Gradualismo Nac&pop

Por Javier Boher

¡Hola, Hola, amigo lector! Acá estamos de vuelta, otro lunes más, para tratar de tomarnos con algo de humor esa cosa tan seria que es la política argenta. Por suerte este fin de semana estuvo hermoso y -salvo por el detalle del bolsillo de fin de mes- todo el mundo aprovechó para disfrutar unas vacaciones que ya se empiezan a terminar.

El que ahora seguro va a meter unas buenas vacaciones es el Ministro Sarasa, que parece que le vendió la ídem a los muchachos del Fondo. Todavía tienen los términos finitos del acuerdo más guardados que vajilla fina para recibir visitas, así que todo lo que sabemos es porque los mayores de 30 aprendimos a interpretar señales a través del esfuerzo de ver algo en los viejos canales codificados.

Sabemos que El Presidente Ojos de Enfisema salió a tirar unas palabras en las que aclaró menos que lavandina comprada suelta, pero que se resumió -palabras más, palabras menos- a que toda la culpa de estar así es de la oposición. Mientras le tiraba el fardo a los representantes de la mitad del electorado salía también a pedir un acuerdo entre todos. Seguro que así se prenden todos, titán.

Ojo, que en eso el maestro tiene razón. Es imposible arreglar nada con la gente de afuera si primero no nos ponemos de acuerdo adentro, pero claro: ¿cómo se hace para acercar posiciones con tipos que hasta horas antes de anunciar el acuerdo andaban girando el tambor del revólver a ver si les salía el balazo del default o si tenían que hacer primar la cordura?. No la dejan tan fácil.

Esto de pensar en meter a todos dentro del mismo barco, en un gran acuerdo nacional, un Pacto de La Moncloa o lo que fuere es siempre una gran ilusión (cuando no mentira) de nuestra clase política. ¿Alguien va a pensar en hacer políticas de Estado conjuntas, dejando de lado egoísmos, cuando hay gente tratando de nombrar a toda la familia en el Estado o robándose resmas de dependencias públicas?.

Además, amigo lector, eso implica empezar a ajustar en 2022 con la posibilidad de dejarle parte del trabajo hecho a la oposición para que se ilusione con llegar a gobernar en mejores términos que en 2015. Somos el país del bidón de Branco, así que por mucho “la patria es el otro” que se declame todos van a tratar de perjudicar al rival antes para sacar aunque sea una ventajita.

No sé si lo notó, estimado, porque en el párrafo anterior usé la palabra Voldemort, la que no debe ser nombrada: A-J-U-S-T-E. Mete miedo, por eso en la neolengua del kirchnerismo hay que evitar pronunciarla como propia y siempre como de “la derecha neoliberal”. Por eso el presi y el ministro parecían esos malabaristas de semáforo que se suben a una linga sobre su monociclo y usan machetes prendidos fuego en lugar de clavas para demostrar su arte.

Usted me llamará exagerado, pero es más o menos lo que hicieron. No quisieron hablar de ajuste porque van a reducir el déficit sin tocar el gasto en obra pública, sin ajustar jubilaciones, sin reducir prestaciones sociales. Por lo menos en mi casa, si no cierran los números hacemos alguna concesión, como dejar de comprar jabón con perfume a sándalo tailandés para comprar un jabón en pan más redondeado para que no duela el filo. Por lo menos todavía no conseguí que el banco me crea que le voy a pagar lo que le debo porque mágicamente va a llegar un aumento de ingresos que aumente la torta. Por suerte a Guzmán sí le creyeron, así que joya.

Aunque la cosa esté todavía un poco opaca, quizás la reducción del déficit viene por algo que en este país nunca jamás se le ocurrió a nadie, aumentar impuestos. Aunque no hay mucho para ordeñarle a una vaca flaca, estos van a seguir probando. Y si no sale, pasarán al toro, pero algo van a conseguir.

La cosa es que, viendo más o menos la puntita que han mostrado hasta ahora, casi que lo que logró el Chapito es más o menos lo que quería hacer la gente de Cambiemos: acordar con el fondo, que va a poner una moneda, achicando progresivamente el déficit, para llegar a cero en 2025. Ya me los imagino cantando “Vengooo, bancando este proyectooooo. Gradualismo Nacional y Populaaaar” agitando banderas con la cara del Nestornauta y de Guzmán. Capaz puedan poner alguna de Dudovne o de Gatricio, si más o menos quieren hacer lo mismo.

Es que sí, estimado. Este acuerdo termina siendo que compran un poco de tiempo, con la esperanza de que un crecimiento mágico va a generar recursos para evitar el déficit, lo que es imposible con soberanía aeronáutica (también conocida como monopolio de Aerolíneas), soberanía energética (muy conocida por los jugosos subsidios que no evitan los cortes de luz) y con pensiones o asignaciones hasta para las víctimas del Viejo de la Bolsa o para los hijos de embarazo psicológico del Pombero.

¿Sabe qué cosas se pueden sacar en limpio como positivas? Primero, que fueron racionales y cerraron un acuerdo. Bueno o malo, peor era el default. Sentarse a hacer división de bienes con tu señora te puede salir bien o mal, pero peor es que sólo te quede la ropa que te tiró desde la ventana.

Lo segundo, que van a tener que rendir cuentas cada tres meses para que no se caiga el apoyo necesario para no irse a pique. Seguro después cada tres meses te inventan algo, pero confiemos que con esto más o menos les van a poner algo de presión para cumplir ese gradualismo maquillado.

Ahora que le pintó la onda Cambiemos y está metiendo un poco de plan económico macrista, sumado a que necesita vacaciones, quizás puede tomarse unos días en el Sur, que la reposera de Miauri debe estar vacía. Seguro ya tenía algo comprado con previaje, así que encima se vuelve con plata encima. Picante para los números, el chiquito.

Por las dudas, usted compre latas.

Tenga buena semana.