Mestre repartió preservativos en Cosquín Rock

Bajo la consigna “el mejor sexo es el más seguro”, repartió preservativos y le sacó bien el jugo a la oportunidad de ganar visibilidad pública en tiempos complejos para él

Por Gabriel Osman

Ni tan joven como cuando se asomó a la política, allá por 2007, ni tampoco tan veterano, el ex intendente Ramón Javier Mestre asistió el sábado al Cosquín Rock, junto a integrantes de su familia y de dirigentes de Confluencia, su agrupación interna en la UCR, aprovechando la gran concentración de jóvenes para llevar hasta allí su campaña de prevención de enfermedades de transmisión sexual.

Bajo la consigna “el mejor sexo es el más seguro”, repartió preservativos y le sacó bien el jugo a la oportunidad de ganar visibilidad pública en tiempos complejos para él, bien distintos a cuando era intendente de Córdoba y la suya era una figura pública muy solicitada y demandada por los medios.

Sus asesores en el relanzamiento de su imagen pública y también su propio criterio no forzaron las circunstancias, hay que reconocerlo, para alcanzar la visibilidad que necesita todo hombre público.

El hasta hace un par de años dirigente notorio del partido radical, resultó ser un intendente distinto a su padre, Ramón Bautista Mestre, el mejor lord mayor que haya tenido la ciudad desde la vuelta de la democracia, junto a Rubén Martí. Esto es reconocido por propios y extraños.

Pero no en todas las comparaciones el padre sale mejor parado que el hijo. Los más memoriosos han de recordar cuando en los ’90 Mestre padre mandó al titular del área de Salud, Enrique Borrini, a repartir, también un sábado, preservativos en la intersección de avenida Irigoyen Montevideo.

Habían elegido una esquina estratégica para predicar entre los jóvenes que se concentran en esos días para la movida juvenil de los fines de semana. Pero también frente a las narices del Arzobispado, un lugar desde donde partieron fuertes resistencias a su campaña de “planificación familiar” y lucha contra el Sida.

En esta ocasión, el lugar elegido demostró puntería y oportunidad. Gestos muy distintos a las irreverencias que tantos costos le reportaron al caudillo radical desaparecido hace ya casi 20 años.