Por Yanina Soria
El intendente Martín Llaryora recibió ayer en su despacho municipal al senador Carlos Caserio quien, en algunas horas, será uno de los protagonistas del acto político en el que el Frente de Todos mostrará fuerza en la provincia que gobierna Juan Schiaretti.
Desde el municipio se informó que la reunión con el ex presidente del PJ Córdoba fue con agenda de gestión, concretamente, para abordar el tema del Ferrourbano, una promesa de campaña del por entonces candidato de Hacemos por Córdoba.
“Recibí en el Palacio 6 de Julio al senador nacional Carlos Caserio. En el encuentro le solicité que interceda ante las autoridades nacionales para avanzar en la puesta en marcha del Ferrourbano y que su funcionamiento sea gestionado desde el Gobierno Central”, expresó el intendente por Twitter.
“El senador se comprometió a llevar mi pedido ante las autoridades nacionales. Considero que la capacidad técnica y operativa del Gobierno de la Nación para gestionar el Ferrourbano posibilitará un mejor funcionamiento del sistema”, agregó.
Sin embargo, la foto también admite una acepción mucho más política teniendo en cuenta que Llaryora juega con el gobernador quien, a su vez, está totalmente distanciado del senador nacional.
El intendente que es la principal apuesta del mandatario para sostener al peronismo en el poder provincial en el ´23, trabaja para moldear su propio perfil y mostrar cierta autonomía en su relación con la Nación.
Y en esa construcción, durante su primer año de gobierno municipal, tuvo hacia el Frente de Todos gestos de empatía política muchos más contundentes que Schiaretti. Y la foto de ayer, es un claro ejemplo de ello. Difícil imaginar hoy un encuentro público entre el jefe político del peronismo cordobés y el parlamentario nacional.
Lo cierto es que mientras afianza sus lazos con Hacemos por Córdoba, el jefe comunal se encarga de abonar también la tierra en el campo del albertismo.
Si bien dentro del peronismo local creen que el ´21 los encontrará a todos juntos, hasta tanto llegue a ese momento, tienen en claro que Schiaretti seguirá “gambeteando” su vínculo con el presidente.
Mantendrá el zigzagueo empleado este año que le permitió no dinamitar los puentes institucionales con el gobierno central (del cual necesita y mucho), y, al mismo tiempo, cuidar el contrato con sus bases electorales de fuerte gen anti K.
Sin embargo, más allá de ciertos gestos como acompañar desde el Congreso al oficialismo en leyes claves, Schiaretti no termina de dar lo que en Nación esperan para contarlo como un gobernador propio: confianza y lealtad política.
En su pensamiento más íntimo, Caserio cree que esa prueba de amor no llegará porque -básicamente- Schiaretti no cree en el proyecto político de Alberto y Cristina, y porque siempre terminará priorizando a su electorado.
En cambio, otra consideración tienen desde Buenos Aires sobre Llaryora a quien ven como un posible aliado local. Intendente de la segunda ciudad del país, joven pero con trayectoria política y proyección, un candidato más que interesante.
El jefe comunal compartió hace muy poco otra foto con los principales referentes del Frente de Todos en Córdoba cuando al inaugurar viviendas del Plan Procrear compartió acto con Caserio, la diputada Gabriela Estévez y el secretario de Obras Públicas de la Nación, Martín Gill.
