Por Yanina Passero
Dentro de Juntos por el Cambio la opinión es dominante: si el escenario político fuera otro y los vaivenes de la interna aliancista hubieran empujado a Luis Juez al polo del PRO que hoy expresa Gustavo Santos, el futuro senador por Córdoba hubiera celebrado con bombos y platillos la detención de su antecesor, Germán Kammerath, luego de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación dejara firme un fallo en su contra de tres años y seis meses de prisión por corrupción.
La condena que quedó firme es por el delito de negociaciones incompatibles con la función pública por haber contratado un servicio de rastreo de los móviles municipales cordobeses con una empresa de su excuñado. La causa iniciada por Juez es popularmente conocida como “radio aviso”, la más pequeña y la única que prosperó, según las palabras de su propio promotor.
La explicación de la mesura de Juez a la hora de referirse al tema se encuentra en la sociedad que trabó con la línea del PRO que se referencia en Patricia Bullrich y que, como se sabe, desconoció a Gustavo Santos como candidato “puesto”, tal como lo deseaba Mauricio Macri. El jefe del Frente Cívico sólo se limita a decir, cuando es consultado, que siempre fue coherente al denunciar el fraude contra el patrimonio del Estado. Ahora bien, no puede decir lo mismo de sus elecciones políticas.
Sólo basta con recordar que estuvo a punto de trabar sociedad con el exministro de Turismo de la Nación, con quien en el pasado tuvo duelos verbales de antología, incluso denuncias penales por delitos graves. Nada de eso parecía importar en el objetivo de conquistar la banca para planificar, desde esa posición, el 2023.
Las vueltas de la vida lo unieron a dirigentes que estuvieron fuertemente relacionados con el denunciado por él, Kammerath. Nadie desconoce que el también exfuncionario menemista articuló el partido de Macri en Córdoba a través de hombres y mujeres provenientes de la Ucedé. Javier Pretto, el titular del PRO integró la Comisión Nacional de Comunicaciones que Kammertah gerenció. La diputada nacional Soher el Sukaria inició sus primeras armas en el ejercicio del derecho en el estudio jurídico, junto al hoy candidato y sobrino, Oscar Agost Carreño. La candidata a la Cámara baja, Laura Rodríguez Machado, fue su secretaria de Finanzas en el Palacio 6 de Julio.
Incluso, el armador de las estrategias electorales del PRO en su primera etapa (antes de que Marcos Peña agarra la batuta, Nicolás Massot formó parte de la familia del ucedeísta condenado al formar pareja con una de las hijas.
La relación del PRO con Kammerath es más que conocida y jamás fue motivo de vergüenza por parte de sus miembros. Todo lo contrario. Sin embargo, por la sociedad que trabaron con Juez y las necesidades de la campaña, se ven obligados a mantener el perfil bajo. Ellos también son víctimas de sus propias urgencias electorales.
Hoy eligen el silencio y relativizar la injerencia de Kammerath en el PRO. “Entendemos que no nos corresponde opinar públicamente del tema y que Juez lo hace por haber sido autor de la denuncia, no como dirigente de JPC”, diferenciaban ayer fuentes del PRO.
Y remarcan la distancia: “Muchos tienen, o han tenido, relación fluida y amistad con él porque el inicio del partido se hizo con muchos exdirigentes de la Ucedé, pero no lo consideramos un armador del PRO ni una persona influyente del partido”.