Mano a mano con las miniseries y algo más

Un recorrido breve y subjetivo por algunas ofertas de Netflix, y un par de guiños de agenda en teatros y música.

Por Gabriel Abalos
gabrielabalos@gmx.com

Miniseries, una cuestión de gustos

«Maid», una muy buena miniserie que se puede disfrutar en Netflix.

Entre la oferta en miniseries que ofrece Netflix, tan adocenada y confirmatoria del gusto común, tan a tono con el dios algoritmo, ha habido estrenos y se encuentran algunas muy buenas propuestas. Entiéndase por muy buenas -en el contexto de las vistas por quien firma- las que no son fáciles de prever, las que no todo lo dan pre masticado, ni se les acaba el guion después de empezar, ni desgastan las hojas del cuaderno de lugares comunes.
Muchas series o miniseries recaen en clichés dentro del género policial, a tono con lo macabro que, además, tiene su propio catálogo de títulos. Después abundan las que echan mano a lo fantástico, de entrada, o como recurso de ahogados. No hablar de comedias que, salvo clásicas, se repiten como los días.
Ya la palabra “común” hace algo de ruido en lo antedicho: gusto común, lugar común. Se puede parecer al esfuerzo por no ser, ni gustar de lo “común”. Pero, en la medida en que series y miniseries se asientan y validan sobre un siglo previo de cine, imposible renunciar a referencias que han hecho vibrar nuestras vidas para siempre, nos hicieron abrir los ojos a lo que no veíamos sobre el mundo y sobre nosotros mismos, nos enseñaron el lugar del cine en el arte milenario de narrar. Todo eso sin necesariamente ser un melodrama, ni una “de acción” u otros géneros de esos que admiten por igual lo malísimo y lo sublime.
Lo antedicho rumbea para una crítica de la programación de Netflix, pero solo se limitará a una calificación personal de un puñado de miniseries de esas para ver a la siesta. Los títulos figuran entre lo visto y no gustado, lo gustado y lo muy gustado. Los primeros, por sus finales inauditos, que desmienten todo lo hasta ahí construido, cuentan a propuestas como Misa de medianoche, de Mike Flanagan, o Detrás de sus ojos, de quien sabe quién, que no son malas de ver, pero -ojo- muestran la hilacha de manera decepcionante. Entre estas últimas también se puede incluir Freud, que engancha con el personaje histórico y luego los guionistas se toman un ácido y escriben en pleno “pavo frío” sus delirios. Entre las gustadas, se cuenta la finlandesa Sorjonen, dentro de las policiales macabros con una vuelta de tuerca. Una o menos predecible, con el aliciente de un hecho histórico real y sin pretensiones fuera de escala, es Una mujer hecha a sí misma, además, con la actuación de Octavia Spencer. Alias Grace, basada en otro libro de Margaret Atwood, está muy bien, sobria, clásica.
Y ascienden de gustadas a muy gustadas la miniserie Inconcebible, una historia dolorosa por lo real, que parece tomar un camino ficcional, pero resulta una buena y aleccionadora crítica contra el sistema policial y la burocracia del estado ante las mujeres víctimas de violación. Halston, en tanto, es un baño en los sesenta y en el mundo de la alta moda y el alma vendida al diablo del negocio global. La actuación de Ewan McGregor es descomunal. Por supuesto, Gambito de dama, que ya tuvo su moda, como Poco ortodoxa. Y con impune subjetividad, para frutilla del postre, hasta ahora se ubica como la mejor de las vistas Las cosas por limpiar, (Maid), una historia sin fantasías, ni crímenes, ni aditamentos innecesarios, basada en un relato real, sobre el sinuoso camino de empoderamiento de una joven madre con su hija, tras abandonar a un esposo alcohólico y violento.
Seguramente ampliemos, aunque sin estrés.

Dos escénicas bajo un subtítulo
En la cartelera teatral de hoy mencionamos dos puestas que lucen en la ciudad. Por un lado, en La Chacarita Teatro (Jacinto Ríos 1449), en Pueyrredón, Catapulta Teatro Danza está presentando los jueves (hasta la semana próxima) el unipersonal de danza-teatro Ñe’ẽ, alma y palabra, escrito y bailado por Daniel Patiño Aguilar y dirigido por Mónica Nazar. Los objetos y máscara fueron hechos por Mónica Nazar y Fernando Airaldo. La obra se inspira en la sabiduría guaraní y propone que “las palabras provienen del interior, por ende, todo lo que decimos es sagrado y nuestro lenguaje representa al alma. Estos orígenes ancestrales se saben parte de una historia por contar en el cuerpo, un espíritu joven que inicia el mítico viaje”. Obtuvo el Premio Provincial a Mejor obra de danza teatro 2021. Cuenta con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro. Fue seleccionada por el Festival Internacional encarnaceno, Rocemi, Encarnación, 2020. A las 21, entradas $ 500, venta anticipada, reservas al 3517362865.
La otra puesta que destaca la agenda es Bucear sin agua, en la sala de Teatro Quinto Deva (Pasaje Agustín Pérez 10), Abasto. Dos narradoras presentan relatos producidos por mujeres en situación de encierro, tomados de antologías fruto del Taller de Lectura y Escritura Creativa del Programa Universitario en la Cárcel de la FFyH-UNC, realizado entre 2017 y 2019, en la cárcel de mujeres de Bouwer. Actúan Victoria Garay y Celeste Simoncelli. Dirección de Fwala-lo Marin. A las 20. Entradas $ 600. Reservas y pago por transferencia: https://forms.gle/drdSDzNS6XPF1VzF7.

Postal de tango con torre Eiffel
Hoy a las 21.30, en Garabombo (David Luque 430), General Paz, hay una buena cita musical para los amantes de la música ciudadana. Se presenta la apreciada cantante Liliana Rodríguez, una voz cordobesa que se lució en Europa y que no se le achica a ningún género popular, quien acompañada por la guitarra del maestro Alejandro Arneri cantará su repertorio titulado Tango en París. Serán anfitriones Patricia Coppola y Claudio González. Derecho al espectáculo: $ 500. Reservas al 3516765338 / 3515074088 o por internet en https://forms.gle/McZwi7N2RR2EWjtR8.