Por Gabriel Marclé
“Lo peor ya pasó”, comentaba el funcionario del Ejecutivo municipal riocuartense durante la jornada que sucedió a los festejos de reelección.
Dispuestos a trabajar por cuatro años más, los integrantes del Gabinete renovaban expectativas, aunque el proceso no fue el mismo para todos. Entre las felicitaciones y la celebración del domingo, comenzaban a rodar cabezas. Llamosas ya venía adelantando que su equipo de gestión sería oxigenado, un eufemismo que intentaba restarle drama al proceso de renovación que se confirmará de aquí a una semana.
Para la mayoría no se trató de un hecho convulsionado y sorpresivo, sino de una acción lógica y esperada. Los últimos meses de gestión fueron acumulando un derrotero de acciones que clarificaron las definiciones que se materializarán el próximo 9 de diciembre, cuando juren los hombres y mujeres que integrarán el gabinete municipal por los próximos cuatro años. Es por eso que la actitud de algunos se parecía a la de ese estudiante que no estudió para el examen y recibe el “desaprobado” sin chistar.
Los funcionarios de la finalizada primera era llamosista sabían que las consultoras que asesoran al intendente se encontraban midiendo la imagen de cada uno. El positivo o negativo reconocimiento de la población iba a dejar una marca imborrable en las consideraciones a futuro, por lo que algunos de esos nombres se fueron anticipando al “cambiazo”. En reuniones preliminares, algunos le manifestaban a Llamosas que no se sentían en condiciones de seguir tras el profundo desgaste de la pandemia. Hay quienes prefieren renunciar a ser desplazados.
En otros casos, algunas personalidades del equipo Ejecutivo preferían la paciencia. De hecho, el armado podría aguardar hasta el último minuto para confirmar el plantel definitivo. En el transcurso de esta semana se comenzaron a desarrollar los primeros encuentros previos para ratificar el rumbo del nuevo gabinete. Algunos prefieren llamarlas negociaciones, ya que no se trata solo de confirmar un cargo, sino de lo que el intendente tenga para ofrecerle a sus nuevos soldados. Hay quienes no pretenden “asumir por asumir”.
Comenzaba a conformarse la columna de “potables”, caracterizados por cierto sentido de fidelidad e ímpetu, y los “descartables”, esos que hicieron agua durante la pandemia y también los que resultaron más dañados por la opinión pública. Entre ellos también se ubican los indispensables del intendente, laderos de incidencia directa en su agenda política; completando las tres variables clave de este momento particular. Pero el nuevo gabinete también tendrá impronta provincial, más después de la reunión que mantuvieron Llamosas y Schiaretti en la tarde del lunes.
Ya lo adelantaba Alfil semanas atrás: Llamosas piensa en el mejor equipo posible. Es por eso que los hechos del pasado inmediato terminaron siendo los grandes ordenadores, con el paso de una pandemia que mostró las fortalezas y debilidades del equipo de gestión. Puertas adentro, la conciencia de cambio se afianza por considerar que “queda mucho por mejorar”, según sus mismos integrantes. En ese sentido, los resultados electorales del último fin de semana clarificaron el cambio de fichas.
“La gente votó la gestión, no la pandemia”, analizaba un componente de la estrategia oficial. Esa referencia deja en claro que la nueva oportunidad de gestión llegará con un intento por dejar atrás los latigazos de la crisis sanitaria. Cabe mencionar que la diferencia de seis puntos que obtuvieron sobre la oposición no es la misma que se tenía antes del Coronavirus, por lo que el impulso inicial apunta a buscar responsables, quiénes fueron los que propiciaron esa caída.
Tal como dijo este medio en su edición del 19 de noviembre, el intendente estaba buscando realizar un cambio fuerte en la cartera sanitaria. Entiende que la figura del doctor Marcelo Ferrario fue de las más golpeadas por quienes criticaron su manejo de la crisis y sus asesores le sugirieron que mire hacia personalidades que generan “más confianza y simpatía” en el vecino. Aunque no se ha confirmado oficialmente, el nombre del infectólogo Lucas Stefanini -una de las estrellas municipales en la última etapa del brote- sigue sonando fuerte para tomar un rol fundamental para los primeros meses de su gestión.
Otra conclusión que se sacó después de los comicios se relacionó con el tramo final de la campaña. Fue más bien una confirmación de lo que sugerían las consultoras, la puesta del centro riocuartense en el tope de las prioridades. El peronismo perdió ese distrito por goleada, por lo que las acciones del Gobierno reelecto no perderán el foco de las necesidades que surjan desde allí.
Por esta razón, los próximos días llegarían con la confirmación del empresario Germán Di Bella a cargo de una secretaría vinculada al desarrollo empresarial y de industria. Di Bella se convertirá en uno de los funcionarios top del nuevo gabinete llamosista que buscará seducir a los sectores de la economía local que no acompañaron al peronismo el pasado domingo.
Otro de los sectores que recibirá un refresh será el vinculado a la Niñez, Adolescencia y Familia, área que quedó huérfana tras la renuncia de Ana Medina. Sin embargo, el nombre de la ex secretaria podría volver al equipo de gestión en lo que se ha anticipado como la vuelta de una cartera dedicada especialmente a la temática de género. Al menos ese fue el pedido que realizaron las representantes femeninas de la gestión local, quienes habrían recibido una serie de propuestas por parte del intendente reelecto para mejorar las políticas del sector.
La cartera de Economía seguiría con Pablo Antonetti a la cabeza, intentando alejar los rumores de cambios que podrían traer desconfianza mientras se desarrolla un proceso de renegociación de la deuda. Guillermo De Rivas es otro de los que continuará, aunque no se sabe si seguirá en la secretaría de Gobierno Abierto y Modernización o si tendrá un ascenso de categoría. Mercedes Novaira podría sumar más responsabilidades a su rol como secretaria de Educación y Culto, presente en la coordinación de los nuevos programas de capacitación que lanzará el municipio.
Sin embargo, el mayor interrogante surge de la conformación de partes trascendentes del Departamento Ejecutivo, atento a tensiones y presiones que provienen tanto del interior de la Municipalidad como desde “El Panal” en Córdoba. ¿Qué ocurrirá con la jefatura de Gabinete?
A contrarreloj, pero tomándose su tiempo, Llamosas se reúne con los “si” y los “no” de su futuro político. Precisará renovar la confianza de un equipo pendiente a continuar expandiendo la proeza del peronismo reelecto, superando las dificultades que traerá el primer tiempo de su nuevo mandato.
Abrile, de vuelta al Hospital
“Luego de dos semanas volví al uniforme de médico, volví al trabajo que me apasiona y me enorgullece”, posteó Gabriel Abrile en su Facebook oficial. Después de la campaña y la derrota en las urnas, el médico se volcó a su labor profesional, dirigiendo la terapia del Hospital San Antonio de Padua.
Entre las reacciones a su publicación, algunos eligieron interpretar su retorno a lo sanitario como una salida definitiva de su rol como referente de la Unión Cívica Radical, al menos desde el lugar de dirigente. De hecho, Abrile no ocupará una banca en el Concejo Deliberante, lo que podría entenderse como una retirada anticipada.
El ex candidato radical atravesó su segunda derrota electoral -la primera fue en 2016 durante la interna radical-, pero asegura que seguirá militando. “Pasamos de perder por 14 a perder por 6, y recuperamos el circuito centro. Esto lo pone en valor como nuevo dirigente”, opinó uno de los exponentes del radicalismo sobre el lugar que pasará a ocupar Abrile.