se mantendrán firme hasta último momento en si idea de repetir por considerar que, abrir el abanico antes de tiempo, supondría dilapidar su poder. En ese sentido hay quienes creen que sus votos son transferibles al candidato que elijan por lo que jugarán con esa carta hasta el final.