Por Javier Boher
javiboher@gmail.com
¡Qué lindo, amigo lector! Ya llegó el lunes y arranca todo de nuevo.
Los ultra opositores empiezan a contarnos cómo en tres meses nos vamos a estar comiendo al Tobi porque la dictadura marxista-maoista-guevarista-kirchnerista viene por nosotros. No hay mañana posible, salvo que estemos dispuestos a emigrar.
Los ultra oficialistas nos van a mostrar gráficos sobre cómo Europa está peor que nosotros -incluso desde la conquista- y que las vacunas y las segundas dosis son un impulso consumista alimentado por los grandes medios. Hoy está dura la mano, pero el futuro será brillante y más igualitario.
En el medio, los carlitos que se levantan todos los días a ganarse el pan, el mismo pan que tiene tantos impuestos como para bancarle la vacuna al gato del ministro, el subsidio a la empresa del amigo, la pintura al club de barrio que preside el puntero y el implante capilar al político de baja autoestima.
La vida parece ser eso que pasa mientras los otros se pelean por el futuro de Argentina, que sigue ahí, sin darse cuenta de que la cosa es bastante más compleja que hacer cuentas con el lápiz que descansa arriba de la oreja del verdulero. Quizás no nos vendría mal probar con los verduleros en el gobierno: ya que los CEOs y los científicos se han dedicado a tirar verdura, tal vez podríamos probar con los que saben.
Gobierno de científicos
Hay que agradecer que este gobierno está en las manos de científicos y tecnócratas, gente preprada para enfrentar desde la ciencia los más duros desafíos que les presenta una realidad siempre cambiante. ¿Se imagina, amigo lector, lo que sería este país de no haberlo gobernado las brillantes mentes universitarias que hoy conducen sus destinos?.
Los científicos son tan importantes en el proyecto nacional y popular que esta semana aparecieron tres perlitas que demuestran el elevadísimo nivel de análisis de las más lúcidas mentes de nuestra generación.
Para abrir la semana, mientras todos lloriqueaban y pataleaban porque una exmontonera dijo que no se había arreglado con Pfizer por intermediarios y coimas -algo rarísimo en un país en el que todos se creen que la política es como en Borgen, pero en el que viven como Vikingos-.
Más allá de la exageración de La 14, sus dichos tienen un margen de probabilidad más alto que lo que dijo Cecilia Moreau citando al mismo laboratorio: según sus fuentes -tan serias como un CV presentado en Comic Sans- Perú y Brasil habrían cedido sus recursos naturales a cambio de las vacunas.
No contentos con haber dicho que nos habían pedido los glaciares, ahora salen a decir que otros sí accedieron a pedidos similares por conseguir una vacuna. Seguro que los chinos y los rusos nos vendieron las de ellos para cobrarlas en pesos. Duele escuchar que digan esas cosas.¡Que abran las escuelas!.
Por suerte lo de la diputada -hija del radical que hizo a peor elección de la historia para el partido- pasó rápidamente al olvido cuando nos enteramos de que Wikipedia posibilitó el título de la posibilitadora: Fabiola se choripaneó 20 páginas completas de la enciclopedia virtual, con enlaces y todo. A mis alumnos del secundario les pongo uno cuando hacen lo mismo, pero debe ser porqu no soy un científico: la primera dama sacó 10 y se recibió de periodista. Probablemente debería cederle este espacio.
Es notable como una buena parte de la comunidad universitaria minimizó el episodio, como diciendo “bueno, ¿quién no copió alguna vez?”. Si dejaron pasar un papelón como ese, no me quiero imaginar cómo le habrán corregido los parciales. Igual, pobre Fabiola: la discriminan por mujer, pobre, negra y coya. Mínimo le pueden regalar el título para compensar.
Eso sí, al pico de cientificidad lo alcanzaron cuando nos enteramos de que la ministra de salud Filomena VIPzzotti decidió firmar un acuerdo de confidencialidad con Cuba por las vacunas Soberana 02 y Abdala. Eso es para los que subestiman las capacidades de un país que vive a base de arroz y frijol y en el que se come carne una sola vez al año: quizás acá quieren cerrar las exportaciones de carne para reducir la ingesta de proteína animal y fomentar el desarrollo de vacunas. Me suena disparatado, pero debe ser porque no soy científico.
Sinceramente, amigo lector, agradezco que venga la vacuna de los prestigiosos médicos que le curaron los pies hinchados a la hija de la vicepresidenta. Me da mucha tranquilidad saber que a los argentinos les quieren poner una vacuna desarrollada en otro régimen autoritario más. Quiero ve los estudios de fase 3: deben demorar más en entregar esos papeles que en expedir un pasaporte para que la gente no se tenga que ir del país en balsa.
Antes de terminar, permítame recordarle algo que le digo siempre: en este país es más difícil hacer humor político que montar un tongo para robarle plata a los contribuyentes: el presidente presentó un nuevo cachorro de Dylan y le puso “Blue”. El chiste es tan evidente que se cuenta solo.
Sólo podemos acotar que imaginamos cómo se llama el resto de la camada: “red” por el estado de la economía, “black” por cómo te cobran los negocios para sobrevivir, “white” porque es lo que no conoce Donda como empleadora, “green” por los piropos que le tiran a la posibilitadora por la calle, “yellow” por el cuco con el que se pelea el presidente del AMBA.
Amigo lector, hasta acá llegamos. Estamos condenados al éxito. Tenga buena semana.