PJ tensionado entre ‘affaire Casado’ y descontento delasotista

El concejal viguista apuntó fuerte contra la gestión por la “precarización” de los Servidores Urbanos, tiene lista una ordenanza para incidir en el asunto y asegura le han propuesto participar en la creación de un sindicato que los represente. El delasotismo, descontento por el posicionamiento de Laura Jure.

Por Felipe Osman

Un silenció que nada tiene que ver con la paz atraviesa al PJ, que en los últimos días ha acumulado una enorme tensión en su frente interno.

A la publicación que el concejal viguista Diego Casado posteó en sus redes sociales el último fin de semana, acusando a la gestión liderada por Martín Llaryora de precarizar trabajadores mediante su programa insignia de ‘Servidores Urbanos’ se suman nuevos capítulos y, trascartón, empieza a traslucir también algún descontento del delasotismo hacia el Centro Cívico. Vamos por partes.

En primer lugar, es necesario dimensionar el calibre de la munición dispara por Casado al mástil principal de la gestión a la que pertenece. El programa de Servidores Urbanos no es sólo la iniciativa más vistosa del Ejecutivo, sino también el arma estratégica con la que ha logrado poner al Suoem en retirada, en busca de redefinir la estructura de costos de una Municipalidad endémicamente deficitaria. Objetivo que ha logrado, cuanto menos, parcialmente.

Apuntar contra ese programa es poner en jaque a la gestión, que ahora no deberá defenderse de una acusación esgrimida por la oposición, a la que siempre puede descalificar por su origen, sino que tendrá que diseñar un argumento para contraponerlo a otro que tiene su génesis en la propia doctrina peronista. Tamaña tarea.

Desde luego, puede desestimarla encuadrando la afrenta de Casado en una disputa por la titularidad del bloque. Sabido es que el viguista resiste la designación de Nicolás Piloni, el candidato del Palacio 6 de Julio. Pero los verdaderos baquenos del Concejo Deliberante saben que el edil no pugna por la Presidencia de la bancada. Que su resistencia a Piloni es más bien un síntoma de su resistencia a la forma en que el llaryorismo ha llegado a instalarse en el poder si dar demasiado protagonismo a los dirigentes territoriales -y desde luego, especialmente a los de Casado- en los puestos de mando.

Pero la tensión no termina ahí. En los pasillos del Palacio Municipal comentan que si el edil díscolo no depone las armas conseguirán el ‘voto 16’ en otro bloque. Piensan en Riutort. ¿Se trata de un argumento disuasivo? ¿Un mensaje a Vigo para que tome cartas en el asunto y presione a Casado para volver al rebaño? Complicado.

Riutort fue vetada en las vísperas de las elecciones municipales. Desde El Panal se bajó línea para que no integrara la fórmula junto a Llaryora. Hay quienes creen que acudir a ella ahora sería pasar por sobre ese veto. Otros entienden que el apoyo de Riutort no necesita ser formal, y no son pocos -entre ellos está el mismísimo Casado- los que entienden que el olguismo ya ha ubicado a gran parte de sus cuadros en la actual gestión, con lo cual no habría mucho por trocar a cambio del apoyo de la edila en el Concejo.

Por lo demás, Riutort juega con el senador nacional Carlos Caserio en la ciudad, juntando tropa para el Frente de Todos. ¿Podría su desembarco -formal o no- al oficialismo en el Legislativo Municipal interpretarse como un primer puente entre el llaryorismo y el FdT? ¿Esto molestaría al Centro Cívico, o lo liberaría de dar el primer hacia la unidad?

Al otro lado Casado, lejos de dar pasos atrás, amenaza con una nueva avanzada. Asegura tener ya lista una ordenanza para mejorar la situación de los Servidores Urbanos a costas de rebajar la pauta publicitaria (especialmente a una productora de contenidos cordobesa) y, de ser necesario, promoviendo un recorte del 30 por ciento en la dieta de los concejales. (¿Cómo caerá el dato en el Concejo?)

Pero por si eso no bastara, avisa que también ha recibido llamadas de un dirigente sindical que le ha planteado su interés en crear un sindicato que represente a los Servidores Urbanos, y le ha pedido su colaboración en la empresa. ¿Qué afrenta más grave podría recibir la gestión que la conformación de un sindicato de Servidores Urbanos promovida por uno de los propios? Pregunta difícil de responder.

Mientras tanto, el resto de los ediles viguistas se despega de la posición de Casado y la cosa no viene para bien. El edil rechazó ayer una invitación para asistir hoy a un acto en el Jardín Botánico con sus pares. Las líneas parecen estar cortadas.
Delasotismo

Mientras el affaire Casado sacude al peronismo capitalino desde adentro, el delasotismo empieza a confesar un descontento hacia El Panal. El motivo: el posicionamiento que desde las altas esferas de Hacemos por Córdoba se empieza a hacer de la figura de Laura Jure en vísperas de la confección de listas para las legislativas.

En los últimos actos de los que participaron el Gobernador, el Intendente, y la Primera Dama Provincial la Ministra de Promoción viene teniendo un rol central, pero las invitaciones a esos eventos no habrían llegado a Natalia de la Sota. ¿Por qué?

La respuesta que ensayan desde el Centro Cívico es la de siempre, “son citas vinculadas a la gestión de la cartera que conduce Jure”. Al otro lado hacen una interpretación distinta: entienden que El Panal prefiere a la heredera de José Manuel de la Sota en la boleta, pero no está dispuesto a insistir y quedar atado a aceptar las condiciones de la legisladora. Quieren que ella sea la que golpee la puerta del gobernador pidiendo el lugar.