Por Yanina Passero
Los jefes y dirigentes del PRO de todo el país compusieron una foto de familia unida en simultáneo al estallido del bloque radical en el Congreso de la Nación. Los amarillos serán cautos a la hora de opinar sobre las escaramuzas que protagonizaron Mario Negri, Martín Lousteau y Rodrigo de Loredo, entre otros. Sería un error táctico exponer cómo capitalizarán las divisiones internas de un partido que, a la postre de las elecciones legislativas nacionales, prometió desafiar a Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta y liderar Juntos por el Cambio para ser gobierno en dos años.
Esta cautela no impide que enraícen algunas especulaciones sobre el futuro inmediato de la coalición, sus desafíos en un escenario dinámico y el armado para la pulseada por el poder central y el gobierno de algunas provincias estratégicas, entre ellas Córdoba. En especial, porque son los mismos radicales los que invitan al PRO a formar parte de esta interna. Por ejemplo, en una entrevista a La Nación, el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, aseguró que la división es funcional al jefe de gobierno porteño. “Esta ruptura lo que busca es debilitar al radicalismo y entregarle parte del partido a Larreta”, dijo sobre su potencial rival para las presidenciales.
En concreto, conviven dos lecturas, bastantes previsibles si se las coloca bajo la lupa de las internas recientes. La referente de Patricia Bullrich en Córdoba, la flamante diputada Laura Rodríguez Machado, buscó desdramatizar la pulseada directa entre Negri y De Loredo, apadrinado por el economista.
“Si están dentro de Juntos por el Cambio está bien. Tanto el bloque UCR-Evolución como el que conduce Margarita Stolbizer están dentro de la principal coalición opositora. Esta situación nos muestra unidos”, sostuvo la integrante de la lista que encabezaron De Loredo y Luis Juez en las primarias y en las generales.
“Con mucho respeto y sin querer opinar de partidos ajenos, pude ver que De Loredo encarna la renovación de un partido centenario, muy respetado en mi provincia pero que necesita renovarse para que no nos pase lo que pasó con el Partido Demócrata, que, por querer mantener estructuras anquilosadas, terminó desapareciendo. De Loredo le aportó sangre nueva al radicalismo y dentro de lo democrático es una decisión que no significa disminuir la cantidad de legisladores que tiene JPC”, avaló la movida interna la vicepresidenta del PRO.
Lo cierto es que la opinión que también repiten otros patricios cordobeses no es la misma en la línea de amarillos que se referencian con el expresidente Mauricio Macri. Son más cáusticos que Rodríguez Machado al advertir que esta decisión no será inocua en la realidad de la alianza y que ratifica las dificultades que tienen los socios para dejar de lado proyectos personales en pro de la unidad del espacio.
Por caso, la definición del jefe del interbloque de Diputados se pateó para más adelantes, pero promete momentos de tensión. Allí se podrá ver si el PRO, a través de su jefe de bloque, Cristian Ritondo, aprovecha la escaramuza radical para reemplazar a Negri en su rol o, en caso contrario, ratifican el estatus quo que los evolucionistas que comandará De Loredo decidieron quebrar.
En el horizonte del PRO macrista hay otra preocupación inmediata: advierten que no sólo incumplieron con el mandato del electorado de minimizar apuestas individuales, sino que el quiebre radical jaquea otra vez el intento de consolidar la mesa de Juntos por el Cambio en Córdoba, espacio que debía canalizar el debate y las internas para garantizar la cohesión para mayo del 2023, la potencial fecha para las elecciones provinciales en la provincia.
“¿Quién representaría a los radicales? ¿Solo el negrista Macros Carasso?”, se preguntan irónicos los macristas locales. “No se puede contener a todos”, lanzó otro que ve en esa intención el lado flaco de la mesa.
Sólo basta observar cómo se complejiza el mapa en los espacios institucionales donde funciona Juntos por el Cambio en la provincia. La semana pasada adelantábamos la postura de Lucas Balian, en nuevo ingresante al Concejo, que formará el bloque unipersonal Vamos Córdoba, diezmando a Evolución de De Loredo, como tributo al correntino Gustavo Valdez.
En la Legislatura, si bien esa discusión está estancada, hay fuertes cruces entre los aliados por la potencial derogación del impedimento a la reelección indefinida de intendentes o el impulso a la regularización de las apuestas online.
En este marco, un sector del PRO insiste con que es un error creer que este resultado legislativo se trasladará a las elecciones de 2023 y recuerda que no puede subestimarse el poder de división que ejercerá el peronismo de Juan Schiaretti sobre la alianza.
El fantasma de 2019 volvió a rondar las cabezas aliancistas como si fuera ayer.