Por Yanina Passero
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Los amantes de las internas podrán entretenerse con el culebrón radical que está para alquilar balcones. Más modestos que sus aliados boina blanca, los hombres y mujeres del PRO ya lograron ordenar su organigrama partidario sirviéndose de los métodos habituales, aunque sin privarse de algún que otro escándalo oportunamente cronicado.
Como se sabe, a nivel provincial, un acuerdo de emergencia -basado en la regla del “mejor malo conocido, que bueno por conocer”- reinstauró en la presidencia a Javier Pretto. El dirigente que le dijo al entonces gobernador José Manuel de la Sota que se iba de sus filas para armar el partido Mauricio Macri en Córdoba, fue removido por los oficios Héctor Baldassi en 2016. Por ese entonces, el árbitro llenaba las urnas. Más tarde, el expresidente de Boca Juniors entendería la importancia de trabajo en el territorio con dirigentes con militancia desde la escuela secundaria.
En tanto, la elección por el voto directo de los afiliados de los departamentos Colón y Santa María completó el esquema de autoridades con un fuerte triunfo del G25, manejado vía remota por los exministros Guillermo Dietrich (Transporte) y Esteban Bullrich (Educación).
Sólo resta esperar el curso de las dos impugnaciones que impactan en la legitimidad (y legalidad) del tercer período consecutivo que iniciará Pretto en el partido amarillo.
Fue alta la participación del macrismo nacional en la vida democrática de su sucursal en el principal bastión del interior del país. La titular del sello, Patricia Bullrich, Macri y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta siguieron de cerca los entuertos; incluso avalaron las omisiones a la letra de la carta orgánica partidaria o los vicios en la confección de los padrones electorales. Cierto es que hubo atención prefer: en persona, el expresidente le ordenó el patio a su amigo personal, Eduardo Romero, en Villa Allende.
Como sea, la “renovada” conducción partidaria deberá reportarse en los exclusivos despachos de la Capital Federal. El gong del año electoral acaba de sonar, pese a que aún no se sabe cuándo será el momento de las campañas. Se utiliza el plural porque, pese a las discusiones, la versión hegemónica marca que habría PASO, quizás en septiembre.
Macri les pidió que viajen y así lo harán. En CABA, hoy se darán cita el presidente del PRO, Pretto, su tridente de vices, el monzoísta Oscar Agost Carreño; la mimada de la cúpula del partido a nivel nacional, Soher El Sukaria; y el empresario Agustín de la Reta. Se sumaron a la expedición, la senadora Laura Rodríguez Machado y el exjefe de la Comupro, Oscar Tamis. El encuentro está pactado en horas de la tarde y será con agenda abierta.
Antes, el grupo tendrá una reunión de trabajo con Rodríguez Larreta, dirigente que suena en la lista de presidenciables y ya mueve sus fichas para armar en Córdoba. Lo hace con cuidado y diplomacia porque Macri ha enviado algunas señales sobre su futuro político. Descartada, por ahora, sólo está la pulseada del 2021. Así lo sugirieron sus operadores en el marco del prelanzamiento de su libro “Primer tiempo” que, como se anunció por estas páginas, tendrá una gira promocional, también por Córdoba.
¿Cuál es la expectativa de los viajeros? Seguramente tocarán varios temas como la relación interna del PRO y la relación con los socios. El desenlace de la interna radical dará herramientas claras para planificar la estrategia y la trama de los acuerdos por las listas. Como siempre, pedirán un lugar de importancia en las listas a cambio de hacer bien los deberes en la tierra del antikirchnerismo. La idea de base es conservar las dos bancas que renuevan en Diputados y el escaño en el Senado de la Nación.
Sin dudas, intentarán traerse algún guiño o palmadita que los posicione mejor en la carrera por el armado de las listas. Hay muchos candidatos y la sábana es muy corta.
