Por Bettina Marengo
El intendente Martin Llaryora da pasos para sumar al sector evangélico como aliado de su gestión y de sus futuros planes electorales. Por segunda vez en lo que va de la pandemia, la semana pasada se reunió en el Palacio 6 de Julio con los pastores de las principales iglesias evangélicas de Córdoba, para anunciar que la aprobación, vía Concejo Deliberante, del 31 de agosto como Día de las Iglesias Evangélicas en la ciudad.
El jefe comunal ya había visitado a los pastores en la sede del Consejo Pastoral Evangélico ubicado en la zona del Abasto (a la vuelta de la Iglesia Cita con la Vida de calle Buchardo), donde con el fondo de El Panal, hubo guiños mutuos de apoyo. Esto comenzó a plasmarse con la creación de un programa de cooperación territorial destinado a “articular políticas alimentarias” en zonas vulnerables de la ciudad. Según comentaron fuentes municipales, la iniciativa dependerá de la Subsecretaría de Políticas Sociales a cargo de Liliana Montero.
Del encuentro de jueves en la sede municipal participaron referentes de todos los cultos e iglesias, con excepción de Medea, fuerte en la zona sur de la ciudad. Estuvieron representantes de organizaciones más nuevas, como el mencionado Consejo Pastoral (donde está la mencionada Cita con la Vida, la mayor iglesia de Córdoba) y las más tradicionales, como la iglesia metodista y la luterana.
Para los evangélicos, el vínculo y el acuerdo territorial con Llaryora son claves para la estrategia de inserción comunitaria y las aspiraciones políticas, electorales o no, que tiene el sector.
Hace al menos dos décadas que los evangélicos participan en las gestiones de gobierno de distintos niveles, pero la decisión de jugar más fuerte llegó cuando los colectivos feministas lograron instalar en la escena pública el debate por la legalización del aborto y el derecho a la interrupción del embarazo. La media sanción en Diputados en 2018 y el ascenso del evangelismo en la región, y en Brasil particularmente, sacó a muchos referentes de los templos, pese a que primaba el rechazo a la participación política.
Llaryora confirmó a los evangélicos su posición anti aborto legal (votó en contra, siendo diputado), y defendió su decisión de visibilizar los símbolos del colectivo LGBTIQ+. Pragmático, el intendente tiene acuerdo con distintos públicos, y de hecho hay varios integrantes de la organización La Cámpora en cargos municipales.
A su vez, los pastores expresaron su malestar por la decisión de la Municipalidad de izar en el Parque Sarmiento la bandera de la diversidad sexual, que ya fue robada tres veces del mástil, y por la placa de reconocimiento al colectivo.
No solo el intendente muestra pragmatismo a la hora de sumar para su proyecto provincial 2023, cuando aún no sabe qué peronismo lo apoyaría. Aunque la prioridad de los cristianos en la coyuntura es el rechazo a la ley de aborto, que podría ingresar al Congreso antes de que finalice el año parlamentario, lejos de distanciarse del presidente Alberto Fernández, de cuyo Ejecutivo saldrá el proyecto, tienen acuerdos con su gobierno. Córdoba fue cabecera de un acuerdo entre Aciera (la organización que nuclea a gran parte de las iglesias evangélicas del país) y el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, para la compra y distribución de alimentos en el Gran Córdoba, en el marco de la pandemia. El tema quedó en manos del Consejo Pastoral, que hizo una verdadera demostración de poder territorial con el despliegue de 140 equipos, que entregaron más de 11 mil bolsones en zonas carenciadas.
De esta manera, los evangélicos refuerzan su doble estrategia en relación al “poder terrenal”: la inserción en distintos niveles del Estado, y la línea electoral más directa con candidatos propios.
A nivel electoral, sigue vigente el acuerdo con Aurelio García Elorrio, en el partido Encuentro Vecinal Córdoba. El año que viene, según un acuerdo interno, el creador del Portal de Belén debería ceder su banca en la Legislatura al pastor Gerardo Grosso, de Cita con la Vida. Grosso fue uno de los que estuvo la semana pasada en la reunión con Llaryora.
Por fuera de ese esquema, avanza la creación del partido evangélico UNO en Córdoba, con el pastor Daniel Molina a la cabeza. UNO ya tiene personería en otras 13 provincias y pretende llegar a fin de año conformado en Córdoba. El objetivo del espacio es concentrar el voto antiaborto, conservador y de derecha que ya tiene Elorrio, lo que podría anticipar una “batalla cristiana”.
A nivel nacional, pastores como el santafesino Walter Ghione, creador de UNO, están cerca de Juntos por el Cambio y de hecho han mantenido reuniones por Zoom con referentes del PRO como Patricia Bullrich.
En esta provincia han mantenido contactos también con Hacemos por Córdoba. Hasta ahora, el Consejo Pastoral, y dentro de él la figura del pastor Carlos Belart, referencia indiscutible para cualquier armado evangélico en la provincia, da aire para que crezcan distintas opciones, y en todos los espacios posibles, en el marco de la decisión de acumular y disputar poder “con valores” como suelen decir.