Por Gabriel Marclé
La reaparición de Rodrigo de Loredo en el sur cordobés hizo mucho ruido. El diputado nacional de Evolución Radical llegó acompañado de dirigentes y militantes para realizar una audiencia que no pasó desapercibida, especialmente por el tono de sus declaraciones. El de Loredo más técnico, sesudo y argumentativo pasó al segundo plano, tapado por una contundente verborragia que se impuso al verdadero objetivo de su visita, el cual tenía que ver con sus propuestas y acciones en términos de la producción cárnica en la región.
“Rodrigo está probando otro perfil”, revelaba ayer un seguidor del candidato, presente en la sala de audiencias del hotel Howard Johnson, donde se congregaron cerca de 100 personas para escuchar lo que el diputado tenía para compartirles. Allí se encontraron con algo distinto, un rasgo inexplorado en el arsenal discursivo del dirigente radical y que tiene un estrecho vínculo con un estilo que lleva la firma de Luis Juez, como si este fuera una especie de “modelo a seguir” de la impronta cambiemista rumbo al 2023.
La primera demostración de esta faceta más desbocada o “suelta de lengua” del parlamentario cordobés se vio cuando le tocó referirse a la actualidad del Frente de Todos y la posibilidad que tiene Juntos por el Cambio de arrebatarles la Rosada el año próximo. “Son choros y chotos, por eso creemos que la gente nos va a dar la chande de gestionar en lugar de uno de los gobiernos más improvisados de la historia argentina”, lanzó picante de Loredo.
Aun sin distanciarse tanto de los discursos a voz alzada que lo llevaron a ocupar el lugar que hoy tiene en el Congreso de la Nación y dentro de la dirigencia radical, la diferencia está en las palabras que utiliza para darle fuerza a su punto. “Se chorearon un gasoducto”, dijo una vez más, esta vez sobre la polémica suscitada en el Gobierno Nacional. Postura anti-K recalcitrante, otro rasgo que de Loredo busca reforzar.
Los colaboradores más cercanos del diputado radical niegan que haya un cambio de estilo, sosteniendo que “dice lo que dijo siempre”; pero ya entre los dirigentes del radicalismo se viene comentando una especie de “ajuste” para no quedar tan fuera del tono propuesto por Luis Juez, quien a esta altura es considerado como la opción más fuerte de JpC para el 2023 cordobés.
En parte, creen que su estilo fue lo que terminó dándole buenos resultados y que el resto de la alianza deberá imitar ese tono. Eso sí, también consideran que a Rodrigo de Loredo todavía le falta para equiparar fuerzas. “No tiene la simpatía ni el humor”, comentaba por lo bajo un dirigente local del Frente Cívico sobre lo que es una especialidad de la casa juecista.
Futuro de candidato
Tras ser consultado por la prensa por su destino político de cara al 2023, de Loredo confirmó que será candidato. ¿Candidato a qué? “No es momento de definirlo”, respondió, dejándole la puerta abierta a esa versión que lo ubica como posible candidato en Capital, siempre y cuando sea Juez el que compita para gobernar la provincia. De hecho, algunos de los radicales que se congregaron con el diputado en Río Cuarto reconocían que las tendencias apuntarían a darle la candidatura al senador de JpC.
En ese sentido, de Loredo pidió que la alianza opositora genere un reglamento para designar candidatos, “como el que tenemos en la UCR”, agregó. “Ojalá haya un consenso”, concluyó, antes de afirmar que “me llevo muy bien con Luis Juez”, en un intento por despejar las versiones que afirman la existencia de una fuerte rivalidad con su ex compañero de fórmula.
“Tenemos que estar concentrados en cómo vamos a llegar a gobernar para hacer diez grandes reformas en los primeros cien días. Si no hacemos eso, no lo hacemos más”, dijo con una lengua caliente, también contra el Gobierno de Córdoba, alentando una rivalidad con el oficialismo cordobés, una práctica mejor visualizada en el arsenal de Luis Juez. “Las encuestas le dan bien a Schiaretti, pero le dan mal a Córdoba en las mediciones de pobreza e inseguridad”, lanzó de Loredo con otra frase cargada de vibras juecistas.