Por Bettina Marengo
Corren días tensos en el sindicalismo cordobés porque en estos días se define si la actual conducción de la CGT Regional Córdoba mantiene la jefatura de la central, si se llega a un acuerdo de unidad con el Movimiento de los Trabajadores Cordobeses que sostienen el metalúrgico Ruben Urbano y Pablo Chacón, de Comercio y, si esto es posible, quien conducirá los destinos en adelante de la organización obrera cordobesa.
La CGT Regional Córdoba que encabeza José Pihén tuvo su plenario general ayer donde ratificó su posición de sostener el actual consejo directivo hasta el año que viene, cuando venza el mandato de autoridades elegidas el año pasado. Con la firma de medio centenar de secretarios generales, envió una carta al triunvirato nacional resaltando que más de cincuenta gremios federados responden a la conducción de Pihén y sus adjuntos. “Advertimos sobre la inconveniente de avanzar en cualquier proceso de normalización que no las incluya”, indicó en la misiva destinada a Pablo Moyano, Héctor Daer y Carlos Acuña.
Y le cerró el paso a la creación de un triunvirato integrado por Pihén, el titular de Aoita, Emiliano Gramajo, y el de Camioneros, Edgar Luján, tal como circuló como versión durante el fin de semana. Luján es uno de los dirigentes que impulsa Urbano.
Hoy viene a Córdoba el hombre de la Secretaría de Interior de la CGT nacional, Horacio Otero, quien tiene como misión “normalizar” y unificar las centrales obreras de todas las seccionales del país, y lo viene haciendo, según el concepto de los cegetistas cordobeses, con “improlijidad”. El enviado de Abel Furlan, el reciente titular de la UOM que maneja la secretaria del Interior, se reunirá con Urbano, Chacón y los gremios federados en el predio de la UOM. Pero desde la Regional Córdoba lanzaron una advertencia: si un gremio federado asiste a la cita con Otero, no lo hará en representación de la central cordobesa.
En teoría, hoy vence el plazo que el enviado nacional estableció para conformar una comisión normalizadora. El grupo se armó con integrantes de los dos sectores, pero solo tuvo una reunión. La semana pasada iba a ser decisiva pero no asistieron los gremios del MTC. Del otro lado llamaron a un escribano para dejar asentado la ausencia.
En la CGT Regional Córdoba consideran que con 73 gremios (se sumaron otros tres recientemente), están en condiciones de ganar una votación ya sea con sistema de un voto por gremio o con una modalidad proporcional a la cantidad de afiliados de cada gremio. De manera que consideran que el sector de Urbano y Chacón no podría imponer a sus dirigentes ni sus condiciones, pero el fantasma de la intervención sobrevuela el mundo sindical provincial.
Para el sector opositor, la situación pasiva de Pihén (está jubilado como empleado público) le impide encabezar la central. Además, le achacan la cercanía al gobierno de Juan Schiaretti, de cuya fuerza política es legislador provincial.
En cualquier caso, si la advertencia de la intervención de la CGT nacional se convierte en un hecho, en el entorno de Pihén y de sus secretarías adjuntas aseguran que desconocerán la medida. “Nosotros reivindicamos la unidad, y que que entre el gremio que quiera entrar, pero ratificamos la conducción actual de la CGT y su vigencia hasta que termine su mandato”, indicó una fuente informada, momentos antes del inicio del plenario de ayer.
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