Rebelión de municipios del sur con el “modelo Córdoba”

Por Julieta Fernández

Intendentes Oscar Saliba (Huinca Renancó) y César Abdala
(Laboulaye).

“Ahora, Abdala pide cárcel pero hace menos de un año no quería adherir a la ley provincial de multas para quienes incumplan las restricciones”, advertía una fuente del departamento Roque Sáenz Peña, tras las declaraciones de César Abdala a Cadena 3. “No hay disciplina de la gente y a nivel provincial y local nos cansamos de reiterar las medidas. No hay camas en el hospital y una derivación es cada vez más difícil. Río Cuarto está peor y en Villa María ya no hay camas. Solo queda Córdoba, donde ya es dificilísimo”, señaló con preocupación el intendente de Laboulaye.

Desde el área de Salud municipal, admitieron que el nivel de ocupación de camas es alto pero aclararon que esta semana habría bajado en relación a las camas covid en Río Cuarto. Según pudo conocer Alfil, Laboulaye no tendría el equipamiento necesario para lidiar con cuadros graves de patología covid (u otras patologías que requieran intervenciones complejas). “El circuito lógico de derivación es que primero vengan a Río Cuarto, sea al hospital o a una clínica privada. Ante una complicación de un cuadro de covid-19 es de esperarse que el primer traslado sea a la ciudad. Si no hay camas aquí, se deriva a Villa María o a Córdoba”, comentó a Alfil el ex titular del PAMI Río Cuarto, Gonzalo Luján.

La ocupación de camas en el sistema sanitario local se debería en su mayoría a patologías “no covid”. Quienes conocen el sistema de derivaciones de localidades de la zona, advierten que hay que prestar atención a lo que ocurra con las ciudades y pueblos de los departamentos del sur para “frenar a tiempo” un posible colapso del sistema sanitario de Río Cuarto.

Laboulaye tiene aproximadamente 25.000 habitantes. Su intendente consideró que se necesitaría una pena “ejemplificadora” para quienes se rebelen contra las medidas de prevención: “No se castiga más que con un tirón de orejas. El fiscal general ni ha chistado, le cuesta políticamente hacer meter presos a las personas. Hay que tomar cartas en el asunto para que la provincia sea distinta”, dijo en sus declaraciones a Cadena 3.

A mediados del año pasado, el Municipio de Laboulaye no adhería a la ley provincial que implicaba multar a quienes incumplían con las disposiciones del COE. En su momento, el jefe comunal consideraba que eran “muy onerosas” (el monto máximo constaba de $500.000).Pero no fue solo en ese aspecto que Abdala se diferenció de la Provincia. Hace casi un año, algunos lo llamaban “el rebelde del sur” cuando el gobierno provincial lo intimó para dar marcha atrás con la disposición vinculada a las reuniones sociales. Abdala acató la normativa pero aseguraba no estar de acuerdo en su momento. Incluso señaló que sí creía conveniente “romper el cerco”, lo haría.

Con el advenimiento de la segunda ola, el intendente radical seguiría mostrando algunas diferencias en relación al manejo sanitario por parte del gobierno provincial. La “rebeldía” en este caso no pasaría por pedir más flexiblidad a las autoridades provinciales sino que, por el contrario,  solicita “endurecer” el castigo a quienes no cumplan con las disposiciones sanitarias. “Hay fiestas clandestinas, gente que no declara contactos estrechos y cuando se descubre, ya contagió a varios” indicó el jefe comunal a la emisora cordobesa.

Otro ejemplo que podría tomarse como antecedente es la postura adoptada por el intendente de Huinca Renancó, Oscar Saliba. Una semana antes de las primeras restricciones “soft” acordadas en la Mesa Provincia- Municipios, la localidad del departamento General Roca aplicaba sus propias restricciones en función de la situación sanitaria que atravesaba.

“Desde el Municipio nunca se negó la libertad de trabajo a la gente de noche pero no nos queda alternativa. Hay lugares que no cumplieron los protocolos. Esperamos no tener que tomar otras medidas”, manifestó en su momento el jefe comunal al disponer restricciones de circulación nocturna antes de que la Provincia las decretara a mediados de abril.

“Huinca tiene un esquema de derivación que también depende de Río Cuarto. Si hay una urgencia, suelen recurrir primero a Realicó pero en general, muchos de los casos se derivan a la ciudad”, señaló Gonzalo Luján y recordó lo ocurrido el año pasado durante el fuerte brote que, en principio se evidenció en la localidad de Vicuña Mackenna y luego decantó en una alta ocupación de camas en la ciudad.

Ante la expectativa de un “pico”  en las próximas semanas y con la segunda ola presente, algunos municipios han tomado la iniciativa y se han adelantado en la toma de medidas. En otros casos, piden mayor “firmeza” para aquellos que incumplan las restricciones. La expectativa general de las localidades que dependen del sistema sanitario riocuartense es que haya una pronta “descompresión” en la demanda de camas de terapia. A su manera, distintos mandatarios intentarían hacer lo que esté a su alcance para evitar el “deja vú” del año pasado.