Por Yanina Passero
La exgobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, desembarcó la noche del miércoles en la ciudad de Córdoba para iniciar su gira de 72 horas en un distrito electoral clave para el PRO y, en especial, para el equipo de trabajo que vuelve a integrar con el expresidente Mauricio Macri, con miras a las PASO en Juntos por el Cambio del 2023.
Una cena de camaradería con los aliancistas cordobeses inauguró el derrotero cordobés de la precandidata presidencial amarilla. Su visita fue más especial que la anterior, a inicios de mayo, porque ahora la adorna la jugada que protagoniza con su mentor político. En todos los medios nacionales no se habla de otra cosa: el “plan V” de Macri o, en términos más directos, de una fórmula entre ambos para azuzar al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Como sea, Vidal administró tensiones. Dice lo que sus conmilitones quieren escuchar: “hay que ganar Córdoba”. Una frase siempre esperada por los opositores provinciales que no tragan la posibilidad de un acuerdo entre popes de JpC con el gobernador Juan Schiaretti para eyectar del poder al Frente de Todos.
La diputada porteña no sólo ratificó la necesidad de que la coalición se fortalezca en el terreno local para contribuir a la hazaña de la liga mayor. También, dejó claras sus dudas sobre esta “nueva mayoría” que se propuso construir Schiaretti a través del interbloque Federal, que integran los diputados que le responden y encabeza Carlos Gutiérrez.
Esta referencia la hizo delante de un grupo de mujeres emprendedoras cordobesas donde Vidal les recordó que los alfiles en el Congreso votaron proyectos del oficialismo, aunque rechazaron otros. Incluso, señaló que espera conocer la postura sobre el impuesto a la renta inesperada que, como se sabe, se coparticiparía. Esta crítica a los legisladores de Córdoba Federal es recurrente en el abanico de la política, pero no deja de ser una señal en el convulsionado contexto político actual.
El Interbloque Federal ha logrado mantener la centralidad política con la propuesta de proyectos que lograron el apoyo amplio de la oposición, independientemente del sello político. Un ejemplo claro fue la aprobación de la boleta única de papel. Pero es cierto que, antes de las primarias abiertas, el mandatario provincial había cultivado una relación pendular con el Poder Central que giró hacia la oposición explícita en medio de la campaña legislativa nacional y se endureció con el rol del peronista cordobés de armador de una tercera vía.
La referente de Juntos por el Cambio prefiere enfocarse en apostar al engorde de la alianza: “Hemos hecho muchos aprendizajes y contamos con una base de sustentación más amplia, que cuando nos tocó asumir el gobierno nacional; Mauricio tenía 87 diputados de un total de 257 y 15 de 70 senadores”. Y continuó sobre este punto: “Era muy difícil con esas minorías lograr transformaciones profundas, hoy somos 116 diputados, y si la gente nos acompaña, vamos a superar los 120, para llevar adelante reformas estructurales. Vamos a estar mejor, vamos a tener más gobernadores, más intendentes, eso nos da más fuerza”.
Vidal alienta a propios y ajenos a mantener la unidad para gobernar el país después de la ronda presidencial del año que viene. “Falta poco”, repite. Y agrega que están preparando un plan económico potente que quedará a disposición “del que le toque ser”.
En el plano local, fue el presidente de la Coalición Cívica ARI, Gregorio Hernández Maqueda, quien le recordó que la alianza en Córdoba no logra articular las propuestas para pedir el cambio, después de un cuarto de siglo en el poder. Vidal reconoció la urgencia del “lilito” e instó a los aliancistas a poner manos a la obra. Probablemente, este haya sido el pasaje más incómodo para el juecismo.
Lo cierto es que en el plano local el reglamento continúa demorado porque el precandidato a gobernador del Frente Cívico quiere anteponer un acuerdo político a la firma de la normativa que regirá el método de selección de candidatos. ¿Desconfía de De Loredo?
El mensaje para la Nación
En el marco de su gira provincial, Vidal respondió a las últimas declaraciones de la vicepresidenta Cristina Fernández. En una empresa autopartista, la legisladora macrista dijo que “si la vicepresidenta hubiese venido a la fábrica que visité, no hubiera dicho que había un festival de importaciones, por que varios de los componentes que se utilizan son importados y al mismo tiempo genera en su trabajo la estructura de autos que se exportan en un 85% de los casos”.
Y continuó hablándole a la exmandataria nacional: “Hubiera visto el trabajo cordobés, el trabajo argentino, hubiera entendido que los países del mundo para exportar necesitan importar, que la importación es parte del crecimiento y producción, que si no se frena la economía. Por eso es tan importante entender y estar cerca del que produce”.
La previa de la Mesa nacional de JpC
Horas antes de la mesa de Juntos por el Cambio que se reunirá hoy en Río Cuarto, Vidal adelantó que viene a escuchar a todos los sectores productivos de la provincia y a las cuatro fundaciones que conforman el espacio; a sus equipos técnicos; del área de producción y economía para plantear propuestas. “Es un proceso de diálogo y propuestas. Es lo que Argentina necesita; seriedad, propuestas, un plan, equipo, certidumbre. Necesitamos recuperar esa tranquilidad que nos levantamos y que las cosas estén en orden, no que no sabemos qué va a pasar cada día”, aseguró.