Por Gabriel Marclé
Los especialistas que asesoran al municipio ya lo adelantaban a comienzo de año: La finalización del periodo estival marcaría el comienzo de una etapa crítica para el virus. Aunque Río Cuarto todavía no muestra señales de “rebrote” o “segunda ola”, las autoridades municipales ya trazan un plan de contención ante la inminente suba de casos. Eso sí, evitando medidas extremas que puedan poner en riesgo la relación con los sectores productivos. Al parecer, la economía sigue siendo prioridad.
“En Río Cuarto tenemos la situación controlada”, expresaba uno de los funcionarios top del municipio sobre la actualidad Covid en Río Cuarto. Desde el equipo municipal señalan que cualquier incremento de contagios los agarrará conscientes de los errores del pasado. “La clave es hacer valer la experiencia que conseguimos”, añade el funcionario. Entre las novedades de la actualidad sanitaria, el Gobierno asegura que están planificando medidas “resorte” que puedan amortiguar el impacto de la segunda ola; aunque la actualidad los tiene “sin sobresaltos”.
Las señales que envían desde el Ejecutivo responden más a un plan de contención simbólica que se complemente a las acciones prácticas contra el virus. Tanto el intendente Juan Manuel Llamosas como los secretarios a cargo de poner en marcha su plan se han enfocado en diseñar cuidadosamente el mensaje que envían a la población, evitando que cualquier señal de alarma no repercuta negativamente en la sociedad -específicamente en los sectores productivos.
Sin embargo, el trabajo no ha llegado a cumplir en su totalidad con lo planificado. Para empezar, el comportamiento social da cada vez mayores muestras de un relajamiento dañino. Fiestas clandestinas con hasta 600 jóvenes, caminatas sin barbijo por el centro de la ciudad y conglomeraciones en espacios públicos que exceden a las medidas sanitarias; todas señales de un panorama que se asemeja al de mediados del 2020, en la previa del rebrote que generó miles de contagios en pocas semanas.
“Hay que entender algo: No fueron 600 chicos, sino 1200 padres que no se ponen firmes para frenar ese nivel de irresponsabilidad”, reflexionaba al pasar el ofuscado funcionario respecto al descontrol de los encuentros sociales. Desde esa mirada se busca evitar confrontar a los jóvenes como responsables de estas situaciones y poner el ojo en la consciencia pública.
Economía
Existe un escenario de incertidumbre, pero el plan municipal llama a confiar en la experiencia previa y “no sobredimensionar el problema”. Mientras algunos sectores sugieren la toma de medidas restrictivas y hasta la vuelta a una cuarentena estricta, el Ejecutivo de Llamosas se centra en no afectar el humor del sector productivo.
Es por eso que envía señales positivas que alejen los fantasmas del cierre obligatorio y la debacle económica de un sector que comienza a mostrar algunas muestras de recuperación. La clave es no entorpecer la relación con los sectores que quieren seguir trabajando y no verían con simpatía cualquier presunción de aislamiento obligatorio.
“Seguimos vacunando a buen ritmo y los controles son estrictos. Por eso hablamos de una situación controlada”, aclaraba el integrante del Ejecutivo, temeroso a que se los malinterprete. En su afán de mostrar que el trabajo sanitario lleva un buen ritmo, el equipo de Llamosas se empeña en señalar que “no sobredimensionar el problema no significa menospreciarlo”. Es por eso que el Ejecutivo seguirá de cerca hasta donde puede sostener el rumbo normalizado del foco productivo, aunque lejos del botón rojo de la Fase 1.
A la espera
En el Palacio de Mojica siguieron de cerca la alarmista conferencia de la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti; quien adelantaba que en los próximos días el presidente AF comunicará más restricciones debido a los brotes que se vienen dando en países limítrofes como Brasil. La alerta es más grande ya que se han confirmado contagios y muertes por las nuevas cepas del virus, específicamente en Córdoba. Ya no se habla de una preocupación ajena, sino de una alerta generalizada.
Es por eso que, más allá de la postura contraria a la aplicación de duras restricciones, desde la Municipalidad se erigen discursos más firmes respecto al comportamiento frente al virus. “Al mismo tiempo que decimos no vamos a tomar medidas innecesarias y no poner palos en la rueda a la economía, también decimos que vamos a tomar las decisiones que hagan falta. Cuando lo que está en juego es la vida, no hay muchas vueltas que darle”, añadió un funcionario municipal.
En este momento, las acciones del municipio se corresponden con las particularidades del escenario local, que muestra datos que todavía se mantienen estables. Pero está claro que el curso de acción depende de las decisiones que se tomen a nivel nacional y desde Córdoba, por más disímiles que luzcan ambas perspectivas.
Sin dudas, el Gobierno de Llamosas se ha mostrado más cerca del plan del gobernador Juan Schiaretti y las prioridades económicas, pero puede llegar el momento en el que la población exija otro curso de acción, como ocurrió en varias oportunidades durante la primera parte de la pandemia.
Aun así, desde la Municipalidad se muestran confiados en que Nación delegará el margen de acción a las particularidades de cada región y no indicará restricciones generalizadas para todo el país. En ese sentido, recuerdan que Río Cuarto estuvo meses sin registrar casos, pero con la gente en aislamiento obligatorio.
Lo que queda en claro para los integrantes del cuerpo municipal es que “tarde o temprano, se van a endurecer todas las restricciones” y que el periodo de relajamiento que atraviesa la ciudad devendrá efectivamente en más contagios. Cuando eso ocurra, la reacción social y del sector productivo podría resultar dañino para un Gobierno que busca la simpatía perdida en 2020. Aun así, responden: “Hay que trabajar más y especular menos. Ya habrá tiempo para los enojos”.