Por Alejandro Moreno
El Comité Central de la Unión Cívica Radical realizó ayer una reunión por videoconferencia con tres temas calientes en la agenda: el proyecto de juego on line, la re reelección de los intendentes y la disputa entre Mario Negri y Rodrigo de Loredo en la Cámara de Diputados.
El proyecto del presidente del bloque de legisladores de Juntos por el Cambio, el radical Orlando Arduh, para regular el juego on line en la provincia de Córdoba, consiguió algo que en los últimos tiempos es bien difícil en la UCR: todos estuvieron de acuerdo en rechazarlo.
Anoche, al cierre de esta edición, el Comité preparaba una resolución con fuertes críticas a la iniciativa de Arduh, e incluso llegó a mencionarse la posibilidad de agregar un pedido al legislador radical para que retire el proyecto de la Cámara provincial. Negristas, deloredistas, alfonsinistas, mestristas, nicolacistas… todos, sin distinción, coincidieron en este punto que estratégicamente fue colocado como el número uno de la agenda. Así que la videoconferencia comenzó bien.
Ya fue más complicado el asunto de la re reelección de los intendentes. El Panal baraja la posibilidad de modificar la ley que impide más de dos mandatos consecutivos, y al lanzar el proyecto a la arena política causó más estruendo en la UCR que en el peronismo, donde rige la obediencia al jefe como valor supremo.
El presidente del Comité, el negrista Marcos Carasso, y la vicepresidente 1°, la mestrista Liliana Ruetsch, plantearon que sería atinado consultar a los intendentes nucleados en el Ente, antes de tomar una decisión. El resto se opuso a que se modifiquen las reglas de juego tal como lo pide el peronismo.
Bajo secreto de confesión, algunos radicales admiten que hay muchos intendentes y jefes comunales de su partido que quieren ser re reelegidos, pero la estrategia más hábil consistiría en protestar en público y dejar que el oficialismo imponga su mayoría para aprobar la modificación a la ley. Por una vez, razonan, que el costo político lo pague el PJ.
Finalmente se decidió no votar una posición sobre el tema, pero sí llamar a los intendentes que hoy preside Oscar Saliba para conversar y conocer su punto de vista.
El tercer punto de la agenda fue el que más tensionó las pantallas. Como se sabe, la ruptura del bloque radical en la Cámara de Diputados provocó un terremoto político. Rodrigo de Loredo y once diputados más se separaron de la mayoría que preside Mario Negri, llevando al Congreso la pulseada cordobesa por el futuro del partido en la provincia.
El negrista Julio Ochoa pidió que el Comité apruebe una resolución convocando a la unidad, pero los secretarios del pandeloredismo replicaron que a ella debe llegarse reconociendo quién tiene más votos en Córdoba, de acuerdo con las elecciones de septiembre y noviembre.
Como se ve, no hicieron otra cosa que replicar los argumentos que en Buenos Aires esgrimen Negri y De Loredo.
Sobre la mesa se colocaron las dos posiciones: conduce el que tiene más diputados, o conduce el que tiene más votos. Hubo también pases de facturas a De Loredo, acusándolo de quebrar el partido, y contraataques sobre Negri recordando que en 2019 fue candidato del PRO, el Frente Cívico y la Coalición Cívica-ARI en contra de la UCR.
De aquella división del 2019 surgieron los tres bloques en el Concejo Deliberante, que pueden llegar a ser cuatro, y los dos en la Legislatura.
El tema quedó para más adelante. No fructificó la idea de convocar a Negri y a De Loredo para que den sus argumentos en el partido. La sangre no llegó al río porque nadie estaba seguro de contar con la mayoría. Los alfonsinistas, al abandonar la alianza que formaban con Negri y Mestre para apoyar a De Loredo, pueden mover el fiel de la balanza hacia el nuevo diputado, pero no se los vio muy decididos a llevar el tema a una votación que podía resolverse por una ventaja mínima. No todos los votos están seguros en el Comité y un resultado ajustado no haría más que arrojar sal en la herida. El tema quedó en suspenso, pero no cerrado.