Inflación:el mismo camino pensando en un destino diferente

El Presidente creó un “comité de crisis”. Entre las medidas que analizan están el aumento de retenciones para los subproductos derivados de la soja y se analiza un ajuste para las que caen sobre carne y leche; un acuerdo por 180 días para precios de productos de consumos masivos con los fabricantes y una ampliación de Precios Cuidados.

Por Gabriela Origlia

Al kirchnerismo le cuesta lidiar con una inflación anual que supera el 50%. Lo cierto es que el equipo de gobierno parece perdido respecto a qué hacer para solucionar el problema; conviven varias recetas conforme a quién las enuncie. Ya se descuenta que los precios este año serán todavía más altos que en el 2021 y que el número empezaría con seis.

Todo indica que la “guerra” anunciada para mañana por el presidente Alberto Fernández, después de 30 meses de gestión, será en base a más intervención. En la presentación del presupuesto para este año -el que no se aprobó-, el ministro Martín Guzmán se refirió, al menos, a 20 programas para controlar la inflación.

Hasta hace un mes -cuando se avanzó con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) hubo cambios- los ejes en la lucha contra la inflación fueron el atraso del tipo de cambio, el congelamiento de tarifas, la intervención en acuerdos paritarios para morigerar el efecto de los salarios y acuerdos, congelamientos y programas de precios con más discurso que realidad.

En las últimas semanas, se creó un fideicomiso para subsidiar en el mercado interno las ventas de harina 000 y de fideos secos, afectados por, entre otros motivos, el aumento de precios del trigo y maíz a nivel internacional por la guerra entre Rusia y Ucrania.  Ayer el ministro Julián Domínguez anunció que prohibirán las exportaciones a los frigoríficos que dejen de vender cortes baratos.

Cuando se avanzó con el Fondo, la devaluación empezó a acelerarse y arrancó el descongelamiento de las tarifas de servicios públicos pero los controles de precios a través de acuerdos siguen.

La disparada de precios encuentra a un Gobierno desorientado y preso de internas que le acortan los márgenes de acciones. Su capacidad para generar confianza y alinear expectativas es nula. Ya hay expertos que descuentan que, en el segundo semestre, empezarían los incumplimientos con el FMI.

Fernández, hace unos días, creó un “comité de crisis” con Guzmán, los ministros Matías Kulfas y Julián Domínguez y el secretario Roberto Feletti. Entre las medidas, están el aumento de retenciones para los subproductos derivados de la soja y se analiza un ajuste para las que caen sobre carne y leche; un acuerdo -otro más- por 180 días para precios de productos de consumos masivos con los fabricantes y una ampliación de Precios Cuidados.

Los productores de alimentos ya advirtieron a los funcionarios que no se pueden congelar precios, a lo sumo será cuestión de reducir las subas. Nadie está convencido de la receta.

Apenas se comenzaron a anunciar los programas de precios, los economistas advirtieron que difícilmente funcionarían. A lo sumo, sirvieron como parches para que la inflación no siguiera escalando. También señalaron que no alcanzarían para enfrentar la política monetaria expansiva que dominó la escena desde el segundo semestre del año pasado.

Antes de que Rusia invadiera Ucrania, ya el mercado anticipaba que la inflación de este año superaría la del 2021. La guerra es una presión más. Fernández optó por señalar “vamos a terminar con los especuladores y poner las cosas en orden, en una Argentina que ha sufrido tanto por esos cuatro años”. Otra vez la mirada está en los otros.

Jorge Colina, economista de Idesa, señala que en la visión oficial hay “una confusión entre aumentos de precios e inflación”: aumento de precio es un precio que sube de nivel y que puede hacerlo por única vez y después quedarse allí o bajar. Inflación, en cambio, es el aumento sostenido en el tiempo de todos los precios. La diferencia no es trivial porque aumentos de precios se dan hasta en economías que tienen 0% de inflación.

Después de esa precisión plantea que el programa Precios Cuidados actúa como un Black Friday dando descuentos transitorios en algunas marcas de algunos productos, pero no va a bajar la inflación del nivel de 52% anual. “Lo mismo con los derechos de exportación y los controles de precios. Pueden contener transitoriamente el aumento de algún precio específico, si la economía tuviera una baja inflación del orden de un dígito anual”, analiza.