Escándalos alejan a Llamosas del arranque ideal

Febrero marca el punto de partida del renovado proyecto de gobierno, pero el intendente municipal deberá enfrentarse al escrutinio público por una suma de errores no forzados. La oposición intenta sacar provecho del “falso médico”.

Por Gabriel Marclé

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Concejales Gonzalo Parodi (Juntos por Córdoba) y Guillermo Natali (Hacemos por Córdoba).

El Covid, la economía, los desafíos del nuevo periodo Ejecutivo, esos eran algunos de las dificultades que Juan Manuel Llamosas esperaba afrontar en el comienzo de su segundo mandato en la Municipalidad. Sin embargo, los efectos de la actualidad política le trajeron nuevas e inesperadas complicaciones, de esas que mantienen la tensión al máximo y obligan a replantear la estrategia. En ese plano, no quedan dudas: el arranque está lejos de ser ideal.

El fin de semana gris, de lluvia y mucho viento, se presentaba como el paisaje justo para describir el panorama que atraviesa el intendente municipal. En vísperas de activar su plan de gestión, el clima trajo un vendaval de escándalos caracterizados por la situación de un falso médico que se había infiltrado en las filas del equipo sanitario provincial y municipal. Desde allí, todo fueron dudas y largas comunicaciones con El Panal para definir los pasos a seguir.

Mientras se rumoreaban “pedidos de renuncia” y la oposición agitaba un escenario de catástrofe, el oficialismo intentó manejarse con calma y no apresurar definiciones. Llamosas no iba a postergar el puntapié de su proyecto de gestión, cuando sus primeros días como intendente reelecto lo tuvieron con un margen de acción acotado. Entre vacaciones, Covid y un proyecto en estado de planificación, febrero era la línea de partida. Pero aparecieron algunas nubes negras que postergaron la largada.

El coletazo que generó el hecho del médico falso llegó principalmente desde la oposición. Fue el concejal de Juntos por Río Cuarto, Carlos Ordóñez, quien hizo públicas las sospechas por la situación del médico. “Vale preguntarse, cómo el Estado tanto provincial como la Municipalidad de Río Cuarto no advirtió esta situación con antelación. ¿Nadie chequeó el título habilitante de profesional de la salud?”, manifestaba el edil de la primera minoría, desde donde intentaban cargar a Llamosas con la responsabilidad de la grave falta.

De ahí en más todo se volvió una bola de nieve difícil de frenar. La respuesta del público era obvia, con la preocupación que produce el acontecimiento en medio de la crisis sanitaria que atraviesa la sociedad. Pero también se presentaba un escollo político motivado por la influencia del discurso opositor en una vecindad que no necesitaba más razones para culpar al Estado por lo ocurrido.

Tal como ocurrió a fines del año pasado con la renuncia de una funcionaria a dos semanas de haber asumido, la mesa estratégica del schiarettismo intervino directamente en el “control de daños” tras la situación que estalló a mediados de la semana pasada. Desde Córdoba ordenaban que sean los funcionarios de la Municipalidad los encargados de “dar la cara” por la situación que se produjo en Río Cuarto.

Aún con la resistencia de algunos llamosistas, el súper secretario Julián Oberti se expuso con explicaciones que debían llegarle al vecino que se enteró por el periodismo lo que ya todo el oficialismo conocía desde diciembre del año pasado.

“Estamos hablando de un delincuente, un estafador”, repetía una y otra vez el secretario de Coordinación, intentando mostrar que la Municipalidad fue otra de las víctimas y no un participante necesario como lo quisieron hacer ver desde la oposición. Sin embargo, sus explicaciones distaban mucho del “despegue” que buscaban desde el schiarettismo.

Plan de juego

Mientras estudiaba el discurso con el que inaugurará el año legislativo hoy por la tarde, el jefe municipal no podía eludir las consultas que sin duda le realizarán cuando se encuentre con la prensa. De hecho, sus asesores comunicacionales están evaluando “vallar” al intendente para que no tenga encuentros con preguntas comprometedoras. Pero ningún integrante del oficialismo quiere salir a dar explicaciones por algo que, entienden, no fue un yerro municipal.

“Él vino en el equipo de salud del Ministerio de la Provincia y siempre estuvo trabajando en el programa COVID. Cuando en Río Cuarto pasó el brote y la mayor parte del equipo del COE se retiró, la Provincia lo autorizó a él a seguir prestando servicios acá, por eso estuvo en el centro de salud y algunos dispensarios municipales”, había declarado Oberti a fines de la semana pasada.

Dichas declaraciones no cayeron tan bien en la mesa chica cercana al gobernador, desde donde intentaban sostener el discurso del “gran estafador” para atenuar el hecho de que sus controles no pudieron detectar la presencia de un agente extraño. Desde allí, el diálogo con la Municipalidad fue cambiando y, según lo que comentan fuentes cercanas al Ejecutivo riocuartense, la Provincia habría solicitado que salte algún responsable.

Tanto el secretario de Salud, Marcelo Ferrario, como otros nombres vinculados a la estrategia sanitaria del municipio comenzaron a temer por su continuidad. Más allá del resguardo que el intendente les había manifestado cuando estalló la polémica, reconocían que todo dependería de lo que ordenaran desde El Panal. Si el pedido era que “rodara alguna cabeza”, el corte comenzaría desde la cartera sanitaria.

Aunque todavía no se han confirmado cuáles serán los pasos a seguir, las versiones más creíbles que llegan desde Córdoba aseguran que no habrá volantazos fuertes, al menos por ahora. Quieren que el intendente comience a ejecutar el plan de gobierno sin nuevas bajas y con una carga política menor, en la que no deberá dar mayores explicaciones por el caso del “médico trucho”.

Aun así, desde la oposición continuarán embistiendo al oficialismo para continuar con su cruzada política en un año electoral que los mantiene buscando acrecentar su capital. El schiarettismo sabe que deberá esperar hasta que baje la espuma del escándalo, pero el plan sigue en marcha: que Llamosas se centre en gestionar sin darle mayor importancia a las operaciones políticas en su contra.

 

 

 

Municipio asiste a ex trabajadores
de “La Nueva Central”

Desde hace algunos días, ex trabajadores de la empresa La Nueva Central se encontraban solicitando intervención de la Municipalidad para asistirlos en medio de una profunda crisis ocupacional. Es por eso que el Gobierno decidió dar un paso al frente y trabajar en herramientas que permitan morigerar el impacto de la situación que afectó a estas familias sobre el final del año pasado.

El Secretario de Trabajo y Empleo, Ivan Rozzi, entregó los cheques correspondientes a un aporte económico para los ex trabajadores. Se trata de un aporte extraordinario que fue gestionado por el Intendente Juan Manuel Llamosas ante el gobierno provincial, “para acompañar el difícil momento de estos trabajadores que han perdido su fuente laboral”, expresó Rozzi.

En ese sentido, el Secretario de Trabajo y Empleo recordó que “desde el primer momento nos preocupamos y ocupamos de esta situación, siguiendo el desarrollo de los casos y trabajando desde la asistencia social”.

“Como nos pidió el intendente somos un gobierno presente y pendiente de las necesidades que puedan surgir de la crisis”, afirmó Rozzi, quien fue acompañado por el Delegado de Gobierno de Córdoba, Roberto Koch, el Subsecretario de Trabajo, Marcelo Dutto, y el Coordinador de Desarrollo Social, Daniel Vasconzuelo.