El gobernador Juan Schiaretti fue uno de los pocos peronistas que no saludó públicamente a la flamante ministra de Economía, Silvina Batakis, y tampoco opinó en torno a su designación luego de la crisis interna del último fin de semana que sacudió al gobierno nacional.
El cordobés ratifica, en cada ocasión que se lo permite, el perfil anti kirchnerista que viene abonando desde hace tiempo ya pero que cultiva radicalmente desde las PASO del año pasado cuando decidió pararse con su fuerza política, Hacemos por Córdoba, como opositor a la coalición del Frente de Todos.
Así lo dejó en claro ayer el vicegobernador Manuel Calvo cuando, en el marco del aniversario 449 de la ciudad de Córdoba, dijo que a la Provincia no le corresponde opinar sobre los cambios en el gabinete del presidente Alberto Fernández porque “nosotros somos una fuerza política contraria al gobierno nacional”.
A cargo del Ejecutivo, pues Schiaretti viajó a Estados Unidos donde debió suspender la agenda tras dar positivo de Covid-19, Calvo es la máxima autoridad de la Provincia en referirse a la crisis desatada en el oficialismo nacional tras la renuncia de Martín Guzmán el sábado pasado.
“Nosotros no tenemos nada para opinar, es un cambio que el corresponde al gobierno nacional del cual somos una fuerza política contraria. No somos parte del mismo espacio político”, respondió el vicegobernador cuando le preguntaron sobre el escenario nacional.
La mesura es la senda por la que elige conducirse Schiaretti y la línea que le baja a los suyos.
La moderación siendo un opositor declarado tiene que ver, dicen desde el Panal, con la responsabilidad de quien está al frente de la gestión. Agitar las aguas en un momento de tanta zozobra social y debilidad política del gobierno nacional no es opción para el peronismo cordobés. Naturalmente, al oficialismo provincial también le preocupa el rumbo económico del país y los 18 meses que quedan por delante.
Por eso, ayer Calvo dejó en claro también que los puentes institucionales de Córdoba con la Nación siguen tendidos por cuestiones de gestión.
El vicegobernador a cargo del Ejecutivo repitió que Hacemos por Córdoba no forma parte de la alianza de gobierno nacional y pidió previsibilidad: “esperamos que el país tenga previsibilidad de la misma forma que trabajamos en Córdoba, buscar la mayor previsibilidad para que nuestra patria puede salir de la situación económica en la que está, y los cordobeses y los argentinos estemos mejor”.
En su estrategia de reperfilamiento nacional de cara al 2023, Schiaretti viene utilizando mucho ese término. Cuando agita el “modelo Córdoba”, lo define precisamente como un esquema que “da previsibilidad y confianza” en claro contrapunto al gobierno que conduce Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
Todos juntos
Calvo acompañó ayer al intendente Martín Llaryora en el acto protocolar por un nuevo aniversario de la ciudad de Córdoba realizado en la plaza San Martín, que permaneció vallada mientras duró la ceremonia.
Después de días agitados para el jefe comunal, Llaryora no sólo se mostró con el viceintendente Daniel Passerini y el secretario de Gobierno, Miguel Siciliano, sino que además estuvo escoltado por el schiarettismo duro: asistieron también el presidente provisional de la Legislatura, Oscar González; la senadora Alejandra Vigo; el ministro de Vinculación Comunitaria, Protocolo y Comunicación, Paulo Cassinerio; y su par de promoción del Empleo, Laura Jure, entre otros.