Por Javier Boher
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¡Qué friazón, amigo lector! Estoy seguro que por esta ola polar decidieron levantar el show de Ulises Bueno, no por nada más. ¿Quién en su sano juicio decidiría poner tanta plata en un acto para no poder estar en cuero, todo sudado sobre los hombros de un amigo, porque los pingüinos andan dando vueltas? Hicieron bien en suspenderlo, porque esa no parece ser una buena forma de calentarse.
Ese va a ser todo mi comentario al respecto, estimado, porque usted sabe que lo mío suele ir en otra dirección. “Si me pasa algo, miren al norte”, dijo una vez la Desaforada de Recoleta. Yo no miro al norte, pero los miro a ellos, que es estar siempre enfocado en el puerto, el lugar predilecto del presidente del AMBA y toda la política nacional.
Cómo será que todo gira siempre en torno a ellos que si les mencionan a Morales, el progresismo de CABA piensa automáticamente en EVO, no en el que fue candidato a vicepresidente de Lavagna cuando el partido era apenas un esqueleto que alcanzaba todo el país pero con menos vida que los que se usan para enseñar anatomía.
Ahora resulta que la última en la que hay que ponerse a analizar -otra vez más- las internas del oficialismo alrededor de los planes. Ya no saben qué inventar para tratar de llamar la atención. Son casi como dos preadolescentes amenazándose en la puerta del colegio, a la vista de todos y sin tirar una piña.
Yo siento algo de alivio de que prefieran tirarse carpetazos en lugar de tiros, pero esta tibieza de interna deja claro que el peronismo ya no es lo que era. Todos parecen el perrito chico del meme, con ansiedad porque alguien no dijo que fueron 30.000 desaparecidos o molestos porque otro no llegó a reptir de memoria todas las verdades peronistas.
Lo dijo en twitter un usuario muy alineado al kirchnerismo al que prefiero no citar: “Creo que estaba más preparado emocionalmente para un peronismo dónde todos los dirigentes hubieran sido garcas, asesinos o cosas así que para este donde son todos pelotudos. Esta gente me destruye”. Voy a usar sus palabras para que después no digan que la gorileo demasiado.
Ese tironeo sobre planes y organizaciones sociales tiene que ver, básicamente, con el hecho de que hay poca plata y nadie sabe muy bien cómo alinearse. Hay que ser sinceros, estimado: quizás algunos dirigentes del Movimiento Evita no caen muy en gracia, pero tienen bastante más espalda política que los de la Guardería de Niños Especiales de La Cámpora.
Entiendo que la juventud maravillosa del cristinismo se sienta poderosa porque aprendieron a hacer política en época de mucha plata, pero eso no es la realidad. Se lo pongo con un ejemplo más accesible: entre el tipo que lleva 35 años administrando un carro de choris o de praliné y el que maneja la cervercería artesanal que le puso el padre hace unos años, medio que es fácil darse cuenta cuál de los dos aprendió mejor el oficio de la supervivencia en un país que es una picadora de carne.
Igual ya sabemos que todo este griterío es mentira. Los zombis pueden pelearse entre ellos si hay un cerebro jugoso dando vueltas, pero nunca se intentan comer entre ellos. A la corta o a la larga todos van a avanzar sobre el que quiere hacerse el vivo, como le pasó al Tigrense Taimado.
Sinceramente, estimado, no sé qué ganas tiene Alféretro de seguir bancando en el cargo. Entiendo que es muy tentador vivir en Olivos, viajar a todos lados en helicóptero o comer unas picadas con todo o unas delicadas pastas con trufas, pero el precio parece ser demasiado alto. Especialmente si un poco más allá está la vicepresidenta con la pistolita de agua tratando de voltear ministros, como en el juego de feria en el que pasan los patitos.
Ahora resulta que la señora tuvo una reunión con el economista premium de ascendencia armenia que han traído a la Mediterránea. Yo diría que el tipo está usando la chapa como tantos futbolistas que vienen a robarle la plata a los clubes medio pelo que tenemos en la ciudad, pero en una de esas lo eligieron justamente por esto, por el lobby.
Algunos dicen que el tipo se quiso subir el precio filtrando la noticia, como si alguien del otro lado fuese a decir “rápido, lo recuperemos porque es el único que puede arreglar este lío” en lugar de decir, “¿viste?, yo sabía que el teñido este pateaba para los dos lados”.
Otros dicen que la que hizo trascender sobre el encuentro fue ella, con dos objetivos. El primero sería apuntarle de nuevo al Ministro Sarasa, que con tantas limadas que le vienen metiendo ya es algo así como el Ministrito Sarasita. Pegado a eso, lo que dicen es que estaría tanteando la posibilidad de pegar una voltereta aérea con la misma flexibilidad que Nadia Comaneci para empezar a decir que el problema con el Presidente Ojos de Enfisema es que no quiere liberar un poco más la economía.
Sinceramente, estimado, yo me inclino más por la primera opción y el deseo de convertirnos en Corea del Norte que por ese cambio retórico y pragmático. La señora es como una moto: no tiene marcha atrás, siempre va para adelante. Y le digo más, solo tiene una marcha, que es para ir a fondo. Quizás es algo que le quedó de sus épocas de militante del FIP, o tal vez es de jodida nomás.
Ya voy a ir terminando, porque tengo que ir a partir leña con el hacha para agregarle a la salamandra. Me resulta interesante la forma en la que la gente no entiende la forma de vida tipo Ingalls que tenemos en el medio del monte. Cuando empiecen a ajustar las tarifas y tengan que poner el brasero en la pieza para quemar cajones de verdura van a ver que la previsión favorece la resiliencia.
Tenga buena semana.