Elisa “Lilita” Carrió anticipó en Córdoba que su partido definirá a quién apoyará, en el marco de la interna de Juntos por el Cambio, recién a fin de año. La líder de la Coalición Cívica ARI se define como una retirada de la política con sonrisa pícara, pero no descarta jugar si es necesario. “Si se arma un frente de frente, donde se unen todos los corruptos”, marca la condición superior para lanzarse a la aventura electoral.
La cofundadora de Cambiemos fustiga contra las candidaturas anticipadas y alerta sobre el rechazo del electorado a estos precipitados lanzamientos. Incluso, Carrió advierte que los que están en la primera línea hoy, en cuanto potencialidad, pueden quedar rezagados cuando llegue la hora electoral. Como gran parte de la dirigencia argentina, la exdiputada nacional plantea que hay un riesgo real de una fuerte crisis social y política que pegará fuerte en toda la dirigencia, independientemente del espacio político.
Ahora bien, en este escenario de incertidumbre y expresados los consejos de prudencia a la larga lista de anotados en la alianza que fundó junto a Mauricio Macri y Ernesto Sanz para las elecciones de 2015, Carrió ratificó que JpC competirá unido en el próximo turno electoral.
La convicción de “Lilita” parte de su constatación de un núcleo duro dentro de la entente que entendió que dentro del espacio hay chances posibles de disputar poder y en el rol de la CC ARI como reaseguro del espacio. La gira nacional de la excandidata a presidenta persigue el objetivo, precisamente, de “amigar” dirigentes, además de llevarse la temperatura local de las discusiones de los aliados.
Advertida sobre las versiones que sitúan al gobernador Juan Schiaretti en diálogo estrecho con la conducción nacional de la UCR que, por otro lado, observa con preocupación el giro hacia la derecha de Macri, Carrió niega esa posibilidad.
Carrió se esfuerza para evitar polémicas, pero se permite dudar al ser consultada sobre la posibilidad de éxito de una tercera vía como la que construye el peronista cordobés. Cabe recordar que el jefe del Poder Ejecutivo provincial blanqueó en el Malba que trabaja en un proyecto político superador a la grieta, aunque sin develar el rol que ocupará en el nuevo entramado. Insiste con la unidad y responde de manera enfática: “Juntos por el Cambio es insustituible”.
Realidad local
El precandidato a gobernador Luis Juez exige a los pioneros de JpC que expresen su deseo de “ganar Córdoba”. La frase desnuda la inseguridad que tiene el senador sobre la confianza interna que genera en sus aliados y, en especial, la permeabilidad de una amplia mayoría de popes cambiemitas de tender puentes con el influyente peronista antikirchnerista del interior.
Carrió, en plan de no tensionar, aseguró que Juntos por el Cambio debe tener un candidato en la provincia, observa un “fin de ciclo” en el gobierno de Hacemos por Córdoba y delega la responsabilidad a sus “lilitos” a la hora de apostar en la interna doméstica.
La prudencia se explica por la falta de certezas en la arena local y compromisos políticos que se superponen. La dirigente apoyó al radical Mario Negri en todas sus incursiones electorales, incluso en la última que compitió como candidato a senador, pese a la recomendación contraria de su amiga. Ahora bien, todo el arco político sabe que la relación de Carrió con Juez no es buena y parte de distintos códigos electorales, pero la sintonía con la conducción orgánica de la UCR con el senador es llamativa. Al punto, que circula con total impunidad que de un acuerdo entre partes para ponerle un tapón al crecimiento de Rodrigo de Loredo y allanar el camino a Juez. Libertad de acción es la salida airosa de Carrió a los posibles acuerdos locales.