Calleri 2024, un secreto a voces cada vez más atronador

El ex tenista niega estar pensando en convertirse en el próximo intendente de la ciudad, pero viene ganando lugares entre los favoritos del PJ local. Juan Manuel Llamosas trabaja en su eventual ascenso a Provincia, confiado en que 2023 lo tendrá en alguna oficina del Panal. Cuando eso ocurra, Calleri podría dar el paso hacia convertirse en el candidato de la continuidad peronista en el Imperio.

Por Gabriel Marclé

Agustin Calleri, tomando un lugar protagónico durante la realización de la Maratón Deportes Río Cuarto del último domingo. Allí, Juan Manuel Llamosas volvió a dar señales de su favoritismo por el ex tenista.

Mientras Juan Manuel Llamosas sigue insistiendo con ganarse un lugar en la fórmula competidora de Hacemos por Córdoba en 2023, el conocido internamente como “operativo ascenso”, cada vez son más frecuentes las señales respecto al armado de la Municipalidad que se vendrá si logra su cometido. El intendente se encuentra preparando el terreno para lo que vendrá en 2024, con la elección de un sucesor que le permita al PJ continuar con el proyecto que logró sostener por dos mandatos consecutivos.
En ese sentido, un nombre ha tomado tanta fuerza que resulta casi imposible soslayar su posición dentro del universo de “potables” que maneja el peronismo. Se trata de Agustín Calleri, el ex tenista que desde 2020 forma parte del equipo de gestión como secretario de Deportes; quien, pese a no contar con el arsenal político de otros dirigentes, posee una popularidad que le valió estar en la conversación del 2024 electoral.
Días atrás, mientras se desarrollaba la tan promocionada y convocante Maratón Deportes Río Cuarto, Llamosas manifestó -de forma indirecta- que el ex diputado cordobés está siendo construido como un dirigente capaz de asegurarle al peronismo un tercer mandato consecutivo. Aunque el intendente no será el único con injerencia en la definición del candidato oficialista para el 2024 y Calleri tampoco es el único nombre en danza, el favoritismo hacia la figura del ex tenista parece ser un secreto a voces cada vez más atronador.
A esta altura del segundo mandato llamosista, mientras se piensa en los herederos del trono en el Mojica, algunos aseguran que hace un tiempo que el ex tenista se cortó solo y que les sacó una importante ventaja a quienes podían ostentar pelearle la candidatura del 2024. Por mérito propio, debido a esa aura de notoriedad por haber sido un embajador riocuartense en el mundo; pero también por la bendición y acompañamiento del intendente.
A fines de 2020, Alfil les contaba a sus lectores que el PJ se encontraba midiendo futuros competidores cuando recién comenzaba el segundo mandato de Llamosas. Por ese entonces se decía que los consultores del partido valoraban los niveles de popularidad de Calleri, pero también advertían que el funcionario debía tomar mayor protagonismo, algo que ha comenzado a ejercitar en este último tiempo.
Esto viene concretándose, con más profundidad, desde fines del año pasado. El secretario de Deportes cuenta con más responsabilidades, más presupuesto, más juego político y -sobre todo- más tiempo de cámara. Coincidentemente, su figura fue creciendo mientras la de Llamosas mutaba hacia una faceta provincial, ya lanzado a pelear por algún lugar en la renovación del PJ provincial. Esto indicaría que el ascenso del actual intendente riocuartense se realizará desde un trampolín que podría propulsar también a Calleri para intentar gobernar la ciudad desde 2024.
La agenda de gestión peronista lo viene ubicando como uno de los funcionarios protagonistas, un nombre que aparece -casi siempre- con buenas noticias y que corporiza el contraste con gestiones anteriores, ese valor que el PJ busca poner en juego de aquí a las próximas elecciones. El poder transformador al que hace alusión el intendente Llamosas cuando muestra el antes y después de su gestión también ha tomado fuerza con su gestión en el icónico Centro 11.
Pero el proyecto “Calleri 2024” no es algo que se construya exclusivamente desde el oficialismo, sino que también cuenta con el aporte opositor. Esto pudo observarse desde el año pasado, cuando el bloque de Juntos por Río Cuarto convirtió al ex tenista en un blanco recurrente y, cada vez que eso ocurrió, hubo devolución. Así, el funcionario se empodera también con sus rivales.
De hecho, Calleri también los ha citado a la hora de destacar sus logros, marcando las diferencias entre lo que le dejaron (cuando el radicalismo gestionó la ex Fundemur) y lo que se observa en el presente. “Atacarnos a nosotros es como autoatacarse ellos porque si atacan al deporte después de lo que dejaron, no les conviene”, dijo días atrás en el programa radial Así Son Las Cosas de FM Gospel.
Estas situaciones indican que el tenista es -de los aspirantes a candidatearse – quien mejor viene entendiendo el juego dialéctico con la oposición, el ida y vuelta que en muchas ocasiones resulta definitorio para los procesos electorales. Su estilo más contestatario lo diferencia del “modo Llamosas” de hacer las cosas, como si buscara mostrar que no tiene miedo de pelotearse con sus rivales. Tal vez esto también lo ponga unos peldaños arriba: una buena parte del PJ quiere cruzar golpes con el radicalismo antes del año electoral y salirse del estilo conservador.