Los que se enojan, pierden

Por José Emilio Graglia     

Juan Schiaretti y Facundo Manes son dos figuras públicas que han coincidido, según sus propias declaraciones, en el diagnóstico de los problemas prioritarios de la Argentina y de las soluciones posibles. El Diputado Nacional de Buenos Aires y el Gobernador de Córdoba, han dado muestras de coincidencias sobre el presente y el futuro argentino.

En un país como el nuestro, caracterizado por las antinomias y las grietas que, permanentemente, cavan los militantes de los extremos políticos, tanto del Frente de Todos como de Juntos por el Cambio, es saludable que dos dirigentes políticos de distintos orígenes partidarios se animen a expresar públicamente sus acuerdos. 

Vale recordar que el radical Facundo Manes se ha incorporado a la actividad política muy recientemente, precedido por una prestigiosa actividad profesional en los ámbitos de la investigación y la docencia. Su aparición como precandidato en las elecciones internas de Juntos por el Cambio en 2021, fue un hecho auspicioso para la política argentina. 

Sin militancia partidaria previa, se animó a encabezar una lista de la Unión Cívica Radical en la Provincia de Buenos Aires, nada menos. Su performance frente a los candidatos del PRO fue más que positiva, por la cantidad de votos que obtuvo y, sobre todo, porque dio vida a un partido que estaba casi extinguido en esa provincia. 

Juan Schiartetti, en cambio, tiene una historia política tan larga como exitosa. Por estos días, atraviesa la segunda mitad de su tercer mandato no consecutivo como Gobernador de la Provincia de Córdoba, con una imagen positiva muy alta. Más de dos tercios de los cordobeses aprueba su gestión a cargo del Poder Ejecutivo Provincial.

Tras más de dos décadas de gestiones justicialistas, la buena imagen del gobernador cordobés y la aprobación mayoritaria de su gestión son toda una rareza. Sobre todo si se considera el desprestigio de la política y de los dirigentes políticos en general y, particularmente, las crisis de los oficialismos después de la pandemia de los años 2020 y 2021.

Cordobeses con mala cara

Juan Schiaretti y Facundo Manes han repetido, juntos y por separado, que de la grieta se sale “por arriba”. La frase tiene una directa e inmediata reminiscencia a aquel fragmento de Laberinto de Amor, el poemario de Leopoldo Marechal (1936) dedicado a su esposa María Zoraida Barreiro: “de todo laberinto se sale por arriba”. 

Pues bien, tienen razón. De esa grieta laberíntica que es la realidad argentina se sale por arriba. Veamos. De una grieta no se puede salir por abajo, cavando. A diferencia de muchos de sus dirigentes, la inmensa mayoría de la sociedad lo entiende perfectamente bien. ¡Basta de pelar por pelear! Ese es el grito que se escucha desde el fondo de la grieta.

“Salir por arriba” significa, valga la perogrullada, subir. Es decir, escalar la grieta, desde el fondo hasta la superficie. Para eso, es necesario y urgente que los dirigentes abandonen las peleas inconducentes, los odios y rencores, las especulaciones personales o partidarias. Escalar desde las coincidencias, no cavar a partir de las diferencias. 

De eso hablan el justicialista Schiaretti y el radical Manes. No importa si van a construir o no una alianza electoral que compita dentro de Juntos por el Cambio o sea una tercera vía. Eso es secundario. Lo importante es el mensaje conciliador. Lamentablemente, en Córdoba, algunos dirigentes muy importantes han reaccionado enojosamente a ese mensaje. 

El Senador Nacional Luis Juez ha descalificado a Manes llamándolo “ignorante político”. Se equivoca al desmerecerlo solo porque piensa u opina distinto a él. Posiciones como esa, cavan la grieta, no la escalan. Es una pena que abandone la moderación que lo había caracterizado últimamente. Ojalá la recupere pronto, es un dirigente muy valioso.

Los Diputados Nacionales Mario Negri y Rodrigo de Loredo pretenden, naturalmente, que la UCR vuelva al gobierno. Pero difícilmente lo logren criticando sin miramientos una gestión provincial con semejante aprobación ciudadana. Para lograrlo tendrán que mostrar algo más que malas caras. Ya se sabe, en la política como en la vida, “los que se enojan, pierden”.

Investigador docente universitario, analista y asesor político. Autor de 20 libros y creador del “modelo relacional de políticas públicas”. Presidente de la Fundación ICES. Doctor por la UNC, la UCC y la Universidad Complutense de Madrid.

 

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