Por Gabriel Marclé

Aunque todos apuntan hacia el 14-11, también aparecen ruidos de fondo que distraen del objetivo principal y obligan a trabajar para que estos no se conviertan en estruendos desequilibrantes. Algo así pasó días atrás, cuando en la Municipalidad de Río Cuarto se agarraron la cabeza al enterarse de lo que ocurría en una sus dependencias, el Corralón Municipal, lugar en el que se enfrentaron el titular del Sindicato de Trabajadores Municipales, Walter Carranza, y un disconforme trabajador. El hecho terminó a las piñas e infundió nerviosismo en el Ejecutivo.
La pelea tuvo lugar a comienzos de este mes y casi pasa inadvertido, de no ser por algunas facciones de los municipales que dieron vuelo a la versión de los hechos. Según esos relatos, Walter Carranza tuvo un cruce verbal con uno de lo empleados del sector, quien le reclamaba al sindicalista por malos tratos y un supuesto hostigamiento hacia su persona. El clima se caldeó rápidamente cuando el trabajador en cuestión, de nombre Pedro González, lanzó el primer golpe y dio inicio al enfrentamiento que requirió de asistencia para separar a los protagonistas.
Poco después del hecho, las versiones sobre quién había ganado o perdido el duelo fueron parte del “chusmerío” que no medían el alcance de semejante situación. Pero el evento tomó trascendencia luego que González decidiera presentar una nota en mesa de entrada del municipio dirigida al secretario de Obras Públicas, Martín Cantoro. El ruido empezó a sonar más fuerte inquietando ahora al gabinete municipal.
El escrito demandaba al Ejecutivo que analizara lo ocurrido e iniciara una investigación en contra de Walter Carranza, a quien denunciaron por vía administrativa por un desempeño incorrecto de sus funciones. Cabe destacar que Carranza, además de dirigir el sindicato desde hace más de veinte años, también ocupa el cargo de director de Vialidad del municipio; un papel definitorio en el manejo del área donde se inició el foco de conflicto: El corralón municipal.
“El trabajador le viene insistiendo a Carranza con sus reclamos, no solo por el destrato que dice haber sufrido, sino por el estado del corralón”, informaba respecto al desencadenante de la violenta trifulca, algo que también forma parte del escrito presentado por González a Cantoro. Allí, el trabajador manifestó que el área “un cementerio de máquinas rotas y obsoletas” y agitaba fantasmas de un accionar oscuro respecto al manejo de los insumos municipales.
La respuesta del bando “carrancista” no tuvo la misma repercusión y fuentes cercanas al Ejecutivo adelantaron que el propio titular del STM pidió una audiencia con los funcionarios que analizan el tema y que dicho encuentro todavía no fue concedido. “No creo que el intendente tenga ganas de meterse en este lío”, señalaba una fuente confiable sobre la postura del intendente Juan Manuel Llamosas. Asimismo, el consultado agregó: “Esto se resolverá de acuerdo al protocolo de actuación”.
El expediente, que primero fue presentado en Obras Públicas, ya se encontraría en manos del área de RRHH, la cual recurrirá a iniciar un sumario que termine por determinar el curso de los hechos denunciados y que podría terminar con sanciones, algo que todavía no fue dictado. Más allá del protocolo de acción, unos y otros aseguran que esta situación “no llevará a mayores”.
Por lo pronto, quedó exhibido que el Ejecutivo no tiene intenciones de tomar decisiones apresuradas, tanto a favor de la denuncia administrativa como de la defensa que Carranza pueda realizar desde su lugar de funcionario. En ese punto, se puede decir que los estrategas del llamosismo no ven como propicio el momento para exponer su postura, por lo menos hasta que no baje la efervescencia generada por el particular hecho. Por esta razón, han decidido guardar silencio y esperar que la crisis se resuelva por vía administrativa.
Lo que no se puede soslayar es que la denuncia del trabajador conflictuado con Carranza también expone también ciertas falencias del municipio en el control de un área de su dependencia, el corralón que tantas veces ha sido objeto de cuestionamientos y que ahora es vuelto a poner en el ojo de la tormenta con la acusación de desmanejos que apunta hacia Walter Carranza. ¿Acaso lo manifestado por González podría sumarle municiones a la oposición? En el oficialismo creen que esto no los afecta y que la situación “está controlada”.