No hay economistas que crean que los meses que vienen serán mejores para la Argentina. Las expectativas son de más inflación, más devaluación, menos crecimiento y menos déficit. El delay en las negociaciones con el FMI, las declaraciones cruzadas entre funcionarios del Gobierno, las idas y venidas para tener una reunión con la oposición alimentan la incertidumbre.
Ayer el dólar libre revirtió la baja inicial y terminó negociado con alza de dos pesos, a $213 para la venta, para alcanzar un nuevo máximo histórico. La divisa registra una ganancia de 5 pesos o 2,4% en lo que va de enero. En una comparación interanual, el dólar libre escaló un 35,7%, desde los $157 del 19 de enero del año pasado, muy detrás de una inflación del 51% acumulada en doce meses. En el mercado mayorista cerró a $104,24, con alza de siete centavos, que lleva a la brecha cambiaria a 104,3 por ciento.
El Banco Central volvió a vender divisas y acumuló una pérdida neta de u$s110 millones en las últimas dos ruedas, aunque sigue exhibiendo un resultado favorable en el mes.
Los bonos argentinos y las acciones, en tanto, rebotaron tras la racha negativa por la ausencia de avances con el FMI. Los títulos públicos habían caído en todas las ruedas desde que comenzó 2022. Igual, los operadores siguen inquietos por la dinámica de las reservas netas líquidas y la falta de un rumbo claro con las conversaciones con el Fondo.
Un informe de Latinfocus Consensus Forecast con proyecciones de medio centenar consultoras locales y del exterior, marca una importante desaceleración del crecimiento del nivel de actividad, sería del 2,3% para este año. En ese escenario, también se advierte una aceleración de la inflación, que tendrá al 50,9% de 2021 como piso. Entre la inercia, la mayor suba del dólar y el movimiento de precios regulados como las tarifas de servicios públicos, los analistas encuentran un combo de factores para explicar esa mayor velocidad. Los encuestados esperan un 51,4% para este año.
El canciller Santiago Cafiero sigue con su raid de reuniones en Estados Unidos. Antony Bliken, secretario de Estado, volvió a reclamarle al gobierno de Alberto Fernández que presente “un marco de política económica sólido que devuelva el crecimiento al país” para alcanzar un nuevo acuerdo con el FMI. Ya lo había hecho antes. El pedido argentino fue de respaldo para que “no se restrinja el crecimiento de la Argentina”.
Antes de comenzar la reunión bilateral, Blinken le había dado la bienvenida a Cafiero diciéndole que su país respalda una “economía argentina vibrante” porque eso fortalecerá la relación bilateral y el liderazgo regional. “La Argentina es un amigo y socio en nuestro hemisferio y más allá. Tenemos mucho de qué hablar hoy, desde eventos y desafíos en nuestro propio hemisferio hasta puntos que van mucho más allá”, señaló ante la prensa.
Ayer, antes de volver a la Argentina, Cafiero se entrevistó con Juan González, principal asesor para América latina de Joe Biden, y funcionarios del Departamento de Estado. Siempre todo en el marco de la búsqueda de apoyos a la negociación con el FMI por la deuda.
En ese contexto, la vicepresidenta Cristina Kirchner se pronunció con una contundente carta en su sitio web en la que comparó el mandato de Mauricio Macri con la pandemia del coronavirus y además apuntó contra el Fondo.
Comenzó explicando que “la pandemia macrista” comenzó “cuando en el año 2018 Macri trajo al FMI de vuelta a la Argentina” y afirmó que “nunca se va acabar”. Al finalizar afirmó que no era posible pagar la deuda; mencionó que agregaba “Una pequeña yapa”. “La pandemia macrista nos quita las divisas que tanto necesitamos como país porque al FMI hay que pagarle completa y exclusivamente en dólares… porque por más que le insistimos no nos acepta pesos” cerró.