Por Yanina Passero
Tensa calma. Conjunto de palabras invariables que repiten los aliados de Juntos por el Cambio Córdoba, independientemente de su partido de origen. Cada uno de los interesados en liderar la campaña legislativa nacional de este año conoce a la perfección el juego: es momento de engordar la musculatura antes de dedicarse a la pelea de la lapicera.
Los radicales ya iniciaron las conversaciones puertas adentro, como este medio anticipó. Los hombres y mujeres del PRO están en idéntica situación. El titular de la fuerza, Javier Pretto, ahora con la legitimidad que le da el fallo favorable del juez federal Ricardo Bustos Fierro, mantuvo conversaciones con sus conmilitones.
Desde las canteras amarillas trascendió que quieren definir antes de sentarse a la mesa con los aliados quiénes serán sus candidatos. La decisión no emana de la sensatez de los integrantes del partido, sino más bien de una dura bajada de línea de las oficinas de Olivos que ocupa Mauricio Macri y sus alfiles con poder de decisión vinculante.
Cabe recordar que después de la cena en Galpón Milagros, donde se dieron cita las máximas figuras de Juntos por el Cambio, se acordó las Paso como mecanismo ordenador, pero al día siguiente llegó la bajada de línea: habrá internas para todos, menos para el PRO.
Pese a este detalle para nada menor, en el PRO local comparten que mostrarse unidos, resolver las candidaturas civilizadamente, aumentará las chances de los amarillos en la pulseada y, si cabe la posibilidad, cierta libertad de decisión. Hay algo que no se discute: Gustavo Santos es el candidato del espacio, porque Macri así lo quiere y porque los popes del PRO, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y Patricia Bullrich no lo objetan. Por el contrario, ya han dado suficientes señales de que en este frente no hay fisuras.
“En Buenos Aires se sacan los ojos, pero Córdoba es una plaza que nadie quiere embarrar”, repiten operadores porteños, al tanto de las explosivas declaraciones de la presidenta del PRO nacional, Patricia Bullrich, contra el peronismo cordobés al que responsabilizó de favorecer la proliferación de “microconurbanos”. Las referencias las hizo a la tribuna juecista, entre los que se encontraba Juez, y es probable que respondan a una necesidad de componer lazos con los aliados. Los elogios de Macri al gobernador Juan Schiaretti fueron polvo en los ojos de los expectables de la entente local. Habrá que esperar si es un caso aislado o será la constante.
Como sea, se vienen días de negociaciones con el mentado objetivo de la unidad. En el PRO –decíamos- quieren abroquelarse para retener la banca de senadores (que sería para Santos) y las dos que ponen en juego para diputados.
El “dueño” de uno de esos escaños es el exárbitro Héctor Baldassi. Parece que atrás habrían quedado los berrinches que hizo el diputado cuando su mentor se paseó con Santos, su nuevo favorito. Tuvo reuniones en Buenos Aires que habrían terminado con fumata blanca. Los macristas ya dan por hecho que está encolumnado.
Gabriel Frizza es otro de los que diputados que quiere renovar la banca que ocupará hasta diciembre. Mantuvo reuniones con Pretto con el objetivo de exponer lo que ya había hecho trascender: quiere ese espacio para un referente del grupo de intendentes y concejales que lanzó hace un mes.
La conversación sucedió en Buenos Aires, la semana pasada. “Nosotros no estamos peleando el lugar de Santos. Queremos reglas claras para disputar el espacio de representación que hoy tenemos”, afirman. Hoy habrá otro encuentro.
La senadora Laura Rodríguez Machado había deslizado su intención de continuar un período más en la Cámara Alta. Esa posibilidad, ciertamente, depende de las negociaciones con los aliados de JPC y de la flexibilidad que tenga el promotor del “apóstol”. Las ambiciones de la dirigente se posan en el 2023 y se da por descontado que buscará posicionarse en el lote de competidores por el Panal.